03 | Afecto.

2.2K 299 255
                                    


03 | Afecto.

Momo era delicada.

Era como el cristal más quebradizo que pudiese existir. 

Su material se basaba en sonrisas falsas y risas ideales. 

Era ese prototipo que sonríe sólo para ser aceptada, sólo para que la gente no la traté como un error entre toda la perfección.

Su piel estaba cubierta por una tela de falsedad e hipocresía. Sus ojos se bañaban en mentirosas lágrimas que trataban de recorrer su rostro, siempre que se les daba la libertad que merecían.

Sus labios eran la suavidad de su persona, eran aquella fragilidad tan verdadera que cautivaba.

Su cabellera idealmente peinada, era la punta del iceberg, el azabache de sus mechones eran la mismísima oscuridad de su alma. Esa negrura que trataba de ignorar, o simplemente limpiar.

Era esa suciedad que, no podía ser removida.

Momo estaba bien, así.

Estaba bien con ser tratada como un juguete, como basura que en cualquier momento puede ser desechada.

No le importaba ser utilizada a la libertad de los demás, todos eran felices de aquella manera. Entonces, ¿por qué no hacía el intento de ser feliz de aquella forma?

Los golpes eran como la sonata de dulzura que tanto necesitaba, rompían su piel tan falsa. Que no podía evitar sonreír al saborear la sangre que caía sobre su mejilla.

El moretón de su ojo hinchado, la ponía increíblemente alegre. Limpiaban con lágrimas rojas la suciedad en su iris, la volvían una persona honesta.

Sus labios rotos, dolían de una manera imprescindible, la única parte de una persona verdadera sufría. Pero, no era nada que no pudiese amortiguar.

Su corto cabello era como el perfecto desastre, la larga cabellera que poseía fue severamente cortado por aquellas máquinas que habitaban como humanos.

La oscuridad de su alma seguía allí, intacta. Ni siquiera la crueldad de la sociedad era capaz de purificarla.

Por primera vez, le agradó pasar un cumpleaños de esta manera. Llorando con gotas de sangre, con moretones en su delicada piel, con golpes en su tela de falsedad.

Estaba contenta por el trato de sus compañeros, estaba tan contenta que sollozaba involuntariamente. 

Estaba satisfecha, gritando por la ardiente herida de su labio. Aunque sea, desahogaba su alma.

De esta manera, se limpiaba a sí misma. Su ser se rejuvenecía, creciendo como un ideal prototipo aceptado por la humanidad.

Ella era un intento de aquello, por dicha razón la gente la maltrataba, ¿verdad?

Tal vez, eran generosos. No querían que se llenase de palabras en su interior, ni de gritos internos que luego, no pudiese soltar.

Eran buenos, ya que, al golpearla con aquel quebradizo espejo, sonreían. 

— ¿Estaban haciendo algo bueno, verdad?

Le preguntó a la vacía habitación en la que recurría su eterno cumpleaños. Cumplir años así, era reconfortante.

La almohada era su amiga, y la soledad su fiel compañera. ¿Qué más necesitaba? Nada.

Su madre ni siquiera se molestó en dejar un simple mensaje, sus familiares ignoraron este día como siempre suelen hacer. 

Creación | Momojirou.Where stories live. Discover now