LOS SIGUIENTES días fueron los peores de toda su vida. La mañana siguiente a
la fiesta de cumpleaños, Ward no había puesto buena cara cuando Jeanie había
insistido en llamar a un taxi, rechazando su oferta de acercarla al trabajo e ir los dos
juntos. De modo que le había dado un abrazo a Bobbie, había agarrado la maleta y la
mochila y se había tragado las lágrimas al montar en el taxi y marcharse a la oficina.
Durante los siguientes dos días no había tenido noticias de Ward, aunque
tampoco había esperado tenerlas. Sin embargo, el miércoles por la mañana se había
presentado con sendas tazas de café en su despacho, como solía hacer cuando le
apetecía charlar un rato, y, tras serenar el ritmo del corazón, Jeanie había conseguido
preguntarle:
-¿Qué tal está Monica?, ¿ha vuelto ya a casa?
-Anoche -Ward sonrió y a Jeanie, de forma un tanto irracional, le entraron ganas
de abofetearlo. Parecía desquiciantemente tranquilo. Y no podía entender cómo podía
estar tranquilo después de lo que habían estado a punto de hacer el fin de semana.
-Genial -contestó por fin.
-Sí, y hemos tenido bastante suerte -comentó con alegría Ward-. La sobrina de
Monica estaba en el hospital cuando fui a visitarla el lunes y resulta que es niñera y la
familia con la que estaba acaba de marcharse al extranjero. Lo hemos hablado y está
encantada con ayudar a Monica hasta que se recupere. Si trabaja bien, quizá la
contrate indefinidamente. A Monica le vendría bien la ayuda y esta chica tiene coche
propio.
-Suena perfecto -convino Jeanie.
-A ver qué tal. Al menos todo volverá a la normalidad en casa.
Una normalidad que Jeanie había roto. Ward no necesitaba a nadie a su lado.
Seguía enamorado de Patricia y esta se había llevado la llave de su corazón a la tumba.
Siguió hablando un rato, apoyado contra una de las paredes del despacho,
totalmente relajado en apariencia. Jeanie, en cambio, estaba hecha un manojo de
nervios por dentro. Ward se quedó más tiempo del habitual ese día. Y el jueves un
poco más, hasta que a Jeanie le entró pánico a traicionarse de alguna manera y le dejó
claro que tenía unos papeles que atender con urgencia.
La estrategia de los papeles urgentes no funcionó tan bien el viernes, pero saber
que horas después se iría de Londres para pasar el fin de semana con sus padres, que
habían preparado una cena familiar con todas sus hermanas, le dio fuerzas suficientes
para mantener la compostura hasta que Ward se marchó. Pensaba que no volvería a
verlo ese día, de modo que se sorprendió cuando lo vio entrar de nuevo en el despacho
por la tarde.
-Te vas el fin de semana a casa de tus padres, ¿no? -preguntó y ella asintió con
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Enamorada del Jefe +++ TERMINADA+++
סיפור קצר¿Sería posible que fuera mutua la atracción que sentía por su jefe? Jeanie llevaba años enamorada de su jefe, Ward Ryan, y desde la fiesta de la oficina, él parecía estar mostrando cierto interés personal en ella.