Capítulo 9

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Louis lo llevó hasta la habitación, extremadamente preocupado ya que Harry no había dejado de temblar y mirar a su alrededor con pánico, como si se sintiese perseguido por algo.

— ¿Harry, estás bien? —Preguntó, después de sentarlo en la cama.

—Escaleras caen. Piso abierto. —Louis se inclinó hacia él, levantando su mentón.

Cuando llegaron a la casa, muchos recuerdos se habían despertado al ver el interior de ésta. Él recordaba cómo habían quedado las escaleras y el piso durante la guerra, y las imágenes horribles del pasado opacaban la realidad.

—No, todo está bien. El piso no se abrirá, las escaleras no caerán. —Los ojos de Harry estaban desorbitados, y él se veía inquieto, mirando hacia todas partes.

—Louis, miedo. Muy miedo. —Dijo, enfocándose finalmente en los ojos que lo miraban con preocupación. Louis se sentó a su lado, sosteniendo sus manos.

—Voy a prepararte un té. Debes descansar. Cierra tus ojos y duerme un poco. —Harry sacudió la cabeza en negación.

—No, Louis. Cierro ojos y todo cayó. Ruido. Golpes. Bombas. —Se cubrió los oídos, y Louis sintió mucha pena por él. Estaba realmente reviviendo el momento exacto de la guerra, estaba recordando todo, y Louis solo quería abrazarlo.

—Está bien, no te preocupes, me quedaré aquí para cuidarte de las bombas. —Dijo, acariciando con su mano derecha la cabellera del rizado, quien asintió con rapidez.

—Sí. Cuidarte. —Louis sonrió con ternura al comprender lo que quiso decir con eso. Cuídame. Su corazón se hinchó ante la dulzura e inocencia del chico.

—Siempre voy a cuidarte, Harry, no tienes que pedirlo. Ahora acuéstate.

Harry se acostó despacio, apoyando su cabeza en la suave almohada, y más atrás se acostó Louis, rodeando la cintura de Harry con su brazo izquierdo, pegándose mucho a su cuerpo.

Era la primera vez que Louis no respetaba su espacio personal en la cama, pero esta vez Harry lo necesitaba. No dijo nada, tampoco se alejó. Entendió que esa era la forma de cuidar a otra persona, y solo se dejó cuidar por Louis, haciéndose un ovillo contra el otro cuerpo.

No cerró los ojos, demasiado asustado como para ignorar los ruidos a su alrededor. No sabía que los ruidos estaban dentro de su memoria, él los escuchaba muy cerca. Todo se detuvo cuando Louis comenzó a tararear una suave canción.

Duerme pequeño no tengas temor, mamá te va a buscar un ruiseñor. Si su canto no te suena placentero, mamá te comprará un sonajero. Y si el sonajero no suena bien, mamá te mecerá en un vaivén. Y si te cansas del achuchón, mamá te va a buscar un acordeón... —Harry escuchó la canción, y un escalofrío recorrió su cuerpo entero.

—Mamá. —Louis dejó de cantar, al ser interrumpido por Harry—. Mamá. —Repitió. Louis inmediatamente se tensó, pero decidió seguir cantando.

Cuando el acordeón ya no se escuche, papá te traerá un perrito de peluche. Y si el perrito no sabe ladrar, un carro y un chupete papá te va a comprar. —Harry se giró para quedar frente a Louis, sus ojos cristalizados le indicaron que algo estaba mal.

Tras Hielo ➳ Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora