" Será"

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Me levanto de mi cama y froto mis manos en mi rostro.
Tomo la grabadora que se encuentra apoyada en mi mesa de noche.

"Tés morena, ojos marrones, nariz respingada, castaña, labios carnosos, delgada y alta"

Toco stop y la vuelvo a dejar en su lugar. La noche que soñé con esa joven todas las mañanas me levanto para no olvidarla.

Eso paso prácticamente hace mas de dos meses, lleve obsesionado con ella, no se quien es. Aveces vuelvo a tener el mismo sueño una y otra vez.

No se porque tengo la loca sensación de que Algún dia voy a lograr encontrarla.

Camino hasta el baño y al entrar el frío del piso me hace arquear los dedos de los pies.
Reguló el agua de la ducha y me saco mi única prenda que cubre mi desnudez, mi bóxer.
Entro rápido y el agua hace que mis músculos se relajen.
Enruedo la toalla en mi cintura, paso una mano por el espejo y logro sacar el vapor.
Tomo de el botiquín el pequeño frasco que contiene mis lentes de contacto.
Los coloco y ya puestos parpadeo unas tres veces, coloco un poco de solución y vuelvo a parpadear.

-mierda- suelto una maldición al sentir un leve ardor en mis retinas.

Salgo del baño y busco en mi armario mi traje negro.
Solo lo usaba para ocasiones y esta era una, el velorio de mi madre.
No sentía empatía alguna por su fallecimiento. Podían decir que soy un sociópata por no sentir dolor alguno por la muerte de mi madre.
¿Algún día debía morir no? Todos morimos.
Reí por mi pensamiento y auto nombrarme como sociópata.
Seque mi espalda y tome del cajón unos Calvin Klein, era una ocasión especial.
- Señor Mccann, ya esta listo el desayuno- hablo una de las mucama entrando sin aviso a la habitación.
Al verme en paños menores, tapo su rostro con ambas manos.
- Qué demonios- maldecí cubriendo mi miembro con la toalla.

-Lo.. lo siento- tartamudeo la joven.

- Que esperas lárgate- grite con frustración.

La joven volvió a disculparse y se retiró.
Demonios ya un mes trabajando aquí y no aprende a tocar. La quiero fuera de esta casa.

Me vestí rápido y baje las escaleras, allí está Anna mi ama de llaves. Llevaba puesto su típico delantal celeste, su tez era blanca , sus rostro un poco arrugado y sus ojos color celeste cielo eran preciosos, cuando podía halagaba sus bellos ojos y bromeaba con su esponjado pelo gris.
- Señorito ¿como se encuentra? - preguntó la mujer con simpatía.

- Bien porque? - respondí tomando mi café y sentándose en un taburete acercándolo mas la mesa, cerca de ella.
- Por lo de la señora Lia - hablo con cuidado.
- Ah si,  me dejo su casa la que esta afuera de la ciudad, va no muy lejos de aquí , me queda cerca dos casas solo con seis kilómetros de distancia- comente sonriendo y  mordí mi tostada.
La mujer solo hizo una mueca y siguió repasando la mesa.

Al terminar mi café me levante de la mesa y le agradecí a Anna por el desayuno.
- Oh por cierto Anna, la joven que trajo no sirve despídala y consiga alguien que si la ayude, ella es inútil- le comenté, observando detrás de Anna la muchacha de rizos negros, quien me observaba con angustia.
- Oh esta bien- asintió Anna.

Camine a la puerta y me fui a mi garaje , me subí a mi Torino blanco , arranque el motor y salí a la calle.

(...)

(...)

"Una gran mujer, llena de vida que fue arrebatada por un miserable que se dio a la fuga, perdón pero ojala que se pudra en el infierno"
Esas fueron las palabras de mi tía Bet.

Antes de que ella pasara me insistió para que diga algo, me negué diciendo que me sentía muy angustiado por la pérdida.

Me quería ir a la mierda de este lugar, gente llorando por doquier. Solo asistí para no quedar como un interesado porque lo único que si quería de esa mujer era mi antigua casa.

She <<Jason Mccann>>Where stories live. Discover now