El nuevo mundo

Capítulo 5: 3000 Años

Mientras Ikki y Rina iban hacia la taberna, en otro lugar bastante alejado de allí, parecía que un grupo de personas encapuchadas se reunía.

- Señor, por fin se ha abierto el portal - dijo una voz ronca - Ya podemos empezar con los preparativos del ritual.

- Perfecto - exclamó otra voz ronca - preparar los círculos mágicos y todas las esferas de invocación.

Las esferas de invocación eran como unas runas mágicas que servían para que el portador de ellas usará poderes mágicos, normalmente estas esferas de invocación se usaban para el bienestar de la ciudades, típico que el agua fluyera por los ríos, los cultivos crecieran sanos y fuertes…

Pero había gente que usaba estas esferas para hacer maldades, y se solía decir que cuando se juntaban varias de diferentes tipos podías invocar gente o incluso criaturas al mundo, esas criaturas podían ser desde un mísero goblin hasta un dragón capaz de destruir ciudades solo con su aliento.

Entre esas personas que usaban las esferas para el mal había un grupo que se hacía llamar El culto de Ibrego que solo querían resucitar al Deux Ibrego.

- Señor tenemos todo listo para empezar el ritual ya - dijo una voz suave -

- Gracias Kamila, ahora voy para allí - respondió una voz grave -

Todos en ese culto llevaban una túnica que les tapaba el rostro y todo el cuerpo, aunque dicen las malas lenguas que todos los del culto llevan un tatuaje en el brazo derecho con forma de rombo para identificarse entre ellos, y saber que no había nadie infiltrado.

- Por fin después de 3000 años ha llegado el momento de despertar al gran Deux Ibrego y hacer que este mundo este a sus pies.

En la habitación conjunta habían hecho una circulo de esferas de invocación con un escrito único dentro de la esfera. 

Se pusieron 20 personas rodeando el círculo, empezaron a pronunciar unas palabras en un idioma antiguo, y el circulo empezó a iluminarse, las esferas empezaron a flotar envueltas de un brillo rojizo y a la vez de cada una salía un rayo de luz muy fino que se conectaba entre ellas formando una runa la cual hacia la llegada de Ibrego fuera más fácil.

Al cabo del rato se escuchó una explosion y todas las luces de la sala se apagaron del estruendo.

- ¡Lo conseguimos! - Celebraron entre todos.

Entre el humo se distinguía una figura humanoide con rasgos femeninos unos enormes cuernos que salían de la cabeza, era más alta que un humano promedio. Desprendía un olor como a combustible quemado, con una mezcla a un aroma dulce que nadie sabía distinguir que era.

- Inútiles volver a encender las antorchas - Una voz grave -

Todos empezaron a encender todas las antorchas que había en la sala.

Al encender las antorchas pudieron ver por fin como era Ibrego.

Ibrego era una mujer de dos metros de alto, incluso algunos afirmaban que era más alta. Su figura era esbelta y con largas piernas, la mitad del culto se quedó fascinado al ver los grandes senos que adornaban la parte delantera de Ibrego, el cual era cubierto por su piel grisácea y unos ropajes oscuros y de tonos cobre. Sus ojos y sus cuernos no se quedaban atras a la hora de llamar la atención, su cabeza estaba adornada, aunque más bien salían de ella, unos cuernos a los cuales se ramifican en tres más por cada lado haciendo un total de 4 cuernos por cada lado. Su mirada era cautivadora y penetrante de un tono rosado adornado con un iris azul cielo.

- Quién ha osado invocarme? - dijo con una voz suave y tajante -

- Hemos sido nosotros o gran Ibrego - pronunciaba el que parecía el jefe del culto mientras se arrodillaba - Llevamos tiempo esperando para poder invocarla, nos llamamos el culto de Ibrego y haremos por usted lo que haga falta.

- Vaya, vaya - responde sin desdén - así que todo lo que yo diga no? - va caminando con firmeza hacia el líder del culto - Entonces antes que nada quiero un trono para sentarme, no pretenderás que este todo el rato de pie no? - Se le acercó hasta estar unos centímetros de su cara -

- S… Si gran ama Ibrego - Tartamudeo - Llevarla al trono que hicimos para la ama - Ordenó con prisa a los miembros del culto -.

- ¿Cuál es tu nombre? - le pregunto Ibrego -

- Mi nombre es Emir - respondió firmemente -

Al momento los miembros del culto llevaron a Ibrego al trono, aunque Ibrego no era el trono que esperaba. El trono era una silla tallada en madera de Roble, con la intencion de recrear un verdadero trono como los que habia en el castillo del Rey, estaba forrado con una tela roja muy desgastada y sucia.

- Esta porqueria es mi trono! - alzó la voz enfadada - os estais riendo de mí!

- Lo sentimos ama - se arrodillo nuevamente - El problema gran ama es que hace 3000 años los héroes que le vencieron, destruyeron todas sus tierras y posesiones - continuo - Pero tengo entendido que en las bodegas del reino aún hay guardadas cosas de usted, porque el rey en aquel momento quiso quedarse con algunas cosas.

- Así que el rey - dijo dudando - Entonces tendremos que hacer una pequeña visita al rey - siguio.

Se levantó de su trono mostrando más furia que cuando llegó y caminando hacia la salida del escondite del culto a la vez que animaba a sus seguidores.

- Avisad a todos los seguidores de Deux Ibrego que quieran ver el reino arder por quedarse mis cosas sin mi consentimiento - dijo enfadada - Esto es la guerra - Rió sonoramente y con su dulce voz -.