Capítulo 12: Desafío final, un nuevo inicio

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-Día 180-

(Punto de vista: Astaroth)

-Sala del trono, Calabozo del crepúsculo-

Yo soy Astaroth, amo y señor del calabozo del crepúsculo, progenitor de la caída del antiguo reino de Lerontes, capital del Continente Letonia, llamado así por los primeros reyes de esta tierra.

A través de los siglos he observado a este mundo desde este trono, he visto el nacimiento y la caída de reinos, de reyes, príncipes y seres de poder sobrenatural, considerados como entes sagrados en este mundo. He visto a individuos de cada especie, entes con talento y otros que no poseen nada especial. He usado la magia [Clarividencia] para copiar y reconstruir cada libro de hechizos que las especies inteligentes han desarrollado en este mundo.

He sido testigo de cientos de disputas entre mortales, conflictos y guerras causados por la codicia, lujuria, traición, orgullo, y sed de sangre. Las vidas de los mortales, resultan ser algo frágiles y cortas, tan poco aprovechadas, y que rara vez logran alcanzar su máximo potencial.

De todos los seres en este mundo, los humanos son aquellos dotados con el mayor número de caminos posibles, incluso podría decirse que poseen un potencial ilimitado, pero aun así son los que más desperdician sus propias dotes, y nunca logran alcanzar su verdadero potencial.

El límite del poder humano, era algo desconocido incluso para mí, ya que no existió hasta ahora un humano que sobrepasara o encontrase sus propios límites, no sin sufrir primero alguna transformación o degeneración monstruosa. Al menos, no hasta ahora.

Siendo un día sin nada especial, un pequeño intruso apareció en mi calabozo, alguien que llegó sin saber cómo al piso final de este calabozo, el cual fue olvidado y abandonado por la gente de la superficie y dejado como solo una leyenda.

Este chico de nombre Shimon, no solo logró una proeza que miles de aventureros y caza tesoros no lograron jamás, sino que lo hizo teniendo el nivel de un niño que nunca luchó en su vida.

Llego aquí con una propuesta, una fuente de información que pasó desapercibida para mi durante todo este tiempo. La letra, el lenguaje, el detallado de las imágenes, y ese dispositivo con la capacidad de almacenar miles de libros en su interior, eran todos de mi interés.

Incluso yo, el [Rey no muerto] Astaroth, podía encontrar un leve entretenimiento a pesar de mi estado como [No muerto] en el conocimiento y razones de este humano para ofrecerme tanta y valiosa información, que detallaba avances alquímicos y mágicos fuera de mi comprensión.

Para salir de dudas, realicé experimentos basados en los libros traducidos o teorías dadas por aquel intruso, para comprobar la veracidad de estos. Aquellos que contenían leyes de la física y de los elementos, describiendo de una forma hasta ahora desconocida los elementos de los que estaban compuestos minerales como el oro, la plata, o el cobre, así como las medidas de temperaturas exactas para provocar una reacción o cambio de estado sobre estas.

Instrumentos de medición, medicinas para curar enfermedades comunes en los mortales, una guía para identificar enfermedades humanas, cosas que parecían avanzadas y a la vez irreales.

Aunque el contenido parecía verídico, muchas de las plantas y animales retratados no parecían existir en este, no al menos en la época actual.

Los libros de bestias que había traducido hablaban de animales que poseían caracteres comunes sin rasgos especiales, carentes de alguna capacidad mágica o de algún núcleo de monstruo que los mantuviese en su forma corpórea.

This is another world (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora