Después de salir del taxi, le resultó reconfortante que la puerta del chalé se
abriera y fuese ella el centro de atención de Bobbie. Jeanie se sintió conmovida por la
alegría con que la recibió la niña.
-Monica dice que te vas a quedar a cenar con nosotros -dijo sonriente, dándole la
manita, después de informarla de que sólo faltaba una noche después de esa, sólo una,
para que cumpliese siete años.
Jeanie había supuesto que Ward habría avisado a la asistenta desde el despacho.
-Sólo si Monica tiene comida suficiente -contestó, sonriendo a la otra mujer.
-Para dar de comer a un regimiento -afirmó Monica-. Dame tu abrigo y ve a
sentarte frente a la chimenea, que hace mucho frío.
Era agradable sentirse mimada para variar. Muy agradable. Bobbie la guió hasta
el salón, amplio y lujosamente amueblado, donde un leño enorme llameaba en la
chimenea, proyectando un baile de sombras por la pieza. Jeanie recordó que en su
anterior visita, un par de semanas antes de Navidad, había un gigantesco árbol
decorado en una esquina. Sonrió al repasar la conversación que había tenido con
Bobbie.
-¡Qué preciosidad de árbol! -había exclamado Jeanie. -¡Mira el hada de arriba!
-había contestado la niña, entusiasmada-. La he hecho yo sola. Papá dice que es la
mejor hada que ha visto en su vida -añadió henchida de orgullo.
-Es verdad, es el hada más bonita -convino Jeanie-. ¿Cómo se llama?
Bobbie la miró a los ojos fijamente y, como quien otorga un favor enorme,
respondió:
-Jeanie.
-Es mi nombre -contestó esta complacida-. Pero yo no soy tan guapa.
-Para mí sí lo eres -dijo la niña. Y luego, en un golpe de timidez, había echado a
correr hacia su padre y había escondido la cara en sus piernas.
Jeanie regresó al presente y vio a Ward levantando a su hija en brazos para
darle un besito sonoro en la punta de la nariz.
-Me he tomado toda la cena, papi -dijo la niña-. ¿Puedo bajar con vosotros
después de bañarme?
-Ummmm -Ward simuló pensarse la respuesta y miró a Jeanie-. ¿A ti qué te
parece?
-Estupendo -respondió ella, al tiempo que se preguntaba si Ward sospechaba
siquiera cómo se sentía viendo al abogado implacable de las horas de trabajo
manipulado por esa niñita encantadora.
-Hora de bañarse, señorita -dijo Monica tras regresar de colgar los abrigos.
-Venga -Ward posó a Bobbie en el suelo y le acarició la coronilla-. Te prometo
que Jeanie seguirá cuando vuelvas -añadió mientras la niña salía del salón con Monica.
-Es un cielo -comentó Jeanie. De pronto, al quedarse a solas, el ambiente había
vuelto a cargarse. Una vez más, se torturó recordando cómo había podido ser tan
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Enamorada del Jefe +++ TERMINADA+++
القصة القصيرة¿Sería posible que fuera mutua la atracción que sentía por su jefe? Jeanie llevaba años enamorada de su jefe, Ward Ryan, y desde la fiesta de la oficina, él parecía estar mostrando cierto interés personal en ella.