EL LADRÓN DE ALMAS

1: Nieve

Dejé de andar durante un segundo y bajé la cabeza para observar la acera helada sobre la que caminaban, resbaladizos, mis pies encajados en sus peludas y mullidas botas.
Odiaba ir caminando al instituto en esa época en la que el frío te cortaba la piel, en ese día en el que me tocaba volver a las clases después de navidad... Tendría que reencontrarme con mis profesores, mis supuestos "amigos", y todos esos chicos que me trataban como "su chica", y por los cuales yo no sentía ni la más mínima atracción.
El instituto todavía quedaba algo lejos, cuando un primer copo de nieve me cayó sobre la punta de la nariz, la cual tenía algo colorada por el tremendo frío. No podía creer que fuera a nevar otra vez, estaba harta de tanto blanco y de tanto aire.
A cada paso que daba, la nieve caía más rápido, y en mayores cantidades. Nadie entendía por qué estaba haciendo tanto frío en un pueblo tan caluroso como Altha (Florida); vale, era invierno, pero jamás había hecho frío en el pueblo, en ninguna época del año; y, así sin más, vino una borrasca.
El clima de nuestro pueblo, ya hacía un par de días que aparecía como fenómeno en los mapas meteorológicos que salen en la tele. Las principales teorías, eran las posibilidades de que haya sido una tormenta de nieve venida desde el norte.
Llegué a la puerta del centro arrastrando los pies, sujetando un tirante de la mochila con la mano izquierda, y, con la derecha, sosteniéndome la bufanda sobre la barbilla.
Al entrar, me encontré con mis compañeros de clase, los cuales estaban al final del pasillo. Aún así, corrieron hacia mí, y me abrazaron preguntándome por mis vacaciones de navidad.
Kelly, mi amiga desde los 4 años, me acarició el hombro, y me preguntó si había venido andando.

- ehh... Sí- respondí. - la verdad, mis padres no me han tenido que obligar a ponerme el gorro de lana.

Ella solto una carcajada, y me retiró el gorro, dejando libre mi largo pelo cobrizo.

- si, ¿qué raro eh? ¡por Dios, estamos en Florida! No me quiero imaginar como estarán los habitantes de Washington...

Luke Foster, el hermano mayor de una de mis amigas, se incorporó a la conversación, con el objetivo de corregir a Kelly.

- siento discrepar, Kelly Mchymer... - sonrió - en todo el estado de Washington, se mantiene su clima habitual. Sigue haciendo frío, pero un simple pueblo como es Altha, en estas condiciones tan extrañas, le supera con ganas.

Kelly estaba enamorada de Luke desde que le conoció gracias a la hermana pequeña de este, Amaia Foster. Ella negaba el sonreír cada vez que el chico le retaba a un duelo intelectual, pero, yo sé que en verdad le daba importancia. Yo no he ido nunca detrás de nadie, pero incluso a día de hoy sigo admitiendo que no era complicado perderse en la sonrisa y en los ojos azules del mayor de los Foster, o querer oler su larga melena rubia más de cerca.

- ¿Washington está pasando más calor que nosotros? No es posible. - negó mi amiga sacudiendo la cabeza.

Él asentía, intentando convencerla de lo extraño que era el clima de nuestro pueblo.

- bueno... Con frío o no...- se dirijió hacia mí Elissa Warhow con tono pícaro.- tenemos a un chico nuevo en la oficina...

- ¿hay un alumno nuevo?- pregunté.

Kelly suspiró y puso los ojos en blanco.

- sí... Un tal Logan Mcfield. Como no, Elissa ya lo ha conocido y...

- se ha enamorado por milésima vez...- completé riéndome.

Elissa se rió también. Warhow siempre, desde la guardería, había sido una chica guapa y simpática, y más de un chico la perseguía aún. Ella se enamoraba fácilmente, pero acababa decepcionándose y quedándose sola con nosotras, sus amigas.

- no podéis negar que tiene una mirada... Misteriosa.- dijo ella, resaltando la última palabra de la frase.

- la verdad no se puede negar, es un chaval interesante... ¡oye, Ally, a lo mejor a llegado tu momento por fin!- bromeó Kelly.

- ya sabes, que esas cosas no son para mí...

- ya... Además, es mío.- rió Warhow.

En ese momento, me imaginé al muchacho como todos los chicos con los que había estado Elissa: pelo rubio, ojos verdes, fan de Lebron James, con un coche preferiblemente rojo... Si era así, entonces seríamos grandes amigos, pero nunca nada más.
Sonó el timbre, y me fuí a clase de Tecnología con mi amiga Nora Nylson, la cual era la única con la que tenía relación de la clase.
Al entrar, Nora me cojió del hombro y me llevó a una mesa para sentarse conmigo. Fue entonces cuando el profesor me llamó.

- ¡Ally! Hoy no darás clase, la directora me ha mandado que te diga que serás la encargada de enseñarle el instituto a Logan Mcfield.

Me quedé helada.

- Elissa Warhow está en clase de gimnasia. Ella odia el deporte, y además ya se conocen, seguro que se sentirá más cóm...

No me dejó acabar la frase.

- la directora ha decidido que sea la ganadora de nuestro concurso de relaciones públicas la que sea su primera... Amiga.- explicó.

Suspiré, alcé las manos y después las apoyé sobre mis piernas, intentando sacar de mi boca un "está bien". Él, entendió el gesto, y me explicó lo que debía hacer.

- Logan está esperando en el despacho de la directora.

El despacho estaba en la primera planta, y yo estaba en la segunda. Tendría que recorrer el largo pasillo hasta el ascensor, y volver a pasar por el aún más largo corredor de abajo.
Lo hice todo lo rápido que pude, aunque no tenía muchas ganas de ejercer de guía turística, me ponía de los nervios la inpuntualidad.
La oficina de la directora tenía dos puertas: la que daba al pasillo principal del centro, era la que abría el recibidor. Luego, la segunda puerta, es la que daba al cuarto.
Pasé al recibidor, y la segunda puerta (la del despacho), estaba cerrada. Dí dos golpecitos hasta escuchar un "adelante".
Empujé el portón lentamente, pero con curiosidad. ¿verdaderamente era tan atractivo ese tal Logan?