Capítulo 3

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Después de salir del taxi, le resultó reconfortante que la puerta del chalé se

abriera y fuese ella el centro de atención de Bobbie. Jeanie se sintió conmovida por la

alegría con que la recibió la niña.

-Monica dice que te vas a quedar a cenar con nosotros -dijo sonriente, dándole la

manita, después de informarla de que sólo faltaba una noche después de esa, sólo una,

para que cumpliese siete años.

Jeanie había supuesto que Ward habría avisado a la asistenta desde el despacho.

-Sólo si Monica tiene comida suficiente -contestó, sonriendo a la otra mujer.

-Para dar de comer a un regimiento -afirmó Monica-. Dame tu abrigo y ve a

sentarte frente a la chimenea, que hace mucho frío.

Era agradable sentirse mimada para variar. Muy agradable. Bobbie la guió hasta

el salón, amplio y lujosamente amueblado, donde un leño enorme llameaba en la

chimenea, proyectando un baile de sombras por la pieza. Jeanie recordó que en su

anterior visita, un par de semanas antes de Navidad, había un gigantesco árbol

decorado en una esquina. Sonrió al repasar la conversación que había tenido con

Bobbie.

-¡Qué preciosidad de árbol! -había exclamado Jeanie. -¡Mira el hada de arriba!

-había contestado la niña, entusiasmada-. La he hecho yo sola. Papá dice que es la

mejor hada que ha visto en su vida -añadió henchida de orgullo.

-Es verdad, es el hada más bonita -convino Jeanie-. ¿Cómo se llama?

Bobbie la miró a los ojos fijamente y, como quien otorga un favor enorme,

respondió:

-Jeanie.

-Es mi nombre -contestó esta complacida-. Pero yo no soy tan guapa.

-Para mí sí lo eres -dijo la niña. Y luego, en un golpe de timidez, había echado a

correr hacia su padre y había escondido la cara en sus piernas.

Jeanie regresó al presente y vio a Ward levantando a su hija en brazos para

darle un besito sonoro en la punta de la nariz.

-Me he tomado toda la cena, papi -dijo la niña-. ¿Puedo bajar con vosotros

después de bañarme?

-Ummmm -Ward simuló pensarse la respuesta y miró a Jeanie-. ¿A ti qué te

parece?

-Estupendo -respondió ella, al tiempo que se preguntaba si Ward sospechaba

siquiera cómo se sentía viendo al abogado implacable de las horas de trabajo

manipulado por esa niñita encantadora.

-Hora de bañarse, señorita -dijo Monica tras regresar de colgar los abrigos.

-Venga -Ward posó a Bobbie en el suelo y le acarició la coronilla-. Te prometo

que Jeanie seguirá cuando vuelvas -añadió mientras la niña salía del salón con Monica.

-Es un cielo -comentó Jeanie. De pronto, al quedarse a solas, el ambiente había

vuelto a cargarse. Una vez más, se torturó recordando cómo había podido ser tan

Enamorada del Jefe +++ TERMINADA+++حيث تعيش القصص. اكتشف الآن