#16: Caleontes

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Grodic Gryffindor estaba cansado, cansado de la ira y tristeza de Salazar por la muerte de Hadrian, parecian que al pobre Sal le habían arrancado literalmente el alma.

El tenía que lidiar con los ataques emocionales de Sal aunque no se notaran ante la gente, el si lo notaba, siendo el casi su hermano o alguien en que Sal podía confiar, y como su mejor amigo lo tenía que consolar aunque Sal no quisiera.

Helga era una de las personas más comprensivas que existian, ayudaba a Sal cada vez que podía, además parecia que no era el unico con el que Sal se descarga emocionalmente, eso era bueno no queria ser el unico punto de fuga de su amigo y además tampoco queria que Sal se reprimiera de manera emocional, eso destrozaria a su amigo lentamente hasta que eso explote.

Y Rowena.... Rowena daba consejos estraños, aunque todavía el apenas captaba de lo que hablaba ella seguia siendo un poco estraña, ellos eran amigos, raros o no.

Estrañaba a Hadrian, era divertido y amable, a veces torpe, pero siempre amable y con esa constante adoración hacia su hermano mayor, el siempre se llevaba bien con todos.

-Los nargles te estan nublando la mente Grodic.- Hablo la voz soñadora de Rowena, cuando volvio a mirarla ella la miraba preocupada.

-Si... tal vez si...

-¿Es Serpiente?.- Pregunto ella, a veces se referia a ellos por la forma animal que tenían, el solo asintio con la mirada perdida hacia el lago.

-Debes alejarte de los dientes de leon, atraen a los Caleontes.

-¿Caleontes?

-Si, ellos atraen a la tristeza y soledad.

(...)

Los tres hermanos Perevell empezaron a cruzar el puente que ellos hicieron con sus habilidades magicas, se suponia que debia ser seguro, pero con cada paso que daban el puente se estremecia y parecia pudrirse.

Los tres se agarraron entre si para evitar caerse, el puente estaba mojado como si el agua debajo de ellos se hubiera filtrado y además se balanceaba como si el viento lo moviera, al llegar a la mitad una figura encapuchada aparecio, tenia una aura muy peligrosa, su magia era oscura y de muerte, sus almas parecian querer correr de miedo aunque sea dejando sus cuerpos.

Lo reconocieron casi al instante, era la Muerte. Con una larga capucha que parecia hecha de agua o mercurio, tenía una altura de dos metros y medio, nada de el se veia además de unos largos dedos casi cubirtos por las mangas de la capucha, el tiempo parecia parar y los sonidos a desaparecer.

Paralizados, no pudieron hacer nada más que quedarse ahí.

-Magos, ustedes me han esquivado.- Hablo sin emociones la Muerte.- Normalmente los viajeros mueren, pero ustedes son los primeros me han evitado, fe-li-ci-da-des.

-Como nos alaga Señor Muerte.- Hablo arrogante el hermano mayor, pero la Muerte jamas cambio su tono sin emociones y al parecer tampoco su rostro oculto tras la capucha.

-Por eso les dare tres objetos, poderosos objetos dados por mi, la encarnación pura de la muerte.- De nuevo hablo sin prestar atención a los tres hermanos y menos al mayor. - ¿Que desean magos?

-Señor Muerte deseo la varita más poderosa.- La Muerte no contesto y se dirigio un arbol cercano, arranco una rama y esta se transformo en una varita, se acerco de nuevo a los hermanos.

-Toma.- Hablo mientras que ofrecia en su esqueletica y larga mano la varita, el hermano mayor la agarro rapidamente intentando no tocar a la muerte mientras temblaba.

-Yo... deseo el poder de devolver a los muertos la vida.- Dijo un poco burlon el segundo hermano cuando la Muerte giro a mirarlo esperando su respuesta.

El Hermano de Salazar Slytherin [REESCRIBIENDO]Where stories live. Discover now