Ókeypis Faðmlög

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Namjoon debe hacer una solicitud de empleo. Listo.

Namjoon debe conseguir un empleo temporal. Listo.

[...]

El moreno entró a la tienda de mascotas con una actitud un tanto decaída. Antes de llegar ahí había pasado a la tienda de música donde creyó encontraría a Seokjin, pero otro trabajador le había informado que el turno del castaño había terminado y que se había marchado ya.

Namjoon se resignó y decidió buscar al muchacho otro día. Sí, podía tomar cualquier otra fotografía. Pero aquel abrazo había tenido cierto toque de qué sé yo que mantenía curioso al muchacho teñido.

Ya en la tienda, se acercó al mostrador del lugar observando los alrededores para tratar de encontrar a su amigo. Hoseok saltó de la nada y lo recibió desde el otro lado de la vitrina, con su muy característica enorme sonrisa. El muchacho de cabellos miel llevaba puesto el mismo uniforme que el día anterior le habían visto puesto a Jungkook.

— Okay... ¿Qué pasa aquí? —Preguntó Namjoon con una ceja enarcada.

— Bienvenido a JeonZoo, soy Hoseok y soy el recepcionista —rió el más bajo.

Por una puerta del otro lado del mostrador salió el castaño chico de la gorra rosada con unas cajas de mediano tamaño en las manos, al ver al moreno le sonrió casual y saludó con una leve reverencia.

— Namjoon hyung, creí que no vendrías hoy —colocó las cajas sobre el mostrador—, no sabes la falta que me hace la ayuda.

— Hace una que hora vine a dejar tu solicitud, el padre de Jungkookie estaba aquí —explicó el mayor de los tres—. Platiqué un poco con él y prácticamente me hizo una entrevista de trabajo ¡y me contrató!

Namjoon achicó los ojos y miró con perspicacia a su amigo, se cruzó de brazos y torció la boca.

— ¿Les dijiste que eres un desastre con los animales?

— ¡Claro que lo dije! —Hoseok repuso un tanto indignado y con las mejillas rojas—. A-Además no soy un total desastre.

— Mi padre cree que Hoseok hyung sería excelente para atender la caja y programar sus citas como veterinario —intervino el castaño—. Además, si él cuida el mostrador, yo puedo ayudar a los clientes. Y claro, le hablamos tanto de ti que prácticamente nos ordenó que te obligáramos a trabajar aquí.

Hoseok le miraba triunfante y con la sonrisa llena de emoción.

— No te desharás de mi ni en el verano, Joonie —dijo burlón.

— Así parece.

— Te traeré un uniforme y el contrato —interrumpió Jungkook—. ¿Eres una talla M?

— Joonie es un bebé gordito que usa L.

— Es por la estatura —contradijo el de cabello morado—, el largo de las camisetas suele no ajustarme. Es por eso.

Jungkook rió comprensivo y se arregló los cabellos largos debajo de su gorra, llevándolos hacia atrás y sosteniéndolos con la cachucha.

— Me pasa lo mismo, no hay problema.

— Es cierto, eres muy alto Jungkook —comentó Hoseok haciendo una mueca al darse cuenta que era el más bajo de los tres—. ¿Cuántos años tienes? Tal vez eres un hyung.

— Tengo diecisiete.

— ¡¿Qué?! —El de cabellos color miel gritó escandalizado por la verdad.

Abrazos gratis. [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora