CAPÍTULO 42: UNA TARDE MUUUY LARGA

32 2 1
                                    

Camino por la calle a pasos lentos. Voy unos minutos tarde, pero lo cierto es que no tengo ninguna prisa en llegar a mi destino. Kevin se empeñó en convencerme para organizar hoy mismo mi encuentro con Elena, supongo que por temor a que me echara atrás; así que no me ha quedado otra que acceder.

Al menos he sido yo quien ha elegido el lugar, y la verdad es que no me he roto mucho la cabeza pensando. Le dije el nombre de la cafetería más cercana a mi piso con la intención de acabar cuanto antes y volver pronto a mi casa.

Ya estoy llegando. Tan sólo tengo que doblar la esquina. Una parte muy grande de mí desea que Kevin no haya logrado convencer a Elena y que no encuentre a nadie esperando cuando llegue, sin embargo, puedo distinguir desde lejos su melena rubia y su silueta desenfadada apoyada sobre la pared mientras juguetea con su teléfono.

Me siento incómoda y resignada. Como si fuéramos dos niñas pequeñas a las que mandan a la sala de castigo después de clase.

─Hola.─Saludo escuetamente al acercarme.

─Hola.─Responde ella sin mucho entusiasmo. Al parecer este encuentro forzoso le hace tan poca gracia como a mí. ─Bueno, ahora toca tomarse un café, ¿no? ─Añade sin mirarme mientras se sienta en una silla de las pocas mesas que adornan la plazoleta frente a la cafetería.

─Sí, pero no ahí. Vayamos dentro. No me apetece pillar un resfriado. ─Le digo sin darle tiempo a reaccionar mientras abro la puerta del bar haciendo sonar la tintineante campanilla que cuelga del techo justo en la entrada.

Ella me sigue a regañadientes. Parece que no está muy acostumbrada a que le lleven la contraria.

Se acerca a una mesa dispuesta a sentarse pero la interrumpo.

─Ahí tampoco. ─Se gira suspirando con fuerza y me mira alzando una ceja esperando más información por mi parte. ─Esa mesa está junto a los aseos y no me gusta sentarme con gente entrando y saliendo a mi lado.

─¿Te parece bien esa de ahí? ─Pregunta con cierto sarcasmo señalando una mesa situada en un rincón junto a la ventana.

─Mmm...Vale, no está mal. ─Contesto fingiendo que no me he percatado de su tono irónico.

Nos sentamos y, sin ponernos de acuerdo, miramos cada una para el lado opuesto. Me quedo observando el rayo de luz que se filtra por el cristal, y de repente, me parecen súper interesantes las diminutas motas de polvo que parecen revolotear y brillar a través de él.

─¿Qué van a tomar? ─Pregunta el camarero, obligándome a mirar de nuevo hacia delante.

─Un café sólo y sin azúcar. ─Anuncia Elena.

─Un descafeinado de sobre con doble azúcar. ─Añado yo.

Ambas nos miramos cuando se va el camarero frunciendo levemente el ceño. No nos ha pasado inadvertido que hemos pedido cosas totalmente opuestas la una de la otra.

Me vibra el móvil anunciando un mensaje y doy gracias mentalmente por tener una excusa para apartar la vista. Es de Raquel preguntando cómo va todo.

ESTO ES UN FRACASO. NI SIQUIERA NOS HEMOS HABLADO

PERO YA SÉ QUE TENEMOS ALGO EN COMÚN:

NO NOS SOPORTAMOS

Al instante recibo su respuesta.

VENGA, MUJER. NO TIRES LA TOALLA TAN PRONTO.

HAZLO POR KEVIN



Me quedo observando el teléfono y suspiro. Hubiera preferido otro tipo de mensaje. No sé, el que se espera de una buena amiga. Algo así como:

Bạn đã đọc hết các phần đã được đăng tải.

⏰ Cập nhật Lần cuối: Dec 29, 2017 ⏰

Thêm truyện này vào Thư viện của bạn để nhận thông báo chương mới!

¿Y POR QUÉ NO?Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