3: Una invitación

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A mí me tocaba clase de ciencias, asi que tuve que dar media vuelta y volver al laboratorio que había visitado recientemente con Logan

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A mí me tocaba clase de ciencias, asi que tuve que dar media vuelta y volver al laboratorio que había visitado recientemente con Logan.
En esa clase yo tenía de compañera a Elissa, que siempre te hacía reír con las cagadas que cometía en los experimentos que mandaba el profesor.
Cuando llegué a la habitación, agarré una bata de laboratorio que estaba colgada de las perchas que se encontraban a mi izquierda.
Miré hacia el cohete de soda y recordé la tierna sonrisa del chico nuevo, con el que tuve confianza muy rápido.
En el momento en el que mi atolondrada amiga me vió, vino corriendo hacia mí con una sonrisa de rasgo pillín.

- ¡heeeeyyy! ¿¡qué tal con el chico nuevo?!- dijo mientras bailoteaba con los hombros.- ¿a que es adorable?

Yo me encojí de hombros y hundí la cabeza, a la vez que soltaba un breve soplido por la nariz.

- si... Es... Es buen chico.

Ella me miró, sarcástica. Su mirada transmitía la frase: "veeengaa... No te creo nada. Cuéntamelo todo al detalle".

- te contaré cuando lleguemos a la mesa de experimentos...

Ella tiró de mí y me llevó hacia el lugar que yo había comentado.

- ¡venga! ¡vamos, vamos!- dijo entusiasta.

En ese momento recordé nuestra promesa, y mi frase: «no saldrá de aquí». No podía contar más de lo necesario, asi que simplemente le dije que me había cojido la mano.

- ¡ohh!- dijo- ¿por qué te ha cojido la mano? ¿no habrás actuado como una desesperada?

- noo... Solo me dió las gracias por enseñarle el laboratorio... Le gustan las ciencias.- expliqué mientras cojía un recipiente de cristal con forma de bolsa.

- mmm... ¿contigo no ha sido un chico callado? Conmigo se hizo el misterioso...- dijo Elissa.

-ehh... No...- mentí.

Tenía que darle la razón a mi amiga, a Logan Mcfield se le daba bien dejar a la gente con la intriga, y hacerte sentir incómoda. Sí, vale, al final, me llevé muy bien con él, y hubo muchas risas y miradas estúpidas; pero la primera impresión la dió de callado.

- Kelly, ha acabado con la razón... A lo mejor hoy llega tu suerte. - admitió.

- ya, pero, aunque hubiese algo, yo nunca me acercaría sabiendo que a tí te gusta...

Ella puso los ojos en blanco.

- ¡que vá! Encontraré a otro parecido, en Florida hay mucha gente... Yo creo que... Es tu turno, al fin, Ally.

Yo forcé una sonrisa y miré a mis espaldas, por encima de mi hombro. Pude divisar a Will Hourey mirándome con atención. William fue mi mejor amigo durante todo el colegio, literalmente: de primero de infantil hasta sexto de primaria. Pero, al entrar en el primer curso de bachillerato, el me confesó que estubo sintiendo cosas cada vez que se acercaba a mí, cosas raras que nunca había sentido, pero, que le resultaban... Agradables. Yo en ese momento no lo quise entender, y me fuí distanciando cada vez más, él entendió mi frustación y no me quiso obligar a tener la misma relación de amistad de antes. Ahora Will pertenece a un grupo de amigos distinto al mío, ambos grupos son populares, pero, no son lo mismo. Él está con Adam Cloud, Rosa Wearbrouk, Tina, George... Yo estoy rodeada de mis locos amigos, de los cuales no me avergüenzo.

- ¿crees que Logan se... Pondría celoso si te viera con otro chaval?- preguntó Elissa.

- a penas le conozco, y él a mí tampoco. ¿tanta relación crees que hay como para que el se enfade por esas cosas?

Ella giró los ojos dramáticamente.

- no lo has entendido... Me refería a... Cuando hayas pasado más tiempo con Logan, cuando él sepa todo de tí y viceversa... Y, pues eso. Cuando Logan bese por donde pisas...- dirijió la mirada hacia Will- le pones un cebo.

- ¡no pienso utilizar a nadie!- me quejé.

- ya sé que no. Era una sugerencia.

¿"cuando Logan bese por donde piso"? ¡ja! Casi no conocía a ese atractivo chico nuevo, pero no tenía aspecto de ir arrojando babas a las espaldas de una chica... No. Por lo poco que sabía de él, supuse que era más maduro que los demás chicos, como para arrastrarse así.
Poco después entró el profesor. No sé si fue porque yo me sentía incómoda por la sugerencia de Elissa, o porque ella sabía que yo no estaba a gusto, pero no volvimos a hablar del tema en toda la hora de clase.
Sonó el timbre, por fin la hora del descanso.
Yo hice lo que siempre hacía en los descansos, me sentaba en un banco alejado de la gente a leer un libro. Esa semana tocaba "Matar a un Ruiseñor" . Amaba la textura de las páginas de los libros, y del aroma de antaño que te venía al rostro cuando pasabas las hojas.
Quedaban 5 minutos de descanso, y yo estaba totalmente metida en la historia, cuando una voz fría pero hermosa llamó mi atención.

- ¿Ally?- me llamó.

Levanté la cabeza, y no pude creer lo que pasaba cuando ví esos hermosos ojos amarillos mirándome...

- ¿te gusta leer?- preguntó.

Yo reí a la vez que Logan limpiaba la nieve del banco y se sentaba junto a mí.

- amo leer.- respondí.

Todo se quedó en silencio, solo se escuchaba el silvar del viento.

- sería un placer leer contigo.- dijo él.

- nadie te ha invitado pero... También sería un placer que te quedaras...- dije tímida.

Él soltó una enorme carcajada.

- no me refería a leer aquí.- explicó- me refería a... No sé. ¿hacer algo juntos? Llámalo como prefieras. Solamente quería invitarte a venir conmigo a la casa de mi padre. Es una casa enorme, y la mitad de ella es ocupada por una biblioteca con libros de todo tipo.

Sus ojos me miraron fijamente, observando como el aire alborotaba mi pelo.
Suspiró.

- yo también amo leer- me puso la mano en la rodilla.

Me quedé un minuto pensando. Pensé tanto que sonó el timbre, hora de volver a clase. Pero Logan no se movió ni un centímetro.

- piénsalo. Al final del día te lo volveré a preguntar. Si accedes, te recogeré a las 18:30 p.m. En el parque de la plaza.

Yo sonreí, y me levanté para dirijirme a la puerta de entrada al instituto. El chico me siguió y me acompañó hasta clase, pero sin decir palabra durante el camino. Al llegar a la puerta, colocó sus manos sobre mis hombros, y después las soltó en un solo y rápido movimiento, apoyándolas sobre sus muslos, un gesto que yo también solía hacer. Después escondió sus dedos en los bolsillos de su chaqueta, a la vez que se despedía de mí con un suave "hasta dentro de un rato, espero".

EL LADRÓN DE ALMASWhere stories live. Discover now