vuelta a casa

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Por un segundo, solo por un segundo, que pareció un largo e interminable minuto.  Intente entender que estaba pasando en aquel momento. Daniel no había llamado a nadie por teléfono, no había podido avisar a William que estábamos en aquel lugar o que estábamos en peligro.
Al estar dentro de aquel vehículo, comprendí que echaba de menos todo aquello,  todos los privilegios de ser una persona normal, alguien que sepa lo se tiene que preocupar por un trabajo, comer, dormir y en ocasiones saciar el impulso sexual que le invade. Súper y comprendí que por más que deseara ser un vampiro, por mas que deseara vivir para siempre, no podría,  amo vivir, amo ser un trozo de carne.  Ridículamente también adoro sentir dolor, poder llorar, gritar, preocuparme por el tiempo que tengo y el tiempo que me queda para vivir.  No quiero vivir para siempre, no quiero tener la oportunidad de vivir miles de siglos, no quiero vivir una vida sin la preocupación de morir o buscarme la vida.
Me dio tiempo para pensar, para darme cuenta,  que lo mas difícil de ser vampiro y vivir una eternidad, no es tener que esconderse de la gente, no es tener que cazar y alimentarse de sangre.  Es, encontrar el amor en una persona humana, en alguien mortal, en alguien que tiene un corazón el cual puede dejar de latir en cualquier momento.
William puso la radio a el máximo volumen posible, Daniel cerro los ojos e pareció que estaba intentando relajarse.  Por un segundo me dio la sensación de que el cabrón de mi novio, ese rubio perfecto, me estaba ignorando.
Le di un puñetazo con toda mi fuerza en el brazo.
-Que esta pasando aquí? -.pregunte, mientras el me miraba con solo un ojo abierto-.No entiendo nada,  ¿alguno de vosotros me podría explicar que estáis planeando?
William me miro por el espejo retrovisor y Daniel pareció estar demasiado desconcentrado para ser el. Bueno, acababa de perder su inmortalidad, acababa de convertirse en un montón de huesos y carne que podría ser asesinada con solo un cuchillo.
-Nada-. Me respondió Daniel-. Solo estamos yendo a casa,  quiero dormir todo lo que me sea posible y aceptar mi futuro.
Cerro los ojos una vez más y echo la cabeza así atrás, como si quisiera evitar mis palabras. Sabia que había perdido sus capacidades sobrenaturales, que había perdido todo lo que le hacia ser especial y casi indestructible. Pero, aunque sonará egoísta, le necesitaba, necesitaba de sus brazos y de sus besos. Yo también había perdido muchas cosas. Mi madre, mi vida normal, la vida humana que yo pensaba tener,  había perdido todo lo que me hacia ser el Eden de siempre. Todo por un amor extraño como lo era el mio con Daniel.

