Capitulo 3. Obedece (Pasado)

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Obediencia: Acción de acatar la voluntad de la persona que manda, de lo que establece una norma o de lo que ordena la ley.

Por un momento el viento paro, dejando a los árboles quietos y aumentando el sonido del río correr.

-He venido por ti-.

Las palabras del chico eran concretas, formando únicamente una oración, donde el sujeto eres tú y la acción es él.

-No entiendo, ¿A que te refieres con eso?-tu mirada era confusa, expresando la sensación de preocupación que surgía poco a poco.

Los pasos del pelirrojo eran lentos pero seguros, aproximándose cada vez más a la chica. Provocándote una sensación de atracción y de intimidación.

-No he venido a darte explicaciones, no hay tiempo-al finalizar sus palabras te tomo completamente de la muñeca, se giró y el solo jalaba de ti, podías ver su espalda ancha, aunque no era un chico alto, para ti si lo era, haciéndote sentir más pequeña.

-Espera, Espera..¡he dicho que esperes!-exclamaste molesta, te soltaste de agarre, tu muñeca dolía, ya que el chico había sostenido cierta presión.

Gaara al ver que sus dedos habían marcado la muñeca de la chica se sintió ligeramente mal, no quería que sus sentimientos interfirieran pero, ya no era el chico duro de hace unos años. Sorprendido por la reacción en su muñeca le miro aún sin expresión alguna.

-No vuelvas a tomarme de esa manera-dijiste de forma seria y lo tomaste de la mejilla , apretaste su mejilla, para después soltarlo, dejándole su mejilla irritada.

Molesto a tal acción de la chica, Gaara la tomó con su arena de la cintura, elevándola, la tenía inmovilizada de sus brazos; estos se encontraban pegados aún lado de su cintura por lo tanto la arena rodeaba la cintura y brazos de la chica.

-¡¿Estás loco?!-gritaste bastante molesta.-¡Yo no he hecho nada!

Gaara se abstuvo a escucharte, solo caminaba, mientras te encontrabas lejos del suelo, sostenida por su arena.

Pero..¿Quién diablos se había creído ese chico?, apenas le conozco y tiene el descaro de tomarme de esta manera, no entiendo la razón, ¿simplemente me va a tomar como si fuera un juguete?, pensaste seriamente sobre las razones de su acción pero no llegabas a la respuesta.

Gaara se mantenía todo el tiempo callado, los saltos del chico eran rápidos y ágiles, el viento movía su cabello permitiendo que la luz de la luna iluminara su rostro, pero sobre todo sus ojos esmeralda resultaban ser más cautivadores como dos piedras preciosas en su completo esplendor.  Sin pensarlo tus ojos se habían puesto sobre él, dejándote sin palabras, por un momento agradeciste de estar a esa altura para poder gozar más de ellos, al no despegar tu mirada provocó que el chico se detuviera de golpe.

-¿Acaso tengo algo extraño en mi rostro?-su voz era gélida pero siempre tranquila.

Usualmente las chicas le miraban con respeto o con disgusto, por ser el kazekage y porque no era lo suficientemente atractivo como lo eran sus amigos. Así lo veía el y lo creía. Pero el podía sentir que la mirada de la chica era diferente provocando en él incomodidad.

Desviaste la mirada rápidamente al momento de que el chico se detuvo.

Hubo silencio por parte de ambos, hasta que el pelirrojo decidió hablar.

-¡¿Quieres despegar la mirada de mi?!, me molesta demasiado tu mirada-apretó los puños.

-No era mi intención-rápidamente respondiste, pero de golpe el chico te acercó con su arena, hacia su persona más a una distancia respetable.

MENTIRAS. (Gaara y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora