7

254 22 1
                                    

Me encontré con el chico que amo
Lloró en las calles de San Francisco.

Happy y Jimin llevaban caminando por varios minutos. Ambos iban en silencio disfrutando de la fría brisa de la tarde, el sol ya se escondía y la temperatura subía. El coreano miraba a la chica, últimamente lo hacia demasiado, ¿que pasaba con él? La pequeña noto la mirada del chico quien se puso nervioso al ser descubierto, ella dejo sacar una pequeña risita.

-¿Ya regreso Happy o sigues como Angry? -pregunto molesto pero a la vez aliviado que por fin se fuera el mal humor de la chica-

-vaya juego de palabras -contesta sonriendo- lo siento si me puso algo... Loca -buscaba las palabras- si, loca, pero en mi defensa -levanto el dedo indice de su mano derecha y se puso frente a Jimin- es demasiado horrible esto -después de aclararlo siguieron caminando, pasando por una farmacia, el chico recordó lo incomodo que fue hacer el favor  y se ruborizo, Happy lo noto y sonrió- ¿apoco fue muy vergonzoso?

-claro, esas cosas deberían de hacerlo solo las chicas -protesta irritado- no volveré a hacerlo

-no todos los hombres son así, muchos ayudan a sus novias en esos días, es una gran prueba de amor

-¿como es una prueba de amor eso? -ambos se detienen-

-si, tienen que aguantar la peor versión de ti, hacer ese tipo de favores, comprar chocolates y darte mucho cariño  

-eso suena horrible, ademas, ¿para que el chocolate?

-ayuda a calmar los dolores, y de seguro por eso no tienes novia -el coreano rodea los ojos y sigue caminando hasta llegar a una banca y sentarse, la chica se sienta enseguida de él, estaban en una plaza, habían tiendas y varios puestos de comida callejera, todo olía realmente delicioso, la pequeña no había comido en todo el día así que su estomago demandaba un poco de comida-

-¿tienes hambre? -la chica se ruborizo y negó-  

-ya comeré algo cuando llegue a casa, no te preocupes -la tierna sonrisa derrite a Jimin, pero no dura mucho, pone las manos incomoda en su vientre, el chico deduce que son los dolores menstruales. Se pone de pie- 

-espera aquí -ordena a Happy, quien asiente y lo ve alejarse, minutos después llega y vuelve a sentarse-

-¿a donde fuiste? -el coreano le entrega una barra de chocolate, de la vergüenza no la mira, ella la toma y se sonroja- gracias -hace un pequeña reverencia y no deja de sonreír mientras mira aquel regalo el cual comenzó a saborear con una sonrisa, ¿acaso el corazón de Jimin se estaba ablandando? Cada vez tenia más gestos amables con ella, aunque lo hiciera con mala cara, pero a Happy le encantaba-

-¿quieres comer? -la pequeña seguía con hambre, el chocolate quito los dolores pero no el apetito-

-no, vayamos a casa, preparare algo rico para los dos

-tranquila, me dieron demasiado dinero por despedirme, si es lo que te preocupa, además no es un fino restaurante -decía tranquilo-pero si no quieres...

-¡siii! -se levanta y sonríe emocionada como niña pequeña, a Jimin casi le saca una sonrisa-

-vamos .


No sentían la mirada de un joven que los miraba a lo lejos mientras comían. Aquel chico estaba de espaldas a ellos, tal vez no quería ser reconocido por su ahora esposa sin memoria, aunque él no sabía de eso. Tomaba cerveza en un pequeño bar, las sillas de afuera estaban vacías excepto por la mesa de él. Daba miradas por encima de su hombro para observar a la pelirroja reír y comer. De pronto su celular timbra, era el papá de la chica.

-¿Si? -contesta irritado, pues el señor marcaba cada día desde aquella misteriosa llamada que hizo su pequeña-

-¡hasta que respondes! llevo días tratando de hablar contigo o con mi hija, ¿que esta pasando? se supone que debieron regresar ayer a San Francisco, déjame hablo con ella -el chico entra en pánico-

-es que... -mira sobre su hombro y ve a su esposa limpiar los labios del chico con el que estaba y como el coreano se sonrojaba mientras ella sonreía- paso algo -sonrío con malicia- 

-¿paso algo con mi hija? -pregunto el padre preocupado-

-no no no suegro

-sabes muy bien que si llegas a hacerle algo no te daré la empresa y haré que te hundas en la cárcel -el chico trago un nudo en la garganta preocupado- 

-lo se, es solo que, señor no se como decirle...

-¡dilo!

-ella me dejo por otro, escapo con un hombre coreano, ¡me engaño!

-no puede ser, imposible, ¡quiero que regresen ahora mismo!

-señor no le estoy mintiendo...

-si descubro que le paso algo a mi pequeña, te voy a matar ¡¿escuchaste?!

-pero...

-tráela a Estados Unidos lo más pronto posible, si ella no viene personalmente y me da una explicación de lo que pasa, voy a mandar a mis hombres a buscarte, y créeme que te vas a arrepentir

-si señor 

-y mantente en contacto conmigo o si no juro que yo mismo voy hasta Corea y traigo tu cabeza

-esta bien

-conozco a mi hija y se que nunca haría eso -el señor apretaba los dientes enojado, no podía creer lo que ese hombre acababa de decirle sobre su pequeña, algo estaba mal-así que ya te dije, o la traes contigo, o no vuelves a pisar América nunca -la linea se corto, el chico aprieta el puño enojado- 

-¡mierda!, si descubre que engañe a su maldita princesita, me ira muy mal, tengo tan mala suerte, busque en hospitales, la policía y no había rastro de ella, y mis colegas de la empresa tampoco la habían visto por allá, así que debía seguir aquí, y quien diría que con un chico -le da un trago a su cerveza y sonríe- pues no le mentí tanto a tu papá mi amor, andas por las calles de Busan con un desconocido jugando al amante, debiste morir aquella noche... Sería un problema si tu padre se entera que te engañe en nuestra noche de boda y aparte te atropelle... Aunque si lo pienso, ahora no puedes decir nada ya que tu también me estas engañando, así que nos vamos a quedar callados, vendrás conmigo a casa,  el maldito viejo me dejara en paz y aparte heredare la empresa millonaria de tu papi, aun así salí ganando yo, ya no tendré que inventar una historia de tu muerte ni nada de eso -sonríe victorioso- vamos a casa corazón -se pone de pie y gira, pero su esposa y el coreano, ya no estaban, haciéndolo enojar-

Begin Again [Park Jimin]Where stories live. Discover now