William condujo por la carretera durante unos largos minutos, puede que incluso una hora. Había olvidado lo que era la ciudad. Me alegraba estar en un lugar que conocía, un lugar en el cual podía estar a salvo o por lo menos, creer que estaba fuera de cualquier peligro sobrenatural.
La carretera principal estaba repleta de automóviles, antes eso me molestaba, ahora me había dado Cuenta que se había convertido en algo que echaba de menos.
Giramos a la derecha y pude ver el lugar donde todo empezo, el principio de mi vida. El hotel gigantesco sé podía ver con claridad desde unos cuantos metros, sus ventanas de cristal me recordaban a todo lo que había pasado.
-No quiero ir alli-.dije algo distante.
-No iremos alli-.añadio Daniel poniendome la mano en la pierna-. Te llevare a mi casa. Allí estarás a salvo de cualquier cosa.
No quería ir a su casa, quizás, desearía morir antes de ir con el. Por un momento me quede en silencio. Cuando le conocí, cuando creía que era perfecto y cada centímetro de el me parecía provocativo, todo estaba bien.  De pequeño nunca me planteé ser parte de un mundo mágico, donde todo puede ser real, donde hasta los monstruos gigantes del océano, aquellos que creemos ficticios, son reales y pueden aparecer en cualquier momento. Nunca pensé que cuando me preguntaban= ¿que quieres ser de mayor?, mi pregunta seria, ser novio de un vampiro.
El destino es demasiado cruel para los seres humanos, aunque yo no lo sea,  he vivido toda mi vida con aquella mentira, por lo tanto, soy humano, tan  mortal como todas las personas que pasan caminando por la calle, tan indefenso como un adolescente buscando su personalidad, tan tonto y estúpido como un estudiante de literatura que se enamoró de la muerte, que le cogió cariño a un hombre que estaba ya muerto, a alguien que no podía sentir amor y que poco a poco, sin previo aviso, le quito todo lo que amaba.
Es cruel decirlo de aquella manera, es difícil darse cuenta que poco a poco, el gran amor que creía tener, se había convertido en mi perdición, en lo más odiado y en lo que son lugar a duda, necesitaba para vivir.
Es irónico, pero lo que nos puede matar,al mismo tiempo es lo que nos puede dar vida.  Es irónico que el amor sea tan cercano al odio, tan doloroso es darse cuenta,  que cuanto más amas a una persona te vuelves dependiente y ciego por creer, que estas delante de un ser perfecto.
William se detuvo en la casa de Daniel, por un segundo senti que las piernas me temblaban. Mi mayor error fue conocer a Daniel y darle paso a que me conociera, pero lo necesitaba, lo quería y echaba de menos sentir su piel tocando la mía.
Bajamos del coche y comenzamos a caminar hacia el interior de aquel lugar.  No me percate de las pintas que llevábamos, los dos estábamos sucios y manchados de tierra, humedad y sangre, pero al parecer a nadie le importaba.
Entramos a el ascensor. Por un segundo recordé a donde me dirigía, se me creo una sonrisa de vergüenza, ya que en medio de aquella ascenso incomoda, en la cual Daniel me miraba y yo intentaba esquivar sus ojos.  Lo primero que se me vino a la cabeza, fue la habitación de cristal, aquella habitación repleta de espejos en casa de Daniel.
-Te quiero-. Me dijo Daniel justo en el momento que las puertas se abrieron en su planta.
Le miré durante un segundo y me mordí el labio inferior con suavidad, era sorprendente que aun tuviese la capacidad de hacer que mi cuerpo se erizara y un escalofrío recorrerse mi columna.
Abrió la puerta con rapidez y entramos, por un segundo me sentí en casa,  todo lo malo se quedo en aquel lugar alejado del mundo.
-Eden-. Me llamo mientras se quitaba la camisa ensangrentada y llena de manchas de tierra de bosque-. Júrame que no te enfadaras, que no pensaras que estoy loco y porfavor, dime si ha sido un error o un acto de locura.
Lo mire directamente a los ojos, intentando luchar para no ver sus perfectos abdominales y tatuajes.
-¿De que estas hablando? -le pregunte mientras me quitaba los zapatos.
El se desabrochó el pantalón con rapidez. Levanto la cabeza y me miro directamente a los ojos,  por un segundo quise besarle, pero la curiosidad era mas grande que el deseo. Dio un paso hacia mi y me tomo de la cintura, suspiro y luego se dedicó a quitarme los botones de mi camisa.
-Veras, cuando te conocí, cuando creía que eras un simple chico y no tenia los deseos que vinieron después de conocerte...-. Pareció algo avergüenzado y suspiro-...Crei que solo serias un romance corto, un romance pasajero y que con los días, años y siglos te iría olvidando.
Odiaba la intriga, odiaba que me contara las cosas como si cada palabra estuviese apuntó de romper nuestra relación.
-Me estas poniendo nervioso-. Le dije mientras sentía como sus manos pasaban por mis Hombros y quitaba mi camisa-. Ve al grano.
-Con el tiempo me enamore mas de ti y...!joder¡ te amo mas que a mi vida, te amo mas que todo, nunca me planteé hacer esa locura si no tuviese claro que quería pasar el resto de mi vida contigo.
Sonaba romántico, el corazón me latía incluso en la garganta y sentía que mis pulmones reducían el tamaño. Le miré y sujete sus brazos con fuerza, intentando evitar que mis dedos se clavaran en su piel humana.
-No quería que pasaras por esto, no quería que te convertirás en algo que no querías y nunca querrás-. Me dio un beso en la frente-. Con los días se convirtió en mi mayor deseo, en lo que de verdad quería y lo que necesitaba hacer.
-¿De que estas hablando?
Se quedo en silencio, me miro y vi como sus ojos se llenaban de lágrimas, unas lágrimas de verdad y puras. Sentí su calor mediante sus manos, que sujetaban mi espalda y supe que estaba vivo, y era algo que me gustaba.
-La chica del bosque,esa mujer que pertenecía los reales.
-¿que pasa con ella?
-Cuando no la vi en la cabaña, cuando supe que no había venido a por ti, me alegre. Porque sabía que estaría esperándonos en cualquier lugar del bosque.
No sabia como tomarme aquel comentario. La conversación me estaba poniendo nervioso y la falta de sueño,  hacia que mi cerebro distorsionase las palabras.
-Danieeeeeel! -.grite alargando la E-. Porfavor dime que esta pasando, me estoy volviendo loco.
-¡Queris que esa mujer me mordiese!-.grito a todo pulmón.
Le miré durante unos segundos, si quería que lo mordiese, si quería que aquella mujer le clavara los colmillos. Significaba dos cosas: 1) quería morir, o 2) quería dejar de ser vampiro.
-¿Que me estas queriendo decir?
El me miro, me sujeto la cara entre sus manos y me miro fijamente. Sentí como el corazón me golpeaba el pecho, sentí como mi cerebro se quedaba en blanco durante unos segundos y entonces fue cuando me respondio:
-Deseaba con todas mis fuerzas ser humano, vivir contigo, tener hijos contigo. No quería que fueses vampiro. Porque mi deseo mas grande y por el que renuncie a lo que creía era mi vida, es poder envejecer y poder morir junto a ti, junto a la persona que amo.

El deseo de Daniel  (gay)Where stories live. Discover now