Capítulo 4

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Después de aquella discusión todos se quedaron en la habitación, todos estaban en silencio, a la espera del segundo hermano.

Mientras, Todomatsu intentaba distraerse con su teléfono, Ichimatsu se encontraba en una esquina junto con Jyushimatsu quien hace poco había dejado de llorar; Choromatsu “leía” una revista que sacó al azar aunque en realidad observaba al mayor de todos quien se encontraba al lado de la ventana mirando a la nada.

El ambiente era un tanto incómodo y nadie sabía que hacer para aligerarlo sin causar otra discusión.

Las horas pasaban y sin darse cuenta la hora de la cena llegó. Todos bajaron en cuanto su madre les llamó.
Aunque ya se había vuelto costumbre ignorar la presencia del segundo Matsuno no se podía ignorar el hecho de que se sentían incompletos.

Todos estaban distraídos y se podía notar más en Jyushimatsu ya que apenas y tocaba la comida, esto preocupaba a los demás quiénes después de unos instantes voltearon a mirar al mayor (exceptuando a Jyushi), quien comía sin ganas y de vez  en cuando dirigía su mirada al de amarillo para después bajarla y hacer una mueca, sabían que se estaba culpando por su anterior comportamiento con el quinto.
Sabían que era algo complicado que se disculpara, pero por más que quisieran, no podían ayudar, era mejor no entrometerse por ahora.

Terminada la cena subieron, se pusieron sus pijamas y acomodados el futon; cada uno se acomodaba en su lugar, sin embargo, aún no podían o más bien no querían dormir, pues Karamatsu aún no llegaba.

Los minutos pronto se transformaron en horas y aunque no quisieran cada uno empezó a caer dormido. Todos menos uno.

Si bien Ichi y Totty no pueden dormir sin Karamatsu, el cansancio pudo más, había sido un día bastante agitado y agotador, al menos, mentalmente.

Pasada la media noche llego un cansado Karamatsu quien al entrar a la habitación sonrió con tristeza, parecía que sus hermanos seguían sin darse cuenta de su ausencia y por primera vez, eso le alegró pues así la despedida sería menos dolorosa… para ellos.

Sin hacer ruido se puso su pijama pero antes de acostarse en su lugar vio una figura en el pequeño balcón, lo que le extrañó. Con cuidado de no despertar a sus hermanos se dirigió a la ventana y al abrirla le sorprendió ver que se trataba de Jyushimatsu, quien se había quedado dormido.

-Jyushimatsu…- susurró al estar frente al mencionado.

Pensaba cagarlo y acomodarlo en el futon pero quedó sorprendido al ver que aún entre sueños Jyushimatsu estaba llorando, la sonrisa de su hermano ya no estaba, sea lo que haya pasado debió ser muy grave para dejar en ese estado a su hermano.

Karamatsu adoraba a sus hermanos y deseaba que fuesen felices siempre, pues no quería irse con una imagen triste de ellos, así que con un poco de temor movió el hombro de Jyushimatsu.

-Hey, Jyushi. ¿Qué haces aquí hermanito?- preguntó suavemente al ver despertar al menor.

-¿Hum? ¿Karamatsu-niisan?- susurró mientras se tallaba un ojo en un intento por despertar.

-… ¡Karamatsu-niisan!- gritó feliz para después lanzarse a los brazos del mayor.

-Volviste… Karamatsu-niisan volvió- mencionó en voz baja mientras escondía su rostro en el hombro del mencionado.

Karamatsu estaba confundido y estaba a punto de preguntarle a Jyushimatsu el porqué esas palabras pero se detuvo cuando sintió que su hombro comenzaba a mojarse, sea lo que sea podía esperar. Con cuidado envolvió al menor en una cálido abrazo, dejando que el menor llorara hasta que se calmara.

Después de unos minutos se separaron.

-¿Estas mejor my little Jyushimatsu?-

-Si, perdón niisan-

-No tienes porque disculparte, pero dime, ¿Por qué llorabas?-

-¿Eh? Yo… yo ehm… extrañaba mucho a niisan porque hace días que no estaba en casa… extraño cantar con niisan- el menor no pudo evitar que su voz saliera entrecortada no le quería reprochar el efecto que tuvo su ausencia pero tampoco quería otra pelea entre sus hermanos.

-De verdad lo siento my little Jyushimatsu…- “pensé que estarían mejor sin mi… pero creo que me equivoqué” pensó un poco decaído antes de volver a hablar.

-¿Qué te parece si mañana salimos a divertirnos?-

-¿De verdad?-

-¡Claro! Pero tienes que prometerme algo-

-Si, ¿Qué es?-

-Que pase lo que pase nunca dejarás de sonreír-

-¿Aunque este triste?-

-Cuando estés triste o alguien más lo este, es cuando incluso tienes que sonreír más- le respondió mientras sonreía levemente.

-¿Por qué?- la promesa y palabras del mayor lo tenían un poco confundido.

-Porque la sonrisa de Jyushimatsu es brillante y cálida como el sol y cuando alguien está triste la sonrisa de Jyushimatsu hace sonreír a los demás-

Esas palabras habían llegado a lo más profundo del corazón del menor, palabras que viniendo de su querido hermano hacían que su pecho sintiera una ligera calidez.

-Esta bien niisan, lo prometo- contestó mientras le dedicaba una sonrisa al mayor.

-De acuerdo, ahora vamos a dormir sino nunca nos levantaremos- dijo mientras se levantaba y le tendía la mano a Jyushimatsu.

-Si- respondió feliz mientras tomaba la mano del mayor.

Una vez dentro, Karamatsu estaba a la espera de su hermano se durmiera, pero…

-Niisan…- susurró el menor mientras lo sujetaba de la manga.

-¿Qué sucede my little sunshine?-

-¿Puedo dormir junto a Karamatsu-niisan?-

-¿Eh? Por supuesto- a pesar de la extrañeza que su petición causó, respondió afirmativamente pues nunca le negado nada a sus hermanos; además estaba bien, así podría apreciar y recordar más los momentos con su pequeño hermano.

Colocando una manta al lado del quinto y tomando su almohada, se acostó y poco después cerró los ojos.
Jyushimatsu pensando que ya estaba dormido se acercó a Karamatsu y al no ver incomodidad en él, lo abrazo para después susurrar.

-Buenas noches niisan, te quiero- instantes después su abrazo fue correspondido. Y una leve sonrisa adorno el rostro del menor.

-Buenas noches Jyushi…- susurró Karamatsu adormilado.

En cuanto sintió la respiración pausada y tranquila de Jyushimatsu respondió.

-Yo también Jyushimatsu…- miro a los demás quienes seguían dormidos.

-… yo también- sus ojos se comenzaron a cerrar y poco a poco el sueño lo venció.

SecretoWhere stories live. Discover now