3.

736 84 36
                                    

—¿Qué paso doctor?. — pregunte ansioso.

—Bueno, la señorita esta fuera de todo peligro. Ha salido todo con total éxito.— era como si todo mi cuerpo, interiormente y exterior estuvieran sintiendo un aire caliente de felicidad.

—¿Puedo pasar a verla?

—Sí, solo que ella esta dormida, después de ese tipo de operaciones es normal que termine agotados.— asentí

—Pero, ¿puedo?.— asintió sonriendome.

Camine lo más rápido posible, quería verla, saber que estaba bien. Estaba fuera de todo peligro, todo había salido perfectamente, todo volvería a la normalidad. Llegando a la habitación, entre, abrí la puerta con absoluto silencio, y la cerré con las mismas.

Ella estaba ahí acostada, toda hermosa como siempre. Me acerco a la camilla. Tomo una de sus manos, estaba helada que por golpe de frialdad solté su mano como reflejo; me reí de mi acción. Volví a recoger su mano, es como si ella sintiera la mía pues al sentir el tacto se entrelazaron nuestras manos. Una sonrisa apareció en mi rostro.

—Te amo.— le susurré.

Me acerque a ella, le plante un beso en su frente. Hace unos momentos estaba muriendo de nervios, queriendo despertar de este horrible sueño pero ahora saber que ella esta bien es todo lo que me hace feliz.

Le empecé a sobar sus manos para calentarlas, estaban heladas no sabia si era bueno o malo, pero se las estaba calentando mientras les plantaba un beso de vez en cuando.

—Eres el amor de mi vida, Luna, no vuelvas a espantarme así.— acariciaba su mejilla.

—Quiero casarme contigo.— reía feliz.

Estaba dispuesto a proponérselo. Estaba mas que seguro, que era ella la chica perfecta y correcta que siempre había buscado. Desde que la conocí puso mi mundo de cabeza, era ella.

Nunca me detuve a pensar en el matrimonio, era una idea que no quería realizar nunca, era totalmente absurda ¿para que casarse si están seguros que se aman?, pues si, así eran mis pensamientos.

Ella llega y me hace cambiar de idea, quiero que todos sean testigos de mi amor hacia ella, y sobre todo Luna. Que sepa cuanto la amo y no me separare de ella pase lo que pase. Quiero pasar el resto de mi vida a su lado.

Y por ahí aún estamos chicos, pero realmente no me importa que piensen de mi ni de lo que digan, solo quiero estar junto a ella. Hasta que la muerte nos separe.

—Ire por un café y a comer algo, creeme, linda desde lo sucedido solo he tomado café. — reí. —Ya vengo. No te vayas.— reí inconscientemente. Le plante un beso en la mejilla antes de irme.

Me pare y fui hacia la puerta. Giro la manija, antes de retirarme, volteo a verla y una sonrisa de dibuja en mi rostro.

—¿Y?, ¿como esta todo?.— me preguntaron ansiosos mis amigos.

—Pues esta dormida, aún, seguramente despertara en un rato.— respondí de la manera mas atenta.

En fin, mis amigos pasaron a ver a mi Luna mientras yo me dirigía a mi casa, estaba pensando en descansar un poco, estaba realmente agotado y hasta ahora lo sentía.

Narrador omnisciente.

¿Nunca se han detenido a pensar en las consecuencias de las cosas?, Matteo ya había planeado mil cosas sólo que faltaba la parte más importante de todo. Ella.

¿Y si Luna no quería casarse con él?, ¿si se le había ido el amor?, muchas cosas pudieron haber pasado, cosa que Matteo no percato. El sabe que esta fuera de peligro, pero, ¿eso significa que todo volverá hacer como antes? No, claro que no.

Recuerdame |Lutteo|Where stories live. Discover now