Narrado por Bianca

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La semana se me había pasado volando y ya era viernes por la tarde. En todos estos días no pude pasar por la casa de Theo para devolverle su cuadernillo, el cual leí completo sin poder evitarlo. ¿De verdad él pensaba todo eso de mí? ¿Cuánto tiempo tiene escribiendo esas notas? Ninguna marcaba una fecha exacta.

Pero hoy era el día de entregárselo.

Mientras me acercaba a su casa, pude deslumbrar cómo se encontraba sentado en los escalones de la entrada de su casa, con gesto ansioso mientras miraba a ambos lados de la calle y se mordisqueaba el pulgar. ¿Sabrá él que su compañera de trabajo me dio su cuaderno privado?

Pude confirmas mis sospechas cuando al momento de verme y de notar que yo ya le estaba mirando, pareció encogerse donde estaba sentado, pareciendo un niño pequeño que han mandado al rincón por hacer alguna travesura. Se puso de pie cuando se dio cuenta de que caminaba en su dirección.

Me daba una inmensa ternura sólo de verlo.

–Ubm, hola. –Saludó con voz ronca, cosa que causó que mi corazón diera un vuelco. Estaba notablemente avergonzado pues tenía las mejillas algo sonrojadas.

–Así que chica de gorra azul, ¿eh?–Pregunté con una sonrisa, mientras le extendía el cuadernillo. Alzó la mirada del suelo y clavó sus ojos azules en los míos antes de mirar el objeto en mi mano. Lo tomó lentamente, cómo si tuviera miedo de que este explotara espontáneamente.

–Oye, lo siento. Las notas no eran con malas o con segundas intenciones; no soy una especie de psicópata o acosador, solo pensé que eras una chica guapa la primera vez que te vi y me encantó tu gorra y la manera en la que hacías que luciera bien con cualquier cosa que llevaras puesto y…–Se detuvo para tomar una gran bocanada de aire y continuar con su apenas entendible y muy rápida disculpa, pero le interrumpí con un casto beso en los labios. Sus ojos se ampliaron debido a la sorpresa.

–¿Piensas que soy linda?

Su rostro parecía a punto de estallar de lo rojizo que se tornó en ese momento cuando se dio de cuenta de lo que había dicho.

–Pues, ¿sí?–Dudó por un momento, pero al verme alzar una ceja se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo. –Quiero decir, sí. Me pareces muy guapa, Bianca.

Aquello me hizo esbozar una sonrisa bastante amplia.

–Tú también me pareces muy guapo, Theo. –Respondí luego de un momento, cosa que hizo que esbozara una sonrisa que dejó a relucir sus dientes perfectos.

Chica de Gorra Azul © [EDITANDO]Where stories live. Discover now