Mi pequeña excepción (EDDE#2)

15: Never forgets what I lost

Su corazón aún latía con velocidad, y unas gotas de sudor resbalaban por su frente. La imagen de la pesadilla seguía repitiéndose en su mente, al mismo tiempo, sus ganas de llorar crecían a cada segundo.

Como todos los días, se levantó y caminó al baño a tomar una ducha para alistarse para su trabajo.

Horas más tarde, Helena se subió al autobús, por desgracia le toco irse de pie.

Se sentía cansada, hablando mentalmente.

No recibía noticias de sus padres, ni del investigador privado, entonces Helena pensaba que todo lo sucedido era por su culpa, o trataban de hacérselo creer.

En eso, alguien que iba a bajar del transporte chocó con ella. Fue tan solo un segundo... pero Helena reconoció al hombre causante de su dolor momentáneo en su hombro.

¿Qué hacía ahí?

Dejaría al investigador en paz y ella misma se encargaría de volver a encontrar al amigo de su hermano Alphonse.

🌼

Se encontraban en la biblioteca, decidieron ir en cuanto terminaran las clases para buscar un tema del cual podían hablar en el club. En realidad, los únicos que ocupaban ir eran Juliette y él. A Mark no le molestaba, aunque quería un poco de tiempo a solas con Kim, sin embargo, le pareció buena idea que apareciera su mejor amiga, porque tal vez ella le pudiera ayudar después.

Ellos dos se fueron a buscar un libro mientras Kim se quedaba en la mesa escribiendo a gran velocidad en su computadora.

Mark no prestó atención al título de los libros, en lo único que pensaba era en Kim y en lo mucho que deseaba hacerle compañía. Por supuesto estuvo a punto de irse con el que acababa de tomar, tal vez tenía buena información, es decir, la portada era genial.

—¿Está muy interesante ese libro?

Se asustó al escuchar la voz de Juliette, por suerte, siempre fue bueno para ocultarlo.

—No —dijo mientras lo regresaba a su lugar—. ¿Por qué la pregunta?

—Te noté muy entretenido mirando el lomo —se encogió de hombros—, fue una suposición.

No habló y siguió leyendo los demás, pues no quería seguir con la conversación porque le recordaba lo ridículo que se podría ver enamorado.

—Ve a hablar con ella.

Se giró a verla, extrañado.

—¿De qué hablas?

—De Kim —Juliette sonrió—. Se nota demasiado que te gusta.

—Y-Yo...

—Anda —le apoyo tomándolo del brazo—, nunca sabrás si no lo intentas.

—Pero...

—Habla con ella de cualquier cosa, sobre todo, ponle atención cuando habla de sus pasiones y pregúntale por ellas. Le parecerás interesante si lo haces.

Mark se quedó congelado, Juliette le hizo señas y continuó con la búsqueda. Aprovechando esto, Mark por fin se animó acercarse a ella.

🌼

Al otro lado de la biblioteca estaba Patrick, pero él se encontraba terminando su tarea, una de las tantas que tenía. Y en un lugar un tanto escondido que descubrió unos días atrás cuando buscaba algo de conducta criminal.

Estaba tan concentrado que no se dio cuenta de la mirada de Bella, quien llevaba un par de minutos observándolo y pensando en la mejor excusa para acercarse al genio. Cuando por fin lo tuvo, sacó un espejo de su bolso y colocó brillo en sus labios. Respiró hondo y se acercó al pálido.

Patrick escribía la última oración cuando un aroma le llamó la atención. No era necesario levantar la vista o escucharla hablar para saber de quien se trataba.

No entendía porque se quería acercar a él si toda la escuela conocía a la perfección su relación con Damian. Y aunque no estuviera con Tremblay, ¿por qué tanta obsesión con él? Es decir, parecía que a Bella le gustaban los musculosos y atléticos con los cuales pudiera ir a una fiesta, no al nerd que se la pasaba todos los días en la biblioteca y hablara de libros.

Debía contarle a Emily o Amy.

—Hola Patrick, ¿puedo sentarme contigo?

Aunque, no pudo negar que ella era muy bonita.

—Por supuesto.

Siguió con su trabajo y, luego de unos segundos, se olvidó de que Bella se encontraba ahí. Cuando por fin terminó de escribir, cerró su cuaderno y tomó otro; su última tarea del día.

—¿Ya sabes de que hablaras en el club?

Cierto, no se encontraba solo.

—No, aún no.

—Yo tampoco, no logro decidirme todavía.

Estaba por contestar, sin embargo, su celular vibró en la mesa. Era Lena. De inmediato comenzó a ponerse nervioso y su rostro se puso rojo, aunque fue Bella quien lo notó. Tomó su teléfono y leyó el mensaje que le había llegado.

"Hola Patrick, soy Lena, espero no te moleste que le haya pedido tu número a Adam.

Quería preguntarte si nos podemos ver el fin de semana, ya sabes, para platicar.

Espero tu respuesta:)".

—¿Sucede algo, Patrick?

Levantó la mirada y se encontró con los ojos intrigantes de su acompañante, de pronto, el calor se esfumo.

—No, todo está bien. ¿Qué me decías del tema que ibas a escoger?

Por supuesto, Bella no le creyó y descubriría el porqué de su sonrojo.