¿Alguna vez haz pensado que nunca te vas a volver a enamorar? Eso es lo que pensaba Samantha, una chica de 16 años que vive en la Ciudad de México. Ella acaba de perder al amor de su vida por culpa del cáncer.
Sam esta pasando por un momento muy di...
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- Sam, hazlo parar. Dios duele mucho por favor...
- Amor tranquilo- Le dije mientras lo abrazaba con fuerza- estoy aquí solo se fuerte. Por mi
- Ya no quiero, es demasiado- Diego decía entre gemidos de dolor- por favor, por favor hazlo parar.
El cáncer se había esparcido por todos lados, estaba en metástasis, ya no había nada más que hacer, solamente esperar hasta que el alma de mi amado descansar en paz por fin. Era insoportable ver a Diego de esta manera, siempre había sido tan fuerte, tan activo... como es que esto le pueda estar pasando. Tiene dolores tan fuertes que hay veces que se le va el respiro. Sus ojos ya no son como lo eran antes, llenos de brillo de un verde intenso, hoy simplemente son dos "bolas de billar" viendo hacia al horizonte.
- Sam- dice casi susurrando.
- ¿Que pasa, te sientes mal, llamo a una ambulancia, a tus padres?
- No, solo quería decirte que lo lamento tanto- me lo dice con lágrimas en los ojos y con la voz cortada- lamento haberte arruinado este año, lamento haber arruinado nuestra relación, lamento...
- ¡Basta! No hagas esto, esto no es tu culpa, es la vida que nos hizo una mala broma, pero te pido que no te culpes por esto.
Dios, porque me tenía que pasar esto a mí, a él, a su familia. Ya no sé que hacer para hacerlo sentir mejor, ya no puedo seguir con esto, es demasiado para una simple chica de 16 años.
- Nena... no quiero alterarte más de lo que ya estas, pero me podrías hacer un último favor...
- Claro, dime.
- Bueno me gustaría que usaras este anillo, era de mi abuela y quiero que lo tengas tú, para que siempre me tengas presente.
- Oh por Dios, es hermoso- No puedo evitar que una lágrima salga de mi ojo- gracias, siempre lo usaré, te lo juro.
- Y otra cosa... júrame que cuando yo me vaya seguirás con tu vida, que te volverás a enamorar, y que cada día va a ser más emociónate que el anterior, pero que no vas a sufrir por mi ausencia, que no vas a dejar que todo se desmorone porque no sería justo.
- Yo... te lo prometo, pero debes saber que no va a ser fácil y que me va costar mucho, así que no me hagas jurártelo.
- Está bien, es un trato- me dice sellándolo con un beso.
No puedo evitar derretirme en lagrimas mientras mi amado prácticamente se despide de mí.
- Hey, tranquila, esto no es adiós solo es una charla.
- Perdón, es que no entiendo por que le pasa este tipo de cosas a personas tan buenas como tú.
- Bueno, a veces cosas malas les pasan a personas buenas, pero así es la vida.
Debo admitir que no solo extrañare el entusiasmo de Diego, pero también su hermoso y esbelto cuerpo, que impresionantemente no ha desparecido por culpa del cáncer. Extrañaré sus ojos verdes, su cabello rubio y lacio, su ridículamente perfecta sonrisa, sus besos, sus caricias.
Mi vida está hecha una mierda, mi novio se está muriendo de cáncer, mi madre no me habla desde que tuvimos esa discusión de que lado estaba cuando mis padres se divorciaron, el colegio ha sido una pesadilla, mi cumpleaños número 17 está a la vuelta de la esquina y no estoy de ánimos, solo quiero un descanso, de todo, de la vida.
