Capítulo 30

1.2K 73 7
                                    

Al teléfono

—Necesito verte Fer —dijo Mauricio.

—Mauricio, deberías estar dando el curso en este momento. Además, estoy en la empresa, voy a almorzar con mi papá.

—Están resolviendo un ejercicio, me extrañó no verte. Fernanda, quiero que hablemos.

—Fernanda, dice tú papá que te espera en el auto. Salió por atrás —agregaba una secretaria.

—Mi papá me está esperando, hablamos luego —terminó la llamada.

«Cada vez estoy más cerca de ti, mi amor» pensaba Samantha, en lo que observaba desde la oficina de Francisco, la oficina de Mauricio que estaba al frente.

La puerta indicaba el nombre: Lic. Mauricio Beltrán.

—¿Tú hermana se lleva bien con Mauricio? —preguntó.

—Sí, desde que Mauricio entró a la empresa, ha sido con ella con quién más a compartido. ¿Te ofrezco algo de tomar?

—Un Whisky estaría bien, ¿Y por qué ella y no tú?

—Como tú sabes los Beltrán siempre se han encargado de la parte de la producción y control de calidad. Fernanda cuando comenzó, fue allí en dónde se involucró. Así que le tocó aprender con ella, ya de allí también le da un curso en la universidad creo, y la mejor amiga de mi hermana es la prima de Mauricio, así que de la familia es la que más convive con los Beltrán —dijo en lo que le servía el Whisky y se lo entregaba.

—Wow, más que socios. ¿Y tú hermana cómo es? me pareció agradable.

—No te preocupes en disimular conmigo, los dos sabemos que la relación amistad va enfocada a otra cosa. Eso sí, debo aclararte que no estoy seguro de qué tan bien se lleven, por lo tanto, no sé si una amistad con Fernanda cumpla con tus intereses —sonrió Paco con picardía.

—Me acabo de recordar el por qué siempre has agradado. No te limitas en decir las cosas —sonrió Samantha—, pero ya que tocaste el tema. Debo ser sincera al decirte que mi único interés en retomar los negocios que tenías con mi difunto esposo es tener la oportunidad de estar más cerca de Mauricio. Mientras me ayudes con eso, el dinero no será problema —sonrió nuevamente, ante la mirada picara de Paco que daba a entender que estaba totalmente de acuerdo con ella.

Más que ayudarla, le convenía el valor monetario que aportaría.

***

—Te veo muy seria —decía don Gonzalo.

Hizo a un lado el menú del restaurante.

—¿Enserio?

—Soy tu papá, me doy cuenta de las cosas. ¿Te sucede algo?

—No papá, estoy bien.

—Te conozco desde que naciste y eras del tamaño de una hoja de papel, no me puedes mentir —insistió don Gonzalo—. ¿Es algún muchacho? —sonrió don Gonzalo.

Pregunta que incómodo a Fernanda.

—Solo estoy un poco pensativa porque me parece que Sonia está teniendo problemas económicos. Me preocupa que mis tíos estén en inconvenientes otra vez. Ya vez que la última vez lo perdieron todo.

—¿Cómo que Sonia está teniendo problemas de dinero?

—sí, sin querer la escuché decir que no tenía el dinero para comprar la playera del viaje. Y tampoco la he visto comprarse cosas, como para decir que se gastó el dinero que le dieron.

Para EnamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora