Capítulo 30

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⚠️Si son sensibles a estos temas, les recomiendo no seguir leyendo hasta que encuentren los corazoncitos de Harry y Louis (💙💚). Sin embargo, no hay contenido explícito, no se preocupen⚠️

Nunca le había sido fácil el mantenerse despierto durante una película, no a su corta edad, a sus cortos ocho años no podía mantenerse despierto durante todo una película, sin importar que tan entretenida fuera. Siempre terminaba con la cabeza en el regazo de su padre, con los largos dedos del alfa acariciando sus cortos rizos, ayudándole a dormir.

Siempre era una linda escena, creía Anne, estaba fascinada con la relación que ambos mantenían, sabía que para Harry, Des era un modelo a seguir y el cariño que éste le tenía a su hijo era indescriptible.

—Lo llevaré a la cama —murmuró cuando a la película le quedaban pocos minutos, Gemma estaba ya dormida en su habitación, abandonó la sala de estar cuando sintió sueño y su madre se mantenía en el lugar, asintiendo en respuesta, diciendo algo sobre lavar los vasos y el bowl que habían utilizado.

El hombre subió, dejando a su hijo sobre la cama de su habitación, acomodándolo con cuidado y besando su frente, esperando a que el menor tomara conocimiento.

—Harry, papá irá a dormir —murmuró cuando lo vio un poco desorientado, abriendo sus ojos de a poco-, vamos pequeño, sé bueno para papi.

El rizado talló sus ojos desordenadamente un par de veces antes de poder reconocer donde se encontraba, sonrió al ver a Des parado junto a él, aun estaba eclipsado por el sueño, pero sabía que su padre lo necesitaba.

—¿Ahora mismo? —el alfa asintió sonriendo con reconocimiento, viendo como el pequeño de ojos esmeralda se estiraba antes de sentarse en la cama.

—Papá tuvo un día muy cansado, lo harás por mi, ¿cierto? —el asentimiento eufórico que recibió lo veía cada vez que lograba manipularlo de aquella manera, era ya conocido y cotidiano para ambos.

Pronto el menor estaba sobre la cama, sentado a la orilla de esta, esperando que el alfa frente a él no fuera muy agresivo, pues no le gustaba cuando su garganta dolía después de aliviarlo.

Una vez más.

💚

La mochila que colgaba de los hombros de Harry, aquel día parecía pesar toneladas, había tenido clase de gimnasia, la cual odiaba por completo, no le gustaba correr de un lado a otro y mucho menos le gustaba recibir los golpes con el balón y escuchar decir al profesor "Así es el juego, Harry, debes esquivarlos". En realidad la mochila no era más pesada que lo usual, pero estaba muy cansado para hacer su camino a casa eufórico como casi siempre.

—Vamos, Haz —intentó animar Gemma, con tan solo once años, su pequeño hermano de solo nueve, se había mantenido cabizbajo durante todo el camino y para ser sincera, extrañaba su energía y positivismo—, ¿podemos hacer una parada antes?

La sonrisa del pequeño se hizo presente al ver como su hermana se detenía para tomar algo de dinero de su mochila, el dinero para emergencias que Des se aseguraba de darles cada semana, él sabía que significaba. Así que sin respuesta alguna, siguió a la castaña hasta la dulcería, desviando por completo su camino de regreso, para poder obtener un poco de los caramelos que más quisiera.

Al entrar al lugar saludaron al chico que atendía aquel negocio, era siempre muy amable, un beta de aproximadamente dieciocho años, él les ofreció pequeñas bolsas de papel en donde ellos mismos podían servirse. Y como hacían cada vez, cada uno eligió un caramelo distinto, para así poder compartir el uno con el otro.

Interdit |Larry Stylinson|Where stories live. Discover now