Amigos

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Capítulo 28


Miré a Kakashi y el continuaba con sus ojos cerrados suavemente, a pesar de tener la máscara se podía notar claramente como mordía su labio inferior con fuerza para contenerse, y después quiere que no lo llame pervertido.

Me dediqué a mirar su cuerpo para observar sus heridas, tenía raspones en todo su cuerpo y claro está una cortada bastante profunda en su abdomen que había tratado de vendar minutos atrás. Mirando su cuerpo y analizando pude deducir además de cuales son sus heridas que está en estupenda forma, su cuerpo me atrae como el de ningún hombre lo ha hecho antes, no he tenido mucha experiencia con ellos pero ninguno me ha llegado a picar la curiosidad tanto como él, Kakashi.

Ahora entiendo por qué tantas mujeres se fijan en el, lo que me sigue pareciendo un misterio es lo que está debajo de su máscara, que habría que quitarla ya que está muy sucia.

-Lamento decirte que debo quitar tu máscara- mentí mientras el abría sus ojos como platos.

-Espera- pronunció justo antes de que yo me acercara a retirarla- busca en mi bolso, ahí encontraras muchas máscaras, entre ellas una blanca, tráela por favor.

Yo hice lo que el me pidió un poco decepcionada por no poder ver su rostro, pero si el no quería no lo iba a obligar, así que me arrodillé y comencé a hurgar en sus pertenencias, había un libro "Icha Icha paraíso", el típico que siempre lee, luego encontré algunas camisetas y pantalones, más abajo había, había... sus boxers y los tenía en mis manos.

-Ah- pegué un grito muy sutil sin embargo el lo escucho y se preocupó un poco.

-¿Que sucede, Ayame?

-Nada, nada no te preocupes ya la encontré- dije un poco nerviosa mientras me acercaba caminando hasta donde él se encontraba.

-Bueno ahora véndate los ojos, quítame esta y átame esa, si no es molestia- si que era caprichoso este hombre con su rostro, pero supongo que tendré que hacerle caso.

Tomé una de las vendas que anteriormente cubría parte de los tobillos de Kakashi y la até detrás de mi cabeza, esta tapaba mis ojos y mi nariz dejándome inhalar el aroma de Kakashi, el aroma mas delicioso que se pueda imaginar.

Narra Kakashi:

Realmente me gustaría poder moverme, pero mis músculos están totalmente débiles. Ayame estaba frente a mi bajando mi máscara, cuando uno d esus dedos de poso sobre mis labios yo no perdí oportunidad y lo besé, a lo que ella pensó que había sido un error suyo y se disculpó, que inocencia.

Me alegro de encontrarme yo en esta situación y no ella, la primera vez que se lastimó fue mi culpa, y me había sentido fatal, tanto que la alejé y la traté de una forma muy distante, cosa que no pude mantener mucho tiempo ya que hay algo en ella, no se si es una simple atracción o qué pero realmente no lo puedo evitar.

Narra Ayame:

Le terminé de colocar la máscara y me saqué la venda de mis ojos, tenía los ojos abiertos y me miraba directamente. Con todas mis fuerzas pude cargar a Kakashi en mi hombro derecho mientras el se quejaba un poco por el dolor. Comencé a caminar en dirección al baño pero mi cuerpo se tambaleaba muchas veces en el camino.

-¿Peso tanto...- preguntó Kakashi- o es que no tienes fuerza?- lo último se que lo dijo para molestarme, y lo logró.

En un rápido movimiento llegue al baño y lo tiré en el jacuzzi, pero para mi mala suerte este se hundió y como no podía moverse no salía a la superficie, debería sacarlo, aunque tendrá que esperar a queme saque mi capa y me suba las mangas de la camiseta ya que o tengo intención de mojarme.

-Ahh- Kakashi inhaló aire con todas su fuerzas al salir a la superficie.

Yo estaba arrodillada con mi cuerpo pegado a los fríos azulejos de el jacuzzi mientras mis brazos pasaban por debajo de sus axilas y lo atraían hacia mi separándonos únicamente esos preciados azulejos, realmente estoy en gratitud con ellos.

Lo único que yo podía ver de el era su cabello, nuca y parte de sus hombros, lo sostenía con fuerza mientras el respiraba agitado por la falta de oxígeno.

-Si que eres sádica Ayame, dejar a un pobre herido ahogarse no es una buena costumbre- comenta Kakashi con tono burlón.

-Yo, si fuera tú, no hablaría más, Hatake- le dije con un tono amenazante que me sorprendió hasta a mi.

-Para mi suerte, no soy tú.

-Ahg, ya cállate- le susurro mientras el ríe por lo bajo.

Me atreví a mirar por arriba de su hombro y pude notar como su herida empezaba a manchar el agua de un tono carmesí, curarlo va a ser más complicado de lo que creí.

-Voy a traer un botiquín de primeros auxilios- le dije mientras lo soltaba para pararme, pero en cuanto lo hice su cuerpo cayó nuevamente y lo sujeté antes de que se hundiera por completo.

-¿No puedes no caerte?- le comenté fastidiada a lo que el simplemente negó con su su cabeza de una forma muy sutil.

Mientras lo sujetaba con mi mano derecha con la izquierda me sacaba las vendas de ese misma pierna para luego repetir el proceso con la otra. Anudé ambos extremos de mis vendas para formar una especia de cuerda.

-No me imaginaba que la primera vez que me atrás iba a ser de esta manera, pero por mí, adelante- no lo mato porque estamos en una misión, pero llega a hacer esos comentarios en Konoha y juro que lo hago. Además ¿Qué hacía el imaginando que yo lo ataba? Nada bueno seguro.

Pasé la "cuerda" por sus axilas y sus hombros quedando una X formada en su pecho y quedándome con dos extremos de la "cuerda" en mis manos, la ajusté de un tirón y até los extremos a una rejilla en el suelo que se veía resistente.

-Ya vuelvo, Bakakashi- le dije mientras me dirigía a buscar el botiquín.

Cuando lo encontré volví con el. Ahora quedaba la parte más difícil, arreglarme para llegar a sus heridas sin entrar al agua, no es que no quisiera bañarme, lo anhelaba, pero no con Kakashi.

Me senté en el borde de azulejos que dividía el agua de el baño en general, dejando una de mis piernas en el agua y la otra en el suelo.Acerqué una esponja con un poco de alcohol y empecé a apoyarla en sus heridas más superficiales como raspones y cortadas. El no dijo nada ni puso ninguna mueca de dolor, solo estaba tranquilo como siempre, el día que se le quite esa mirada, va a ser una locura.

-Gracias- le dije sin pensarlo dos veces y una de sus cejas se alzó dando a entender de que no entendía el motivo de mi agradecimiento- hoy me salvaste la vida, aunque no era tu deber hacerlo y estoy realmente agradecida.

-Para eso están los amigos ¿no?- comentó Kakashi sonriendo de manera tierna.

Así que éramos amigos...





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-Dimoche.

Un ser querido • Kakashi HatakeWhere stories live. Discover now