Bajo el mismo techo.

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- Charles, vendrá mi ahijado a cenar. - Erik salió de la habitación vestido con ropa informal. Una camiseta de mangas largas arremangada hasta los codos y un jean oscuro que lo envolvía a la perfección. Charles se obligó a parpadear intentando disimular su asombro. Erik formal era muy atractivo, pero esta versión más distendida era...sofocante.

- Charles, me oíste? - Erik lo miró con curiosidad.

- S-sí, te oí. Estaba pensando en otra cosa. - El omega tragó saliva y  comenzó a ordenar algunos libros que tenía desparramados por la mesa. - No tengo problema con que venga Pietro, al contrario me parece bien. Pero vivimos juntos Erik, agradecería que no tomes decisiones sin consultarme. Es parte de la convivencia.-

El alfa resopló molesto pero sabía que tenía razón. No había considerado la opción de que quizás Charles no quisiera recibir gente. Después de todo recién acababan de llegar de su fallida luna de miel y a duras penas se estaban acostumbrando a la convivencia.

- Está bien, le diré que no venga. - Erik pasó a su lado para llevar su ropa sucia.

- No es esa la solución! Estoy diciéndote que no me molesta para nada Pietro, lo que me molesta es que tú no me consultes. Es todo. Dile que venga y pensaremos que cocinar. - Charles suspiró con cansancio. Realmente iba a hacer difícil enseñarle ese tipo de reglas. Erik estaba acostumbrado a dar órdenes sin que nadie lo cuestionase.

- Gracias. -El alfa se paró detrás de él y sujetándolo de los brazos le dejó un suave beso en la mejilla. Charles intentó replicar pero esos arrebatos de cariño que tenía Erik lo dejaban sin palabras.

- D-de nada. Ahora dime qué le gusta al joven y cocinaremos algo. - Charles carraspeó nervioso, intentando ocultar su temblorosa voz.

- Esa es una buena pregunta. No lo sé, a decir verdad no lo veo muy seguido, si bien hablamos regularmente. Sé que de pequeño amaba las hamburguesas...-Erik se rascó la barbilla pensativamente, mientras tomaba asiento.

- Bueno, tal vez por hoy podríamos esperar a que llegue, preguntarle y pedir algo al delivery. Y la próxima ya sabiendo mejor cocinamos algo que sea de su agrado.- Charles notó que Erik asentía algo apesadumbrado. Al parecer le tenía cariño al joven pero no lo conocía mucho y eso le preocupaba. Era bastante tierno viniendo de él. Al parecer tenía un lado más sensible que casi nunca demostraba.

- Tranquilo, Erik. Ya verás que con el trato a diario irás conociéndolo mejor. - Charles sonrió intentando reconfortarlo y Erik lo miró asombrado.

- Sí, lo sé. Tal vez haberme mudado a este mustio pueblo y a éste sofocante departamento tenga sus ventajas después de todo. - Se encogió de hombros.

- Eres un idiota. - Uno intentaba consolarlo y él tenía que arruinarlo con sus comentarios despectivos. Era un grandisimo idiota.

- No te enojes... era una broma. - Erik soltó una carcajada al ver el rostro furioso de Charles.

- Púdrete, Erik. - El omega pasó a su lado como una ráfaga y se encerró en la habitación.

El alfa se masajeó la frente con cansancio. Tendría que aprender a controlar su afilada lengua si no quería terminar cada conversación en una pelea. Al parecer Charles era bastante susceptible...

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A las ocho en punto sonó el timbre. Era Pietro.
- Hola pequeño! - Erik lo rodeó afectuosamente y el joven se quejó.

- Me estas asfixiando padrino! - El alfa sonrió y se hizo a un lado para dejarlo pasar.

Charles sonrió al ver la escena. Definitivamente Erik podía ser muy cariñoso cuando quería. Aún le resultaba extraño.

Propiedad Privada (CHERIK - AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora