Capitulo 4

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Escucho mi despertador, son las 5:25 de la mañana, no tengo nada de energía, pero no puedo perder clases, si me quiero graduar con honores y tener buenas referencias para una buena Universidad tengo que asistir, cueste lo que me cueste

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Escucho mi despertador, son las 5:25 de la mañana, no tengo nada de energía, pero no puedo perder clases, si me quiero graduar con honores y tener buenas referencias para una buena Universidad tengo que asistir, cueste lo que me cueste.

Los próximos minutos se me hicieron un poco pesados. Honestamente pensé que no lo iba a lograr. Decido ponerme unos jeans claros y rotos (mis favoritos), una blusa negra ya que estoy de luto, unos converse blancos, no me maquillo mucho porque temo llorar en el transcurso del día y parecer payaso pero un poco de rímel no le hace daño a nadie. Mi cabello, liso y castaño esta hecho un desastre, me tomá unos minutos arreglarlo y salgo de mi habitación.

Mi papá se fue a su casa ayer en la noche, el vivé un poco lejos de mi zona, hasta Lomas Verdes. Tengo miedo de que mi mamá vuelva a ser distante conmigo una vez pasando los eventos, pero ayer me mostró que siempre puedo contar con ella.

- ¡Samantha! - grita mi mamá- ¿Ya estas lista? El desayuno ya está y tu hermano también.

La casa huele a hot cakes y a salchichas asadas, es un poco temprano para desayunar esto, pero me hace falta, y además quien se niega a comer unos deliciosos hot cakes recién hechos por tu madre... ¡Nadie!

- Buenos días - le digo mientras le doy un beso en la mejilla.

- Hola mi amor ¿Dormiste bien?

- Algo, lloré en mis sueños, pero logré descansar un poco- hago una pequeña pausa- ¿Ma, te puedo preguntar algo?

- Si, pero hazlo mientras comes... ¡Sebastián, solo te mande por mi bolsa, que tanto haces!

- Ya vengo perdón, es que no encontraba las llaves del coche, hola Sam- me da un cálido abrazo y un beso.

- Ya siéntense a desayunar por favor- mi mamá nos dice a los dos, ya estaba un poco enojada.

La cocina tiene una isla en el centro de mármol, muy elegante, por eso creo que la cocina es mi lugar preferido, además del jardín de la casa-

- Que me querías preguntar- Me doy cuenta de que se dirige a mí.

- Solo quería saber si ya no vas a ser cortante conmigo de nuevo, ya sabes por todo lo que pasó con el divorcio...

- Mi madre me interrumpe- Sam estos días me hicieron valorar muchas cosas, y me di cuenta de que me moriría si algo le pasara a alguno de ustedes dos... Así que no mi amor, ya no seré cortante ni nada por el estilo.

- Ya era hora- dice mi hermano entre risas.

- Calla y come que tienen poco tiempo para salir- le dice lanzándole un trapo que estaba usando para limpiar.

Acabo mi desayuno y me lavó los dientes, agarró mi mochila y me meto al Camaro azul de mi hermano. Amó ese coche, porque a pesar de que sea un modelo viejo, para ser precisos de 1969, es un coche hermoso.

El camino es un poco silencioso, aunque comparto algunas cosas con Sebas. Cuando por fin llegamos a la escuela, Mía y otra amiga llamada Sofía me están esperando en las escaleras.

- Hola Sam- dice Sofía- Ay amiga, he estado muy preocupada por ti, ¿Cómo te sientes?

- Hola Sof, he estado mejor, pero gracias por preguntar y por preocuparte.

Sof, como yo le digo es una chica muy chaparrita, esbelta, de ojos cafés, muy bonito, tiene el cabello con el famosísimo corte "bob" y decolorado. Es una buena amiga, pero puede llegar a ser un poco desesperante, habla y habla y no se calla...

- Sam, te traje algo- Mía me entrega una pequeña caja de "Tiffany & Co", me preguntó que será.

- Ojalá te guste- abro la caja y encuentro un brazalete con un dije de corazón... tiene una D grabada- es para que lo tengas contigo todo el día...

- Oh Mía es hermoso, muchas gracias- le digo mientras la abrazó- ay chicas no sé que haría sin ustedes.

Mientras las abrazo escucho que alguien está gritando mi nombre, pero no logró reconocer quien es.

- ¡Samantha! – Es el director, me pregunto que querrá.

- Buenos días Señor Morales- le digo con mi tono de voz serio.

- Buenos días señoritas. Sam, antes que nada, me enteré le lo sucedido, lo lamento mucho.

- Gracias... ¿Necesita algo?

- Oh claro, tengo que hablar con usted, ¿me acompaña? - me dice mientras me da la pauta para caminar frente de él.

- ¿Está todo bien? - preguntó un poco angustiada.

- Todo está bien, de hecho, le quiero pedir un favor, como usted es una de las alumnas más destacadas del Tecnológico de Monterrey me gustaría que me ayudará con un nuevo estudiante que se acaba de inscribir, sé que estamos a mitad de semestre y que ya tiene mucha carga, pero sería de mucha ayuda.

- Em yo, muchas gracias Señor y por supuesto que lo apoyaré con eso- a quien se le ocurre inscribirse a mitad de semestre, digo no tengo mucho problema con ayudarlo, pero no quiero hacerlo, pero no puedo quedar mal con el director- ¿Cuándo quiere que empiece?

- Gracias por apoyarnos, empezaría hoy, este chico está en las oficinas esperando a que le den su horario, los presentaré... Ah por cierto su nombre es Alejandro Domínguez.

Alejandro Domínguez, me gusta su nombre, es imponente, pero no sé si seré capaz de ayudarlo en su totalidad, no en mi condición...

Sigo al Señor Morales hasta llegar donde está el tal Alejandro.

-Señor Domínguez, le presentó a Samantha Cabrera...

En el momento en que se voltea para saludarme, me quedo estupefacta.

-Hola, soy Alejandro Domínguez- me tiende la mano- mucho gustó.

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