Capítulo XXII

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Jade
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Me desperté en la habitación de Vega, al principio no recordaba lo que había pasado, pero, fueron pasar unos minutos y me acordé de todo. ¿De verdad lo hicimos? No puedo creer que haya sido capaz de caer tan bajo con ella, pero ya no hay marcha atrás, está todo hecho.

Miro la hora y nos habíamos quedado dormidas hasta el día siguiente, eran ya las siete, así que iba a despertarla ya para ir a clase, pero obviamente, la iba a despertar muy delicadamente.

Me preparo un poco y...

—¡Vega, despierta, arriba! -le grito en la oreja.

Ella da un salto pero no se asusta, creo que se está acostumbrando.

—Ya no me asustas -dice frotándose los ojos.

—Bueno, al menos yo me río.

Ella se queda callada, como pensando, de seguro estaba recordando lo de ayer.

—Sí, Vega. Yo también lo sé.

Ella llevó sus manos a su cara en forma de vergüenza, mucha que tenía ya que se puso roja como un tomate.

—Relaja, no es tan malo -digo poniéndome más cerca de ella.

—Lo sé, pero... No sé, fue contigo, la chica que me odiaba.

—Ya ya, pero relaja mujer -respondo pasando mi brazo por su hombro.

Ella me mira raro, sabe que yo no soy de tocar a alguien de esa manera.

Yo me separé de ella, cogí su mentón y le di un beso. Poco a poco me voy dando cuenta de que le pongo los cuernos a Beck, pero ya me da igual.

Al separarnos, empezamos a prepararnos para irnos, y al bajar, nos encontramos a Trina diciendo un número por el teléfono.

—96734KB150QWYA.

—¿Qué haces?

—Shhh, calla. Estoy hablando con el de correos para que me envíe mi crema facial -responde ella- 482GC... -sigue pero alejándose de allí.

—No la soporto, en serio.

—Yo vivo con ella, ¿te crees que yo no?

Me callo y me siento a esperar a que la loca de su hermana termine para irnos.

—3518RLX2947FAM... -vuelve a pasar Trina por aquí diciendo aún el número.

—Uf, es que no puedo -digo yo echando una mano a mi frente.

—Tranquila, no creo que le falte tanto -responde Vega de brazos cruzados.

De repente, la oímos de nuevo llegando aquí.

—AQNU4028ÑPW...

—¡Cuelga ya! -le grito con muy mala ostia.

Ella cuelga porque se equivocó.

—¡Me equivoqué por tu culpa!

—Te aguantas.

Ella bufó y cogió su mochila para así irnos de una vez al HA.

○ ○ ○

Estábamos con los chicos en las taquillas, cuando, de repente, se acercaron los hermanos Grey.

—¡Hola! -dijo Cristina.

—Hola chicos -añadió Matías.

—¡Hola! -respondió Vega con una sonrisa muy grande, ¿acaso le gusta?

» No lo quiero reconocer;; JoriWhere stories live. Discover now