DESPUÉS de casi ocho horas de sueño profundo, Jeanie se despertó sonriendo
ante los gritos entusiasmados de Bobbie. Un instante después, la puerta de la
habitación de invitados se abrió y un misil humano bajito, moreno y de ojos abiertos
aterrizó sobre la cama.
-¡Ven, ven!, ¡ven a ver mi hámster! -exclamó la niña, que no cabía en sí de gozo-.
Es preciosa. Es la hámster más bonita del mundo.
-¿Papá te ha regalado el hámster? -Jeanie se incorporó sobre las almohadas y se
apartó el pelo de los ojos mientras Bobbie botaba encima de la cama con más energía
que diez niños juntos.
Era una pregunta retórica. Después de acostar a Bobbie la noche anterior, justo
antes de que Ward fuese a ver a Monica, ambos habían entrado de puntillas en la
habitación de la niña y le habían puesto la jaula con el hámster sobre una cajonera que
había en una esquina de la habitación. Pero no quería robarle la ilusión de que se lo
enseñara, así que la dejó creer que no lo había visto.
Allí, en la habitación de la niña, mirándola dormir abrazada a un osito de peluche,
Jeanie había pensado en todas las adversidades por las que había pasado Bobbie
siendo todavía tan pequeña y se había sorprendido con los ojos humedecidos al salir
con Ward al pasillo.
Había tratado de disimular que se había conmovido, pero este había advertido el
brillo que asomaba a sus ojos.
-¿Qué te pasa? -le preguntó Ward, subiéndole con suavidad la barbilla.
Jeanie sintió un escalofrío al contacto con el dedo de Ward, pero consiguió
separarse un paso con tranquilidad.
-Pensaba en lo vulnerable que es y lo valiente que ha sido. Debes estar muy
orgullosa de tu hija, Ward.
-Sí, lo estoy -contestó este, clavándole esa mirada azul penetrante tan propia de
él-. Bobbie es única.
Al igual que su madre, pensó Jeanie.
-Gracias por dejarme compartir un momento tan especial. Pero no te entretengo
más. Debes de estar deseando marcharte a ver a Monica.
-¿Sí? -preguntó él sonriente.
-Y yo tengo un montón de cosas que hacer para la fiesta -dijo Jeanie al tiempo
que retrocedía otro paso hacia las escaleras-. Tengo que preparar las bolsas de
caramelos para la piñata.
Luego se había acostado y, nada más apoyar la cabeza en la almohada, se había
dormido. Y si había soñado algo, no lo recordaba, pensó mientras Bobbie seguía
poniendo a prueba la resistencia de los muelles de la cama.
-¿Dónde está la manada de elefantes que estoy oyendo?
Jeanie acababa de apartar la manta, dispuesta a tomar su bata de una silla
cercana, cuando oyó a Ward entrar en la habitación. Bobbie saltó corriendo de la cama
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Enamorada del Jefe +++ TERMINADA+++
Short Story¿Sería posible que fuera mutua la atracción que sentía por su jefe? Jeanie llevaba años enamorada de su jefe, Ward Ryan, y desde la fiesta de la oficina, él parecía estar mostrando cierto interés personal en ella.