02 | Admiración.

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02 | Admiración.


Momo padecía insomnio.

Temía dormir, cerrar sus ojos y perderse en sus sueños. Ilusorios y aterradores; bañados de un toque de realidad, que sólo espantaba a la morena.

Odiaba tener pesadillas cada noche.

Era como la dosis perfecta de sufrimiento que, ella tanto necesitaba. 

En cada uno de sus sueños, aparecía un misterioso hombre que siempre restregaba su cabeza sobre el hombro de la mujer. Logrando que Momo, sufriese un ataque de paranoia en ese mismo instante.

Todo pasaba tan rápido que, era increíble la velocidad en la que las manos de aquel sujeto, paseaban con total autoridad el cuerpo de la chica.

Besando con brusquedad la piel tan suave que poseía la fémina; ésta no podía evitar sentir el miedo recorrer por sus venas.

Las gotas de lluvia de aquel anochecer, caían con desesperación. Chapoteando en el suelo, silenciando los quejidos de dolor, lanzados por la mujer.

Lo peor de todo, era que sólo podía observar los ojos del individuo. No presenciaba su rostro, ni su cuerpo. 

Era un muñeco que, trataba de escurrirse por su cuerpo como un mero ladrón.

Y Yaoyorozu era la afectada, que quería huir. Desaparecer de aquella habitación, o siquiera abandonar su cuerpo con tal de que su indignada alma logre escapar de la devastación.

Le dolía la dureza de los movimientos del chico, como si fuese un verdadero inexperto; como si sólo quisiese que la mujer sufra de dolor.

La luna era testigo del cruel acto, se negaba a cooperar, no deseaba relucir con su luz la habitación. Por primera vez, la egoísta luna quiso apreciar lo que estaba ocurriendo, en vez de ayudar a la pobre femenina.

No podía saber quién era la persona que la estaba abusando de una forma totalmente grosera, que sólo traía más resentimientos por aquellos ojos con heterocromía.

Estaba aborreciendo el café en el ojo derecho del individuo, y el cielo impregnado que producía su ojo izquierdo.

El hombre con su mano llena de frialdad, tapó los labios de la chica, silenciando sus quejidos. Le aturdía los sollozos ahogados de la mujer, y no podía evitar ser un tanto brusco con tal de callarlos.

La morena queriendo despertar de su interminable pesadilla, comenzó a morder su labio inferior. La caliente sangre amortiguaba el ardor que traspasaba sus piernas, ahora llenas de moretones realizados por la persona frente a ella.

Su cama era un total desastre, las almohadas se encontraban restregadas por todo el suelo, las sabanas arrugadas quedando en el borde de ésta. 

El joven no paraba de sonreír, percibiendo el placer que el deseable cuerpo de Momo le obsequiaba. Estaba siendo un completo egoísta, al sólo poder apreciarla él solo.

Pero, no le importaba. Con tal de sentir su caliente cuerpo otra vez sobre el suyo. Era como un sueño que no quería que jamás terminara.

Eran pensamientos tan distintos, el tipo ignoraba las suplicas de la chica sobre que la soltase. 

El muchacho con su mano derecha, agarró con dureza los cabellos morenos de la mujer de la mujer de la creación. Que se sentía una verdadera cría, incapaz de defenderse sola.

Un abrasador dolor empezó a quemar cada parte de su cuerpo; logrando percatarse del infierno que se estaba amenazando en cada estancia de su cuerpo. 

Creación | Momojirou.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora