Capítulo 53

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Pronto mis quejidos fueron callados al ver que en el edificio comenzaban a escucharse constantes disparos e incluso se veía las pequeñas luces provocadas por estos. Chris me soltó, me resigné a descubrir la cobija pues ya bien sabía lo que me esperaría si la alzaba.

—Mi hermano...—dice Chris con los ojos completamente rojos e hinchados, girando la vista hacia el edificio—no quiero perderlo también, no quiero

—Hagas lo que hagas no entres al edificio, no lo hagas

Él se limitó a verme. Se dejó caer de sentón y soltó un puñetazo en el concreto. Hundió su cabeza entre sus piernas sin prestarme atención.

—¡Esto es un asco! ¡No puedo hacer nada! —llora con rabia, frotando su cabello como si estuviera perdiendo la cordura

Giré mi mirada hacia los paramédicos que hacían un registro, luego hacia el edificio y después a Chris. Dayana planea irse en ese helicóptero ¿verdad? La pregunta es ¿por qué? ¿solo por huir o alguien la está persiguiendo? No lo entiendo. Me levanté temblorosa y caminé en silencio hacia los paramédicos, ambos voltearon a verme confundidos y uno de ellos se interpuso en mi camino.

—Señorita, usted —puse mi dedo índice sobre mis labios para que no alertara a Chris con su tono de voz, él entendió y entonces bajó el volumen—no está en condiciones de ver esto, por favor le pido amablemente que se retire

—Soy relativa a esta persona, por favor... le pido que me deje ver el cuerpo

—Se me han dado instrucciones para que usted y su amigo no lo vean, no todos son fuertes y eso nos lo ha advertido el señor Michael

—¿Cómo cree usted que me siento si no me dejan al menos permanecer junto al difunto? Es injusto, ¿cómo se sentiría usted si se le fuera negado ese permiso?

—Señorita

—¡No! —insistí entre susurros—No me trate de jovencita pequeña que no sabe de estas situaciones. Cuando mi abuelo falleció me hicieron lo mismo, me negaron ver a mi abuelo en el hospital y en su entierro, y ahora solo llevo flores con tristeza por no haber estado ahí cuando dio su último suspiro de vida. Compréndame por favor, necesito verlo... sea o no sea fuerte eso ya depende de mí...

Él suspira pesadamente, mira a su compañero e intercambian algunas palabras. Su compañero asiente y el otro un tanto indeciso voltea hacia mí.

—Solo verá el rostro ¿de acuerdo? No intente nada más, será por unos cuantos segundos, lo que logre ver será suficiente así que conserve su distancia y no espere levantar de nuevo la sábana ¿me oyó?

Asentí. Mi corazón latía a mil por hora e incluso el sudor comenzaba a brotar.

—¿Evangeline? —Chris alza la vista cansada, después abre los ojos como platos y de manera torpe se levanta—¡EVANGELINE, ALÉJATE DE AHÍ!

El paramédico es incluso más lento que Chris. ¡Rápido! Intenté acercarme para hacerlo yo misma, pero el paramédico me detuvo haciendo un gesto con la mano.

—Conserve su distancia señorita

—¡Evangeline!

Lentamente alzó la sabana, mis ojos ya se cristalizaban al ver los pequeños cabellos negros que caían ligeramente en la camilla. Bajó un poco más la sábana y entonces me percaté de esa piel pálida de su frente hasta que llegó a los párpados. Quería morirme, quería taparme los ojos para no afrontar la realidad, pero debía ser fuerte.

—¡NO LO VEAS! —Chris cubrió mis ojos por detrás, me estremecí al pensar que no sería lo suficientemente fuerte para ver ese pálido y frío cuerpo—¡Te dije que no lo vieras! ¡Él no e...

Amor en notas musicales (#1 Saga Amor entre acordes) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora