Juramento.

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El sol entró por la ventana de Beverly tan pronto como amaneció, la chica se puso un vestido corto rojo, con un mono por encima. Aquel día sería uno de los más importantes de su vida, tanto de la de ella como de la del resto de los chicos, aún cuando eso no lo sabían.

Quien los había citado fue Bill, cerca de la cantera, porque ese era su sitio favorito de Derry, o al menos uno de ellos. Tenía claro lo importantes que eran, lo necesario que era para Derry que permanecieran unidos. No era algo que pudiera controlar físicamente, pero quizás había una manera de unirse a ellos más allá de lo terrenal. Tras la noticia de la marcha de Beverly, estaba seguro de que más pronto que tarde todos acabarían yéndose de Derry, la tortuga se lo había hecho saber. 

El primero en llegar fue Ben, que se sentó a esperar junto al acantilado. Más tarde aparecieron Richie, y Eddie.

-Hola, Ben.- Dijeron.

-Hola chicos.- Respondió.

Su conversación fue corta, seca, casi incómoda. Los tres se sentían raros, sus recuerdos estaban empezando a nublarse. Esto no era culpa suya: Formaba parte de la química de Derry. La gente olvida lo malo, siempre lo olvida, y en Derry esto pasa el doble de rápido. 

Sabían lo que habían hecho, sabían qué había pasado, pero evitaban pensar en ello, y al evitarlo, lo olvidaban. Aquella noche pasada Los Perdedores habían vuelto a pensar en Pennywise por primera vez desde que pasó lo que pasó, y eso era algo difícil de asimilar.

Pasados unos 10 minutos estaban todos juntos. Primero hablaron del colegio, luego bromearon acerca de lo loco que había sido aquel verano: fue así como comenzaron a hablar acerca de Eso.

Si había alguien que supiera más de Eso que el resto, era Beverly. Ella había estado expuesta a las luces mortales, había flotado, había visto el verdadero rostro de Eso.

-¿Qué fue lo que viste, Bev?- Preguntó Mike.- ¿Qué recuerdas de aquel tiempo que pasaste inconsciente?

-Lo recuerdo borroso.- Respondió ella.- Recuerdo varios momentos al azar... Nos vi a nosotros, de mayores.- Paró unos segundos, tratando de hacer memoria.- Nuestro miedo... era el mayor terror que he sentido nunca.

Los chicos guardaron silencio. Fue Billy quien lo rompió pasados unos segundos.

-Jurad.- Dijo, y cogió un trozo de cristal que había en el suelo.- Jurad que si Eso no está muerto... Que si vuelve, nosotros lo haremos también.

Al principio nadie respondió, pero no se lo pensaron mucho. Todos los chicos estaban seguros de que eso sería lo mejor, y aún sin decir nada, podían sentir que todos estaban de acuerdo.


Bill se hizo un corte en la mano con el cristal, fue algo doloroso, pero el dolor apenas duró un momento. Pasó uno por uno, de mano en mano haciendo cortes. Cada corte significaba una cadena que se unía a otra, y eso los hizo más fuertes. La maldición de Derry no había terminado aún, pero con aquel pacto, solo era cuestión de tiempo que lo hiciera. Todos ellos eran fuertes, perdedores, que habían salvado un pequeño pueblo de Maine, o bueno, se podría decir que el mundo, y la fuerza que los unía ya no era solo física. Se escapaba de lo real, de lo terrenal. Ahora los perdedores estaban unidos, y tanto física como espiritualmente formaban un ser mucho más poderoso que Eso.

Algo se había restaurado dentro de ellos. Sentían como si se hubieran arrancado una espina desde dentro, y aquel sentimiento era muy tranquilizador. Tras aquello, comenzaron a irse. 

-Nos vemos.- Dijo Stanley, el primero en marchar.

Solo quedaron Beverly y Bill allí, en medio de la nada, mirando a las aguas calmadas de Derry.

-¿Cuando te irás?- Preguntó el chico.

-Mañana por la mañana.- Respondió Beverly.

-¿P-Por cuanto tiempo?

-Ha dicho mi tía que puedo quedarme el tiempo que quiera, así que...- Dejó el final al aire, pues en el fondo, no se atrevía a confesar a Bill que aquella, era posiblemente una despedida definitiva.

-Espero que todo vaya bien.- Dijo Bill, y sonrió a Beverly.

Ella se levantó, y se fue. Bill sintió un hormigueo que venía desde dentro, un impulso, y no pudo dejarla marchar así como así.

-¡Espera!- Exclamó.

Corrió hasta Beverly, y antes de que esta fuera capaz de preguntar qué ocurría le dio un beso. Fue un beso apasionado, como el que se dieron de pequeños en aquella obra de teatro, pero con una diferencia: este era un beso real.


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⏰ Last updated: Sep 23, 2017 ⏰

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