쿠데타 ◇ Coup D'état ◇ {HunHan}

→ 13 ;; Will love you forever.

SeHun miró la puerta escépticamente, colocó ambas manos enfrente de él, viéndolas atentamente y notando como éstas temblaban. Con la boca entreabierta y los ojos imitando a los platos, miró de nuevo a la puerta y luego tocó sus labios, no podía creer que se atrevió a besar a LuHan. Saliendo de su momentáneo trance, tapo su rostro con ambas manos y gruño por lo bajo, sus impulsos habían sido más fuertes que su fuerza de voluntad. Sólo deseaba con todas sus fuerzas que LuHan no fuera a odiarlo de ahora en adelante.

Ni siquiera lo vio venir, fue como si su cuerpo se hubiera movido por si solo. Tocó de nuevo cuenta sus labios, recordando el suave tacto, los torpes movimientos al momento de ladear los rostros. Sintió sus mejillas rojas y soltó una risa incrédula, ¿cómo es que se había atrevido? Negó con la cabeza y se levantó del piso, viendo a Eun Ae que seguía totalmente dormida, con la respiración tranquila e igual de hinchada de su rostro. SeHun no podía ver la diferencia y no sabía si era normal o si debería empezar a preocuparse.

Tomó asiento y miró a su hermana, esperaba que despertara pronto... tenía una larga lista de cosas que harían una vez ella saliera de aquel lugar. No obstante, lo que le hizo desviar la mirada y ver hacia el techo con una ligera sonrisa fue el hecho de que en todos sus planes futuros se encontraba LuHan, quería compartirlo todo con él, se había encariñado tanto con todo lo que representaba LuHan que pensar en seguir sin él era un tanto difícil. Bajo la mirada sin borrar la sonrisa, ¿quizás había hecho lo correcto al besar a LuHan?

Paso las manos por su rostro, estaba destrozado físicamente. A pesar de haber dormido y estar más relajado que antes, sentía que su cuerpo se estaba rompiendo lentamente, e iba más allá de haber dormido en el piso, era un dolor extraño. Tal vez incluso ni siquiera era un dolor físico.

—Oppa... —dejo de sobar su rostro y se quedó estático al escuchar esa suave y débil voz hablar, muy lentamente, quitó sus manos y miró a la camilla donde Eun Ae estaba parpadeando seguidamente con una expresión de dolor en su rostro. —Oppa, duele mucho.

SeHun se levantó de la silla y miró a su hermana sin saber qué hacer, casi empezó a llorar por la emoción que sentía al ver a su hermana despierta, no obstante, negó con la cabeza y sonrió a Eun Ae.

—Eunnie, despertaste. —musitó ligeramente incrédulo. —Iré por ayuda, espérame aquí.

—Oppa. —sin embargo, Eun Ae lo retuvo con un quedo llamado. —Oppa, cumpliremos nuestra promesa, ¿verdad? ¿Estaremos juntos hasta el final?

Con la emoción atascada en su garganta, SeHun asintió y acarició con cuidado el maltratado cabello de su hermana. No podía creer que ella finalmente había despertado, el dolor que antes sentía desapareció y quiso llorar de pura felicidad. La persona que lo complementaba estaba ahí, viéndolo con ojos brillosos, pero cansados.

—La cumpliremos. —afirmó, permitiendo que una lágrima se derramase por su mejilla. —Pero para eso tienes que recuperarte rápido, Eunnie.

—Iremos a comer helado ¿me lo prometes? Los helados de la señora Im son mis favoritos. —Eun Ae hablaba en apenas audibles susurros, haciendo muecas de dolor. —También iremos a jugar con Lulu oppa, ¿verdad? Lulu oppa es muy lindo. —prontamente Eun Ae empezó a parpadear sintiéndose cansada. —Hunnie oppa debe de cuidar bien a Lulu, él es muy bueno para ambos, ¿verdad?

—Lo es. —asintió repetidas veces, con ganas de cumplir a todos los caprichos de Eun. —Haremos todo lo que tú quieras, te lo prometo.

SeHun ni siquiera se percató de que acaba de prometo una cosa más cuando se supone que no debía de seguir haciendo ese tipo de cosas en esas situaciones. Pero, era su hermana, la persona que más amaba en el mundo, el único vínculo familiar que le quedaba, y verla por fin despertar hacia que su boca estuviera sin control alguno.