Mina Oppa

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Caminé lentamente hacia ellas, noté en la mirada de Chaeyoung una mezcla entre lujuria y amor, estando frente a ellas en el sofá, tomé de la cintura a Chae para levantarla y a continuación besarla, nuestros cuerpos se unieron en un apasionado beso mientras mis febriles manos recorrían con velocidad, abriendo cada botón de su ropa.

Aun mi cuerpo siente escalofrío cuando recuerdo mi último encuentro con ella, aquella tarde en la cocina... un polvo rápido.

La iba desnudando poco a poco con suavidad y ternura... ella no paraba de gemir y yo de pensar que quería más y más, estaba ansioso de deseo y de placer. Anhelaba sentir sus suaves manos dando calor a mi piel... la tela de su tanga ya húmeda por mis caricias ardientes, mis dedos acariciaron su intimidad, recibiendo unos callados y gratos temblores de su parte, ya mi cuerpo sin resistencia, flotaba en la habitación, cuando su voz ronca por el deseo me invito a sentarme sobre aquel sofá.

Nayeon se inclinó hacía mi, tomó mi mano e intentó ponerme unas esposas, yo reacio le dije que no me gustaba... "confía en mi..." - me dijo y me deje llevar.

Una vez hubo atado mis manos y dejar mi cuerpo totalmente desnudo, inicio un juego de caricias y besos... con su lengua jugaba con mis pezones, su centro rozaba mi pierna, sus pechos rozaban contra mí, las caricias eran suaves me envolvían en un erotismo jamás sentido, lenta, pausada, sosegada y tranquila fue bajando con su lengua... Bajé la mirada al sentir su respiración cerca de mi entre pierna, observó y tomó mis testículos acariciándolos con su lengua, torturándome de placer, mi cabeza se fue hacia atrás al sentir como su boca tomaba a mi "amigo" y lo lamía en toda su extensión

Tan excitante

Chaeyoung posó sus labios contra los míos y su lengua me invadió mientras sus manos acariciaban todo mi torso, inmediatamente sentí la necesidad de acariciarla pero mis manos estaban esposadas... "Chaeyoung"- salió como un susurro de mis labios y ella tomó mis manos para liberarme pues ella deseaba que la tocara.

Los espasmos de placer continuaron al sentir el calor de la boca de Nayeon envolver por completo mi miembro, succionando suave hasta llevarlo a su garganta, acariciando con la punta de su lengua como podía, yo estaba demasiado sensible.

La tomé por los hombros y detuve su labor, teniéndola de pie frente a mí, poco a poco fue desnudándose, pero la detuve nuevamente. -Chae... ayúdala- dije de manera ronca, mi respiración agitada y mi deseo creciendo más, al verlas besándose frente a mí, las manos de Chaeyoung recorrían los costados del cuerpo de Nayeon mientras que ella le acariciaba el trasero dando pequeños apretones.

Poco a poco la ropa de Nayeon quedó tirada en el suelo, cuando su mirada me encontró volví a ofrecerle a mi amigo que estaba necesitado de ella... de su atención, de su calor. Moría por sentirme dentro, por penetrarla de forma ruda y también dulce, de sentir sus flujos bañándome. -Ven aquí- Se sentó a horcajadas sobre mí y con mi mano tenté su sexo sintiendo lo húmeda que estaba, así comencé con una lenta penetración, mientras deslizaba mi pene dentro de ella, sus besos con Chaeyoung se reanudaron, pero no por mucho porque había comenzado con mis rápidas embestidas, escuchaba sus gemidos y uno que otro gruñido cuando empujaba duro y profundo en ella.

Sus manos se posaron sobre mi pecho y sus caderas comenzaron a moverse, me detuve para sentirla... sus movimientos circulares y el 'arriba y abajo' me estaban llevando a la locura, esta era mi primera vez siendo hombre y la experiencia se sentía esplendida.

La escuché gemir fuertemente y reanudé mis embestidas, sosteniéndola firme de la cadera, su cabeza hacia atrás y sus labios entre abiertos, sus manos se agarraron firmemente de mi pecho y la sentí apretarse alrededor de mi. Sus flujos resbalaron entre sus muslos llegando hasta mí, la alcé lentamente y la acosté sobre el sofá, Chaeyoung se acomodó en cuatro entre sus piernas, lamiendo del néctar que Nayeon le daba, mientras a mi vista tenía el hermoso trasero de Chae, lo acaricié y le di una palmada escuchando su quejido de inmediato.

Ángel y DemonioWhere stories live. Discover now