Capítulo Especial

13.1K 1.8K 5.8K
                                    

Diciembre 15, 1911

Estaba de vuelta en la biblioteca donde vi a aquel chico de tez pálida, labios llenos, ojos azules y cabello rubio. Era la primera vez que me había sentido atraído por alguien. Poseía una belleza inigualable, superaba las más perfectas esculturas griegas, su rostro parecía esculpido por los dioses, era un ángel. Tan delicado y hermoso. Nunca vi tal belleza en un mortal. Tenía que volver a verlo.

Me adentré en la enorme biblioteca, analizando cada persona que se cruzaba, no lo veía. No iba en busca de libros, iba en busca de él. Caminé rápido por cada pasillo, hasta que escuché una voz melódica que me arrastró hacia el pasillo lateral. Entonces una sonrisa se abrió en mi rostro cuando vi al chico que había estado buscando. Estaba de cuclillas buscando libros al final del estante, mientras tarareaba una canción.

—También cantas. —Mi voz salió sin proponérmelo. El chico saltó con terror, visualmente sorprendido con mi presencia.

—No te vi allí, me has pegado un susto de muerte. —Dijo con la mano sobre el pecho, luego sacudió la cabeza—. No suelo cantar, mi voz es terrible.

Lo miré fijamente por un momento, hasta que sus mejillas se volvieron rojas y esquivó mi mirada, escondiendo un mechón rubio detrás de su oreja, luego observó sus zapatos y comenzó a mover sus pies como si hubiese un balón invisible en medio de ellos.

—No imagino que algo en ti sea terrible. —Sus ojos volvieron a encontrar los míos, y una hermosa sensación se instaló en mi estómago cuando sonrió.

—De hecho, soy terrible en un montón de cosas. Soy un desastre andante... Mi nombre es Tom, por cierto. —Él extendió su mano hacia mí, y yo la tomé con gusto, abrazando su pequeña mano con la mía, dando un ligero apretón. Lo miré a los ojos en todo momento mientras acariciaba su mano con mi pulgar, sintiendo la suavidad de su piel. Él observaba nuestras manos mientras yo lo observaba a él.

—Yo soy Harry. Styles. —Volvió a mirarme, y sonrió de una manera que me robó el aliento.

—Lo sé. —Dijo para mi sorpresa, y luego se cubrió la boca con la mano libre.

—De acuerdo. —Dije para disminuir su bochorno.

—No es por nada malo, solo que muchas señoritas hablan de ti en todas partes, al parecer eres muy popular. Dicen que te vas a casar, si es así, entonces felicidades. —Dijo, todavía mirando nuestras manos unidas. No estaba dispuesto a soltarlo pronto, la verdad, su mano encajaba perfectamente en la mía.

—Dicen puras mentiras en realidad. —Aclaré. Sus mejillas ardían, y particularmente, me encantaba.

—Oh, okay.

—No me casaría con una mujer. —Agregué, tratando de probar su reacción. Sus ojos se ampliaron, mirándome con sorpresa, sus mejillas volviéndose aun más rojas, como si eso fuese posible. Tosió un poco, y luego apartó su mano de la mía, escondiendo ambas manos en sus bolsillos. Pensé que había cometido un error al decir eso. Él se incomodó visiblemente. Genial, acabo de asustarlo.

—Eso es... Bueno... —Se quedó sin palabras, y nunca sentí la necesidad de besar a una persona—. ¿Dices que no te van las mujeres?

—Eso. No me van las mujeres.

—¿Entonces qué te va?

—Hace tres días no sabía lo que me iba, hasta que te vi ayer y ahora sé que me vas tú.

Pareció que había visto un fantasma, había palidecido, entonces tomó un libro cualquiera del estante, y corrió por el pasillo, escapando de mi alcance.

Tras Hielo ➳ Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora