iii.

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Después del "accidente" de Sehun las personas en el colegio comenzaron a alejarse de él como magia. Ya no le rogaban por su compañía ní por su atención. Preferían dejarlo a un lado completamente solo. Tambien el pequeño demonio de Byun Baekhyun dejo a mí pequeño. Fue gracias al parche que llevaba y que haya encontrado a su pequeño cachorro degollado en su cuarto. Necesitaba un incentivo para por fin dejar solo a mí Sehun, temía que no entendiera pero Byun no era tan estúpido como parecía. O tal vez sí me había visto cerca su casa esa tarde. No importaba ya, mí misión fue cumplida. Ya no se colgaba de su brazo o buscaba molestar mí pequeño. Yo por fin me quede tranquilo en los recreos.

Con la nueva aparencia de Sehun las personas en el pueblo comenzaron a hablar a sus espaldas cuando pasabamos por las calles, apuntaban a su rostro y a donde una vez estaba su ojo izquierdo clamando horror. Los insultos y las críticas solo llevaron a que Sehun se volviera retraído, callado, serio y distante al mundo de afuera. Pero conmigo seguía siendo el dulce ángel del cual me enamoré. Sehun nunca se cerró hacia mí, todo lo contrario, me dejo entrar más que nunca.

Su madre había seguido desapareciendo por las noches pero con el paso del tiempo comenzaba a llegar el dia siguiente. Se desparecía por dias, semanas y llego un momento donde ya no regresó. Simplemente mandaba a Sehun un poco de dinero para que pudiera sobrevivir a duras penas. Él se culpaba todos los días por llevar a su madre a abandonarlo. Todo el pueblo odiaba su madre por no ser una mujer ejemplar y preocuparse por su hijo, igual la odiaba pero por razones distintas.

Ser abandonado por su madre solo contribuyó a que Sehun tuviera más y más miedo por las noches. Sabiendo que estaba solo en esa casa era una tortura. Dormía con un ojo abierto por el temor que le inundaba, para que aquella persona que le quitó el ojo no regresara. Era y seguía siendo víctima de las sombras y pesadillas noche tras noche en todos estos años.

Sufrió en silencio por tanto tiempo a causa de su madre desaparecida. Y yo no podía hacer nada por más que quería, Sehun pensaba que había quedado solo por completo.

"Hunnie no es cierto. Me tienes a mí... Yo nunca me iré."

Era su cumpleaños número 16 y los dos nos encontrabamos en la cocina de su casa. Había reunido un poco de dinero de la misera mesada que me daba mí padre, bueno, del dinero que le robaba antes de que lo gastara todo en trago y pude comprar a mí ángel un pequeño pastel de chocolate que tenía en letras rosadas "Feliz cumpleaños Hunnie". Era lo mejor que pude hacer aunque no era suficiente. Debía hacer mucho más. Las cosas en mí casa se habían vuelto aun más difíciles de lo que podía imaginar alguna vez. Hace dos años mí madre nos abandonó y mí padre solo pasaba su tiempo en los bares, yendo de pueblo en pueblo, apareciendo un día por semana y a veces no. Me pegaba golpizas más fuertes los dias que aparecía. Me culpaba por su desgracia. Por ser infeliz. Por hacer que mí madre nos abandonara por otro hombre y otra familia. Ya no me importaba nada, solo me importaba mí Sehun.

Escape de mis pensamientos y observe como miraba el pastel con una sonrisa. Sehun había crecido mucho en todos estos años. Su cara se volvió más definida, su mandíbula creciendo solo lo suficiente para parecerse a uno de los bustos de Apollo que había en la sala de historia en el colegio. Sus labios mantuvieron el tono rosado de siempre aunque habían crecido a ser más carnosos y suaves. Su nariz se volvió más refinada y lo suficientemente respingada para parecer de nobleza. Y es que con su pelo negro, su piel pálida, sus piernas largas y toneadas, Sehun parecía un principe de algún cuenta de hadas. Ya no era un niño indefenso de 9 años como cuando lo conocí. Ahora era un precioso hombre de 16 que se había vuelto más bello de lo que podía haber imaginado algún dia.

—Es hora de pedir un deseo Hunnie. —tome el encendedor y la vela azúl para colocarla en el centro del pastel. Encendí la vela, dejando a lado el encendedor para tomar su mano encima la mesa vieja y desgastada de la cocina. Le regale una sonrisa sincera cuando nuestras miradas se encontraron, sentía las mariposas de siempre revolotear dentro de mí estómago cuando me sonrió en respuesta. Observe como contemplaba la pequeña llama, la luz reflejada en su ojo derecho, haciendo más encantador la imagen. Luego de unos instantes sopló la vela y con ello mandando su deseo afuera al universo. Pero también hice un deseo, el mismo que hacia todos los dias, año tras año tras año.

El Chico Con Un Ojo [ChanHun]Where stories live. Discover now