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Muy bien, como soy buena persona les dejo aquí el capítulo 43 en vez de ver TWD, las amo malditas! Y por ustedes sacrifico mi tiempo libre, quiero mi recompensa!

—Entonces Pollen.

—¿Si Chloé?

—¿Porque no me dijiste que puedo volar?

—Me gusta hacer que las portadoras lo descubran por sí mismas.

—Tengo que admitir que me sorprendió muchísimo el echo de que volé.

—Admite que las alas son geniales.

—Lo admito, me encantan.

—No te distraigas mucho en esta conversación, mantente concentrada en llegar a la torre Eiffel sin que te vean.

—Tenía dudas respecto a eso.

—Aquí estoy para responderlas.

—Ayudaré a Chat noir y Ladybug a combatir akumas.

—Si.

—Pero no puedo ser vista por los civiles.

—Exacto.

—Y como puedo hacer eso, tengo muy en claro que el amarillo es muy llamativo.

—De eso no te preocupes. Existen más de un tipo de abeja y por ende, puedes imitar sus patrones.

—¿Como lo hago?

—Esa es la parte difícil, necesitas ser picada por el tipo de abeja para poder recibir sus habilidades.

—Estás bromeando.

—No no lo estoy.

—¿Quien inventó eso?

—No tengo idea, eso fue en mis primeros momentos de vida los cuales no recuerdo.

—Bien, pero entonces que patrón de abeja estoy usando en este momento?

—Si te soy sincera, no tengo idea. Demasiado tiempo en esa caja me afectó, solo sé que la peineta incluía un solo patrón.

—Bien, supongamos que cuando tenga más patrones, tendré que ponerles nombres, tengo entendido que existen más de mil especies de abeja.

—Cierto.

—Este será un largo año.

—Me recuerdas a una portadora pasada. Una colonia entera la persiguió por kilómetros.

—Jajaja, pobre de ella.

—Y que lo digas. ¡Cuidado gente a las tres!

—Ya los vi.

—Bien, creo que ya es momento de que continúes sola, con tan solo hablarnos estamos gastando energía.

—Cierto, tiempo limitado.

—Suerte Chloé.

—Gracias.

La rubia volaba tranquilamente en los cielos parisinos sin ser vista gracias a la oscuridad de la noche pero en el día no podría pasear con esta tranquilidad por culpa del sol que iluminaría cada rincón de esto bello lugar.
A lo lejos divisó la torre Eiffel que brillaba con todo su esplendor. Al estar cerca aterrizó lentamente mientras que al mismo tiempo sus alas se pegaban a su espalda y desaparecían. Los nervios jugaban con ella, estaba por ver a su ídolo y salvador.
Camino cuidadosamente por las vigas de la estructura hasta divisar a lo lejos a Chat noir que estaba sentado mirando hacia la ciudad. Sonríe para acercarse pero el sonido del arma de la cantarina suena por lo qué decide quedarse escondida.
Ladybug se balancea con su yoyó hasta aterrizar ágilmente a unos metros de su compañero, si es que se le puede llamar así, quien aprieta los puños con evidente molestia de sentir la presencia de la azabache.
Chloé al verlos supo que su discusión aún seguía intacta, por lo que aún no se habían reconciliado.

—¿Chat, podemos hablar?—Pidió tímidamente la portadora del miraculous de la creación.

Chat noir solo suspiro frustrado y se levanta, quedando cara a cara con la de ojos azul cielo que al ver el semblante del gato tiembla internamente.

—¿Hablar? ¿Hablar de qué? A claro, de como tu pereza arriesgó la vida de civiles? Por que si es así Ladybug, permíteme decirte que tengo una larga lista de sermones para ti.—El rubio apunta con su dedo a la azabache que se muerde el labio inferior y retiene las lágrimas, no quería llorar de nuevo, recién se recuperaba de su ultima caída emocional.

—Lo siento, no quise...—El sonido metálico alarma a los presentes que voltean hacia donde vino el ruido.

El rubio toma su bastón y lo sujeta con fuerza listo para atacar mientras que la azabache gira su yoyó creando la estela roja. Caminan lentamente hasta ver en el piso un trompo amarillo con líneas negras.
Los héroes confundidos bajan la guardia, intrigados de como un trompo pudo llegar allí, hasta que una voz suena.

—Disculpen pero eso es mío.—Chat noir y Ladybug agarran con fuerza sus armas para ver detrás de ellos a la dueña de aquella voz.—¿Podrían dármelo, por favor?—Pide amablemente extendiendo su mano para recibir el trompo.

—¿Quien eres y qué es lo que quieres?—Pregunta hostilmente la cantarina agarrando con fuerza el trompo.

—Yo...olvide mis modales. Soy la única y hermosa Queen bee.—La rubia sonríe arrogante mientras miraba a su ídolo.—Y soy tu fan Ladybug.—Chat desvía su mirada molesto mientras suelta un bufido y se apoya en su bastón.—No te pongas celoso gatito, debes de saber que aquí tienes a tu fan número uno.—Queen bee se señala a si misma con su pulgar mientras que el gato sonríe, por fin una persona que no lo ignoraba.

La abeja estaba por hablar de no ser por un yoyó que la aprisiona provocando que cayese al piso con un ruido sordo.
—¿¡Oye porque hiciste eso?!—Exclama molesta la rubia mientras que Ladybug sostiene con firmeza el yoyó.

—No confió en ti.—Escupió esas palabras con frialdad mientras que Queen bee se sorprende, Ladybug nunca antes había hablado así.

—No se Ladybug, yo digo que deberíamos darle una oportunidad, parece una chica divertida como yo.—Chat quita el yoyó de la de ojos azules que sonríe al ver que el gato recuperó su característico humor que desapareció en los últimos días.

—¿Hablas en serio Chat? ¿No recuerdas lo que sucedió con Volpina?—La azabache se sentía indignada y desconfiaba completamente de la abeja que pierde el respeto que tenía hacia la cantarina.

—Tu ocúpate de tus cosas, después de todo, ya no somos compañeros.—Ladybug dejó escapar un chillido sorprendida mientras sus ojos se llenaban de lagrimas y su cuerpo tiembla.

A los segundos evita la mirada de los presentes y utilizando su yoyó se balancea y escapa del ambiente tenso, pero en vez de irse a su casa, se esconde para escuchar y descubrir qué tramaba la rubia.
—Tú y Ladybug.....—Murmura sorprendida mientras que el gato voltea hacia ella y sonríe.

—No importa, después de todo, tengo a una nueva compañera.—Chat pone su mano sobre el hombro de la reina que abre su boca en una perfecta "o".

—¡¿En serio?!—No podía creérselo, jamás pensó que esto pasaría.

—Hablo enserio....my queen.Se miran a los ojos emocionados mientras que la cantarina aprieta los puños y se muerde el labio inferior.

Pasaron el resto de la noche hablando sobre cosas al azar, dándose cuenta de que tenían mucho en común y sus personalidades encajaban perfectamente como un rompecabezas. La conexión era grande y jamás pensaron encontrar alguien con quien se sintieran tan cómodos hasta el nivel de contarse cosas vergonzosas. A partir de esa noche, Queen bee se dio cuenta de la realidad de Ladybug, gracias a la misma y a Chat noir quien contó todas sus frustraciones causadas por la azabache.
Está noche, el gato y la abeja habían encontrado un confidente en el cual podían confiar.
Chloé Bourgeois reina de París

⚜️Chloe Bourgeois reina de París ⚜️ #ChangermlbfandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora