23: The place where it all began (I)

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Valerie se miraba en el espejo y negaba con la cabeza, parecía estar indecisa sobre el disfraz que se acababa de probar.

-Sal, quiero verte -dijo Jake.

-Me veo ridícula.

-Hazlo, Val.

Tomó la suficiente valentía para salir del probador. En cuanto lo hizo, todas las miradas de los hombres del lugar se centraron en ella, su rostro comenzó a arder y quiso que la tierra la tragara.

-¿Contento?

Jake la miró y, obviamente, notó que no se encontraba cómoda con el disfraz que eligió para ella.

-Tienes razón. Creo que el disfrazarte de conejo no fue buena idea.

Valerie levantó sus manos.

-¿Tú crees?

-Cámbiate -suspiró-. Intentaremos otro.

Ni tuvo interés de quejarse sobre sus opciones y entró de nuevo al vestidor. Al ponerse su ropa, salió decidida a encontrar algo que a ella le gustara. No quería ser de nuevo el centro de atención en ese lugar. Jake se asombró por su actitud y no tardó en seguirla.

-Creí que querías que te ayudara.

-Sí -dejó el disfraz de donde Jake lo había tomado-, pero yo también quiero verlos.

-De acuerdo.

-¿Ya escogiste uno para ti?

Jake negó.

-No logro decidirme.

Valerie lo vio, ¿cómo es que no lograba decidirse? El ir a buscar disfraz fue su idea y ya no quedaba tiempo para preguntas.

-Hay una caricatura, y uno de los personajes se llama como tú -dio una palmadita en su hombro-. Acabo de ver el disfraz, por si te interesa.

Lo dejó solo por un momento, necesitaba ser ella misma la que encontrara lo que se pondría para la fiesta. Miró a un grupo de adolescentes, las tres se reían al observar las opciones para alguna de ellas. Por un momento, se sintió triste, no tenía una mejor amiga a la cual ir a ese tipo de cosas y burlarse de banalidades. No se quejaba de Jake, desde luego que no, pero era imposible no preguntarse por un segundo que se sentiría.

Y fue cuando pasó. Gracias a esas chicas pudo encontrar el disfraz perfecto.

🌼

El lugar fue decorado para la ocasión. Los alumnos encargados de adornarlo colocaron telarañas en el techo, junto con algunas arañas, momias y esqueletos. Los ojos brillaban en la oscuridad y hacían sonidos terroríficos de vez en cuando, esto para que diera más miedo.

Las luces de colores eran poco brillantes, el humo fingiendo ser niebla le daba un aspecto tétrico. Se dejó un lugar para el Dj y bastante espacio para la pista de baile.

En los extremos se encontraba el escondite favorito de varios; las bebidas y comida.

La bebida era ponche de color verde, el cual contenía alcohol gracias a que uno de los alumnos se llevaba de maravilla con el maestro encargado de que, precisamente, no se entrara con bebidas prohibidas.

Junto a esta, se encontraba la comida. Paletas con temáticas de calabaza, pizza con el queso en forma de fantasmas, manzanas dulces que parecían monstruos, cupcakes con decoración en forma de arañas, hot dogs en donde las salchichas parecían dedos... Y muchos platillos más.

Todo estaba listo para recibir a los alumnos.

Bella Hause entró al lugar del brazo de Damian Tremblay. Se veían como una pareja, en especial por sus disfraces que casi hacían juego. En fin, eran perfectos juntos. Los chicos del lugar -incluso el maestro y algunos alumnos de último año- no pudieron despegar su vista de las piernas de la joven, o de su escote tan pronunciado. Bella sonreía con inocencia, aunque por dentro estaba encantada de ser el centro de atención. Su disfraz era de enfermera, pero la falda era muy corta y dejó el escote sin abotonar.

Mi pequeña excepción (EDDE#2)Where stories live. Discover now