Capítulo 3

34 4 7
                                    




Después de esa pequeña "discusión" en la cocina, decidí ir a ducharme para despejarme un poco, tarde aproximadamente unos quince minutos bañándome. Al salir me puse mi pijama, ya que el resto del día no pesaba hacer absolutamente nada.

Estaba terminando mi tarea, cuando alguien toco a mi puerta.

-Adelante-dije, al instante se abrió la puerta. No volteé a ver, continúe con lo que hacía.

- ¿Podemos hablar?- Pregunto Celeste- tomando asiento al lado mío

- Claro- dije, dejando al lado lo que hacía

- Mira- dijo- yo sé que ese chico te gusto, aunque me lo niegues. Realmente no tiene la mejor reputación del mundo, pero uno no manda al corazón, cuando alguien te gusta, solo te gusta y ya. Solo te pido que tengas cuidado, no quiero que te rompan el corazón. Cuando ella termino de hablar, al instante me llego un mensaje

- Mensaje de Mario-

Ella se dio cuenta que él me había escrito, solo me voltio a ver y se rio.

-Hablando del rey de roma- dijo en un tono burlón- en serio, ten cuidado. En ese instante se levantó y se dirigió a la puerta y antes de irse, se volteo y dirigió su mirada a mí y me dedico una sonrisa. Realmente amaba a Celeste, sabía perfectamente que ella quería lo mejor para mí, tratare de escucharla.

Unos minutos después que ella se fue abrí el mensaje

-CHAT DE MARIO-

M: ¿Estás ahí?

J: Si

M: ¿Qué vas hacer hoy en la noche?

J: Nada, supongo

M: Te invito a cenar, paso por ti a las 7:17 P.M ¿Te parece?

J: Claro, nos vemos a esa hora

En ese momento tire el teléfono en la cama y comencé a gritar de alegría. Al instante entro Fernanda preocupada a la habitación.

-¿Qué pasa?- pregunto muy alterada

- Nada- dije riéndome- solo que un chico me invito a salir. Al escuchar eso me miro con una sonrisa pícara.

- Bueno que esperas- dijo- vamos arreglarte

La hora paso demasiado rápido. Fernanda me ayudo arreglarme, había escogido un vestido rojo que nunca me había puesto, y me maquille de la forma más discreta, no me gustaba ir muy cargada.

Mario me llamo a la hora acordada para informarme que se encontraba afuera, en cuestión de dos minutos ya estaba abajo. Al abrir la puerta del edificio, vi que se encontraba recostado del carro. Al verme se quedó sorprendido, como si un fantasma estuviera enfrente de él.

-¿Qué pasa?- pregunte

- Te ves hermosa- dijo con un brillo en sus ojos. Yo simplemente me sonroje

- Gracias, tú también- dije sonrojada. Al instante abrió la puerta del copiloto haciendo una seña con su mano para que ingresara al auto, a lo cual le agradecí, cerro la puerto, rodio el carro en cuestión de segundos e ingreso al carro.

No tardamos demasiado en llegar al restaurante. Era un restaurante italiano, el cual no tenía mucho tiempo. Al ingresas una señorita se acercó.

-Buenas noches, ¿Tienen reservación?-pregunto

-Sí, Hernández, Mario- dijo

- Acompáñenme- dijo, mientras llevaba dos menús en las manos. Nos guía a una mesa de dos, la cual estaba repleta de platos, copas y demás, tomamos asiento. El lugar era demasiado elegante y hermoso, tenía un ambiente muy agradable.

Un amor incompleto: la historia de un primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora