00: Welcome to the club

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Quince años después

La fila era muy larga, sintió sus pies y espalda comenzaron a doler. No soportaba encontrarse ahí, quiso irse a casa y dormir por el resto del día. Pero no había tiempo para eso. La fila insignificante era para entrar la universidad de sus sueños. La emoción era grande solo porque fue aceptado, decían que era muy inteligente, cosa que no creyó hasta ver los resultados del famoso examen de admisión. Aun así, seguía sin poder creerlo. Pensaba que era por suerte, lo hizo hasta que se convenció de que así fue.

Incluso, llegó a pensar que se encontraba soñando.

Movió su pie derecho un poco, al ritmo de la canción que escuchó de camino a ahí, poco faltaba para comenzar a tararearla. Se pidió un poco de cordura y paciencia, ya había estado tres horas de pie, seguro podía esperar unos minutos más.

Conforme la fila lograba avanzar, escuchó con atención que le decía el personal de la oficina a sus futuros compañeros. Parecía tan sencillo. Dar los papeles que pidieron, llenar con algunos datos la hoja que les entregaban, entregarle la hoja a la señora y tomar asiento para que tomaran la foto que estaría en la credencial escolar.

Fácil, pero tuvo el presentimiento de que haría un movimiento torpe, arruinando el momento y, para colmo, sus mejillas se pondrían rosas, como la blusa de la chica frente a él.

Sus manos comenzaron a sudar, lo peor de todo el día. Ahí sus deseos de salir corriendo fueron en aumento. Gracias a esto, no se dio cuenta de que ya era su turno, estaba pensando en ciertas cosas cuando la chica de la blusa rosa terminó.

-Siguiente -dijo la mujer con molestia.

Se disculpó con una sonrisa mientras repetía los pasos en su mente para después hacerlos. Papeles de la escuela y otros que no logró recordar por culpa de los nervios, hoja en blanco, llenarla, entregárselo a la mujer con un ligero temblor en su mano, y la foto.

Se sentó, mirando directo a la cámara y medio sonrió. Cosa de lo que se arrepintió al sentir el flash y dejarlo ciego por segundos.

-Eso es todo. Nos vemos el primer día de clases -miró la hoja-, joven Moore.

Le sonrió en forma de despedida y se fue de allí para dormir toda la tarde si era necesario.

Mi pequeña excepción (EDDE#2)Where stories live. Discover now