Interdit |Larry Stylinson|

Capítulo 17

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Harry mirando el gran edifico, aún no era ni medio día, tenía hambre y el frío lo atrapaba de vez en cuando.

—Compraremos algo —le hizo saber el mayor sonriente y tomando con calidez la mano del menor.

La librería era enorme y el omega francamente no se explicaba qué hacían ahí, aún no leía ni un cuarto de los libros que Louis tenía y este quería comprar más.

Aunque sin mencionar nada siguió al mayor hasta una sección que parecía ser tomada al azar pero que en realidad el alfa se había dado a la tarea de investigar y sabía a qué exactamente iba.

El interior olía a libros nuevos y café, un café dulce, había personas leyendo y bebiendo taza tras taza de aquel líquido marrón, opacando completamente el olor a té que el menor amaba, sentados en sofás o incluso en la alfombra de la sección de cafetería, a simple vista, se veían realmente cómodos.

El mayor se demoró hablando con una empleada y Harry se distrajo con un libro, no sabía si era interesante o si el escritor era de renombre pero la portada era hermosa, rosa pastel, las hojas y letras de la portada en dorado brillante, era simplemente perfecta.

Louis se acercó y se detuvo detrás de él preguntando si quería llevarlo a casa, quizás el alfa tenía algo con llevar cosa nuevas a casa, o en el caso de Harry, omega.

—Es muy lindo —respondió sin realmente responder a la pregunta y el alfa simplemente lo tomó.

—Será tuyo —sostuvo la mano del menor y lo llevó hasta la caja colocando el libro en el mostrador para poder pagar.

La señorita con la que había estado hablando llego trayendo consigo un libro considerablemente grueso con un título que el menor no logro ver, era color rojo vino y una hermosa pintura se dibujaba en la portada.

Al pagar y regresar a casa, bajó las insistencias del menor por saber que libro había comprado el mayor, Louis le dijo que hablarían de eso en la cena, pues había algo más que quería discutir con él.

Y así fue y quizás, sólo quizás, esa charla fue muy importante, más importante de lo que ninguno imaginaba.

💚💙

Harry no había dejado de pensar en la única pista que Niall le había dado, habían pasado ya siete uvas por su boca, siendo masticadas y tragadas con lentitud, saboreando cada bocado, jugando con ellas, quitando la capa morada que las cubría y viendo las semillas más tiempo del necesario.

Había pasado tanto tiempo desde que había comenzado su búsqueda que no se sorprendió cuando Louis bajó las escaleras para su encuentro, preguntando si quería ir a dormir, el rizado aceptó al ver al alfa cansado, sabía que si se negaba este no dormiría hasta tenerlo a su lado en la gran cama.

Y con su rostro escondido en el pecho del mayor, con su olor llenándolo y el calor de ambos envolviéndolo como una ligera y cómoda manta, no dejó de pensar, debía haber algo más, algo que no había notado, el tiempo pasaba rápidamente, con el menor  procesando muchas características en esa fruta tan sencilla y a simple vista -por su frustración- tonta.

Poco antes de las cuatro de la mañana se esfumó de los brazos del alfa, bajando las escaleras y tomando las pequeñas frutas de la nevera, las examinó durante una hora, sentado sobre una de las sillas altas frente a la isla de la cocina, balanceando sus pies de un lado a otro y de atrás hacia adelante sin tocar el suelo.

Solo faltaban cinco minutos para las cinco de la mañana cuando abandonó todo en el lugar y con el estómago lleno corrió escaleras arriba, saltando a la cama y zarandeando a Louis hasta que este alterado despertó.