Capitulo 7

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DESPUÉS de casi ocho horas de sueño profundo, Jeanie se despertó sonriendo

ante los gritos entusiasmados de Bobbie. Un instante después, la puerta de la

habitación de invitados se abrió y un misil humano bajito, moreno y de ojos abiertos

aterrizó sobre la cama.

-¡Ven, ven!, ¡ven a ver mi hámster! -exclamó la niña, que no cabía en sí de gozo-.

Es preciosa. Es la hámster más bonita del mundo.

-¿Papá te ha regalado el hámster? -Jeanie se incorporó sobre las almohadas y se

apartó el pelo de los ojos mientras Bobbie botaba encima de la cama con más energía

que diez niños juntos.

Era una pregunta retórica. Después de acostar a Bobbie la noche anterior, justo

antes de que Ward fuese a ver a Monica, ambos habían entrado de puntillas en la

habitación de la niña y le habían puesto la jaula con el hámster sobre una cajonera que

había en una esquina de la habitación. Pero no quería robarle la ilusión de que se lo

enseñara, así que la dejó creer que no lo había visto.

Allí, en la habitación de la niña, mirándola dormir abrazada a un osito de peluche,

Jeanie había pensado en todas las adversidades por las que había pasado Bobbie

siendo todavía tan pequeña y se había sorprendido con los ojos humedecidos al salir

con Ward al pasillo.

Había tratado de disimular que se había conmovido, pero este había advertido el

brillo que asomaba a sus ojos.

-¿Qué te pasa? -le preguntó Ward, subiéndole con suavidad la barbilla.

Jeanie sintió un escalofrío al contacto con el dedo de Ward, pero consiguió

separarse un paso con tranquilidad.

-Pensaba en lo vulnerable que es y lo valiente que ha sido. Debes estar muy

orgullosa de tu hija, Ward.

-Sí, lo estoy -contestó este, clavándole esa mirada azul penetrante tan propia de

él-. Bobbie es única.

Al igual que su madre, pensó Jeanie.

-Gracias por dejarme compartir un momento tan especial. Pero no te entretengo

más. Debes de estar deseando marcharte a ver a Monica.

-¿Sí? -preguntó él sonriente.

-Y yo tengo un montón de cosas que hacer para la fiesta -dijo Jeanie al tiempo

que retrocedía otro paso hacia las escaleras-. Tengo que preparar las bolsas de

caramelos para la piñata.

Luego se había acostado y, nada más apoyar la cabeza en la almohada, se había

dormido. Y si había soñado algo, no lo recordaba, pensó mientras Bobbie seguía

poniendo a prueba la resistencia de los muelles de la cama.

-¿Dónde está la manada de elefantes que estoy oyendo?

Jeanie acababa de apartar la manta, dispuesta a tomar su bata de una silla

cercana, cuando oyó a Ward entrar en la habitación. Bobbie saltó corriendo de la cama

Enamorada del Jefe +++ TERMINADA+++Where stories live. Discover now