3. Nunca digas nunca

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Después de una hora más de viaje, nos detenemos en un motel de carretera de Greenville. Todavía faltan cuatro horas para que anochezca, sin embargo, la mayor ciudad del Upstate como primera parada (si es que va a haber más) parece un buen lugar para iniciar nuestra fuga. Todavía puedo sentir mi cuerpo acelerado a causa de la emoción. Es un sentimiento poderoso que logra evadirme del tiempo y espacio, como si el mundo desapareciera y se llenara únicamente con la presencia de Hadrien. Es extraño, pero fascinada, descubro que no me importa ser solo él y yo contra el mundo.

No obstante, mientras Hadrien se acerca a recepción a preguntar si hay una habitación libre para pasar la noche, el pensamiento me hace sentir culpable, así que me esfuerzo en coger el móvil y contestar alguno de los mensajes que tengo, especialmente los de Dylan y Poppy.

Abro el primer chat y no puedo evitar sonreír pese al sentimiento agridulce que me ha embargado esta mañana al pensar en él.

Te echo de menos, preciosa ♥️

Hablamos esta noche?

Yo también te echo de menos ♥️

Sí, hablamos luego

Apenas tarda un minuto en responder y yo he tardado horas.

Genial. Te quiero ♥️

Le contesto con otro "te quiero" y entro en el chat de mi mejor amiga antes de que la añoranza me golpee por completo. Dylan se fue a finales de julio y todavía me quedan dos semanas para volver a verle. A pesar de que intentamos hablar todas las noches, hay días que parecen alargarse como si el verano, soporífero, nunca fuera a tener fin. Y quiero que termine, para volver a estar juntos, tanto como quiero que se alargue para no volver a clases en septiembre y tomar decisiones que no quiero tomar.

Leo el mensaje de auxilio de Poppy con una risa ahogada que me permite distraerme y decido llamarla directamente. También la echo de menos.

—Déjame adivinar —empiezo cuando descuelga—, tu abuela ha vuelto a sacar el álbum de fotos.

—Todos los años lo mismo —admite con un bufido—, como si las fotos de mi yo infante cambiaran de un verano a otro.

—Es que estás muy adorable enseñando el pompis en la piscina, no puedes culparla.

Suelto una carcajada y me la imagino rodando los ojos cuando suelta un comentario sarcástico, desentonando con su dulce voz.

—En fin, ¿cómo va tu verano? —pregunta.

—Inesperadamente interesante.

Miro por el espejo retrovisor desde mi posición sentada en el interior del coche y me fijo en el edificio en cuyo aparcamiento estamos aparcados. El exterior es de ladrillos gastados con techos de chapa verde y, el cartel de la entrada que nos da la bienvenida, indica que las habitaciones y los servicios son de calidad y a buen precio, justo lo que necesitamos después de habernos ido sin previsiones ni provisiones. En ese momento, Hadrien sale por la puerta principal y se acerca al Cadillac.

Stupid Summer (STUPID BOY 0.5) [ESPAÑOL]Where stories live. Discover now