Capítulo 2

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¡Ja! Esperen, sólo tendré que aguantarle durante dos meses, una vez por año. Porque, sí amigos, yo no vivo todo el año en este piso, solo vivo los meses de verano, que es cuando venimos aquí de vacaciones. Me explico, nosotros vivimos en Londres, pero pasamos el verano, julio y agosto, en Alicante, España, ya que las costas son más cálidas que en Inglaterra, así que, resumiendo, soy medianamente feliz porque solo le tengo que aguantar durante dos meses.
Me levanté, y con una cara de sobada perdida, me dirigí al comedor a saludar a mi madre. Cuando de repente, mi cara se topa con esos ojos oscuros y profundos que tuve el "placer" de conocer ayer.
-Buenas, vecina- saludó con su estúpida sonrisa arrogante
-¡Mamááá!, ¿qué hace este inútil en NUESTRO comedor?
-Eh señorita, un respeto por tu encantador vecino, ¿no?
-Largo de mi casa, ¡ahora!
-No me iré, querida vecina, tu madre me invitó a desayunar con vosotros, ella fue a por unos churros. Por cierto, no me dijiste tu nombre ayer...
-Ni te lo pienso decir- espeté
-Esta bien, así será divertido, si adivino tu nombre, harás lo que yo quiera, ¿vale?
-Como sea, no lo adivinarás- dije con una sonrisa de satisfacción en la cara.
-Eso lo veremos...- sonrió él de manera enigmática
Al oír el ruido de las llaves en la cerradura, fui corriendo a recibir y, sobre todo, a hablar seriamente con mi madre.
-Mamá, ¿por qué mierdas invitaste a ese estúpido a desayunar?
-Señorita, me debes un respeto porque soy tu madre, a mí me hablas bien, y lo invité porque quise, me lo encontré en el descansillo y pensé que era una buena idea, así os conoceis mejor.
-¡Agh! ¿Es que no ves lo irritante que es?- bufé y me fui directa a la habitación, porque, sí señores, había salido en pijama a "recibir" al estúpido vecino, y ahora que lo pienso, yo tampoco sé su nombre...
Una vez me cambié me dirigí al comedor para desayunar y ahí estaba ese tonto con su sonrisa arrogante.
-Te veías mejor en pijama- dijo
-Agh que estúpido eres...
-Christian, mi nombre es Christian
-Pues eso, eres estúpido, Christian

-Venga chicos, cambiaos que vamos a la playa- dijo mi madre emocionada, le encanta la playa
Me puse mi bikini negro con flores en la parte de arriba y un vestido de playa a rayas, cogí mi bolsa y esperé en el descansillo a que todos se vistieran, porque a parte de mi madre, Christian y yo, también se tenían que cambiar mis hermanas.
Tengo dos hermanas, una mayor que yo, Gwen, y una más pequeña, Mandy. Y luego estaba mi papá, pero él seguía en Londres trabajando, pero pronto vendría y ya estaríamos todos juntos.
Cuando llegamos a la playa, me quité el vestido y cuando me iba a meter al agua me di cuenta de que Christian me observaba de arriba a abajo.
-¿Me explicas qué es lo que miras?- pregunté con cierto tono de voz irritado
-Nada... Nada- contestó nervioso
-Como sea... Estúpido- mascullé por lo bajo
Cuando subimos de la playa fui la primera en ducharme y salí del baño envuelta en mi toalla azul, y me dirigí a la habitación a cambiarme. Estaba a punto de quitarme la toalla para vestirme frente al armario cuando escuché un carraspeo.
-Pero ¡¿qué demonios haces aquíííí?!
- Bueno, no tenía donde cambiarme y tu madre me dijo que podía hacerlo aquí- dijo Christian
-Pues podrías haber avisado, casi me desnudo ante ti- repuse con cara de asco
-No me habría importado- rió
-Estúpido- y me metí en el baño de nuevo para vestirme

De madrugada me levanté para ir al baño y cuando volví a la habitación tropecé con algo y me caí de bruces sobre un cuerpo. ¡Esperen!, ¿qué?
-¿Qué demonios haces en el suelo de mi habitación, Christian?
- No quería ir a dormir a mi casa porque está vacía y me aburría, así que me quedé aquí a dormir- dijo tranquilamente
En ese momento empecé forcejear con él para que me soltara, ya que de la caída había caído sobre su cara, pero al intentar soltarme, me di de nuevo contra su cara y de repente, gracias a la poca claridad que entraba a través de la persiana, vi a Christian acercándose más a mi cara, a mis labios. Estaba a punto de ser besada por él, porque seguía sin poder levantarme, ya que me seguía teniendo agarrada, cuando un líquido empezó a caer desde mi nariz hasta su cara.

Mi vecino de enfrenteWhere stories live. Discover now