Capitulo 3

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A la mañana siguiente, la madre de Diego llamó para informarnos que el funeral seria ese día a las 12 pm y también me dijo que quería que dijera unas palabras. El solo pensar en que me tengo que arreglar para enterrar a mi novio y hablar de él frente quien sabe cuántas personas me deprime el doble. Es horrible, no sé que decir y no quiero abrirme frente todo mundo porque sé que no voy a poder decir una palabra sin llorar.

- ¿Sam? ¿Mía? -Dice mi madre entrando a mi habitación.

Las dos saludamos a mi mamá con un abrazo. Tengo que decirle a mi mamá que nos tenemos que preparar para el funeral de Diego, vaya que difícil es decirlo...

- Hola Ma, em la Señora Miller me hablo hace rato...

- Si ya estoy al tanto, me dijo que quiere que hables pero ¿tu quieres hacerlo?

- Yo... si quiero, pero no sé que decir.

- Solo di lo mucho que lo querías- dice Mía- pero sin abrirte mucho, sus padres ya están lo suficiente tristes, hazlos sentir bien.

- Mía tiene razón, pero hazlo sonar muy sincero, y también quiero que hables con el corazón.

Que difícil, nunca me imaginé haciendo esto, no a esta edad.

- Mía nos dejarías a solas un rato, tengo que hablar con Sam- le dice mi mamá.

- Claro que si señora-dice y sale de mi habitación.

- Ah, Mía espera- dice mi mamá- avísale a tus padres sobre el funeral.

Accede y sale. Me pregunto de que me quera hablar mi madre, pero sé que lo que sea que diga me va a reconfortar, ella es así. Tengo tanta suerte de que ella sea mi mamá.

- ¿Qué pasa? ¿Todo bien?

- Todo está bien, pero estoy preocupada por ti... Mira Sam antes de todo, déjame acabar de hablar y luego ya comentas vale.

- Okay- me siento sobre mi cama y me preparo para lo que va a decir.

- Hija yo sé que has pasado un momento muy difícil desde que te enteraste de la enfermedad de Diego hasta su muerte, sé que la tristeza es insoportable y que ahora mismo no quieres tener tratos con el mundo y que solo quieres estar sola, pero no puedo dejar que hagas eso. Tienes 16 años, apenas estas empezando tu adolescencia, una etapa que tiene que ser épica y no depresiva... La muerte de Diego fue un suceso horrible que a todo mundo le dolió, pero no te puedes, como decirlo, irte con él, hija, tú te quedas en este mundo.

Debo admitir que sus palabras me están doliendo un poco, pero sigo escuchándola.

- Se que lo amabas mucho y que fue tu primer amor, pero vas a conocer a más chicos, tienes una vida por delante que te aseguro que va a estar llena de amor. Un día vas a conocer a alguien que te amé tanto como Diego, o incluso más y vas a ser muy feliz, pero no te garantizo que sea como cuento de hadas porque así es la vida. Eres una señorita muy fuerte y sé que, aunque te cueste vas a salir de esta y te prometo que yo te voy a ayudar, te voy a sacar de este abismo de dolor... poco a poco claro, no estoy loca. Bueno ahora dime que piensas.

- Ma, primero que nada, gracias por tus palabras, de verdad siempre haces que me sienta mejor, pero esto es mucho más doloroso de lo que aparenta- sin darme cuenta mis mejillas ya estaban empapadas de lágrimas- te juró que siento un agujero en el pecho, siento que tengo un vacío en mi interior y no sé si seré capaz de volverme a enamorar, no después de lo que viví con Diego. No quiero que la que se supone que debe ser la mejor etapa de mi vida sea llena de dolor, en verdad quiero que sea muy feliz y llena de cosas hermosas, pero no sé cómo... No sé cómo ser feliz sin el- mis sollozos llenan la habitación- Tienes que darme tiempo, no es algo que pueda superar de la noche a la mañana.

- Yo lo sé hija y no te pido que sea así, pero quiero que seas muy feliz en tu vida y que no te sumas en dolor. Tengo miedo de que hagas algo estúpido y que yo te pierda a ti- dice entre llantos.

- Mami, no me vas a perder... Mira vamos a prepararnos para el servicio, tengo que hacer un "speech" que me tomará un poco de tiempo. Dile a mi papá y a Sebas que se hagan el desayuno y que estén listos antes de las 12- le digo mientras me limpio las lágrimas- y por fa dile a Mía...

- Perdón por interrumpir- dice Mía entrando a la habitación- pero mi mamá me dijo que tengo que ir a casa para arreglarme y estar a tiempo.

- Claro, no importa, si quieres Sebas te puede llevar- le dice mi mamá.

- No gracias, llegué en mi auto, pero gracias. Nos vemos al rato.

Pasaron las horas, Mía ya se había ido y yo ya tenía el elogio acabado. Mi familia ya estaba casi lista, mi padre me había dicho lo mucho que me amaba y que tenía que ser fuerte en el funeral, por los padres de Diego. Se que todos están preocupados por mí.

Llegamos donde iba a ser el funeral. El Señor y la Señora Miller tenían una apariencia tan triste que me dieron tantas ganas de llorar, pero me contuve. Dieron una misa hermosa, como todas pidiéndole a Dios que lo recibiera en el cielo y todo eso. La gente lloraba.

- Ahora la señorita Samantha Cabrera dará unas palabras- dijo el padre- Vamos hija ven...

Tuve que dar un elogio, que fue tan falso como la presencia de algunos de mis compañeros de clase que solo estaban de protagonistas, ugg me da mucho coraje que esta gente esté aquí cuando realmente no les importa el dolor por el que su familia y yo estamos pasando, pero bueno. Mi elogio para Diego no decía todo lo que sentía por él literalmente, pero si decía justo lo que su familia quería escuchar.

Por fin lo enterramos, fue horrible. Después del funeral la Familia Miller había invitado a todos a su casa para comer unos bocadillos y hablar sobre las memorias que teníamos de Diego. Yo no quería estar presente en eso, así que me despedí de ellos y me fui por mi camino. A lo lejos vi a un chico bastante conocido, oh, es Oscar, el mejor amigo de Diego.

- Sebas, dile a mamá y a papá que enseguida los alcanzo.

- ¿A dónde vas? - dice él curioso de mí hermano.

- Con un amigo, tranquilo, ya los alcanzo.

Se va y me acerco a Oscar. Es un chico bastante alto para su edad, medio moreno, con un cabello oscuro y rizado y ojos verdes. Él era el mejor amigo de mi amado y me imagino que está pasando por un momento difícil al igual que yo.

- Hola Oscar...

- Sam, hola chica- me dice al mismo tiempo que me abraza- ¿Cómo estás?

- Pues nada bien para ser sincera... Tu ¿Cómo te sientes?

- Triste y enojado con el mundo... Por cierto, bonitas palabras.

- Gracias...

Platicamos un rato, hablamos del chico maravilloso que había tenido como novio y de los momentos tan bonitos que habíamos vivido cada uno con él y luego me fui a casa con mi hermano.

Que día... Pero me tengo que alistar para mañana, tengo que ir al colegio y enfrentarme a la realidad.

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