Las clases terminaron y seguía lloviendo a mares. Jake me esperaba dentro del coche, lo cual me alegró. Brenda no tendría oportunidad de abordarle, no quería mojarse los zapatos. No estaba en el aparcamiento, había parado a unos pocos metros de la entrada del edificio, obstaculizando el paso al resto de alumnos que se marchaban. Me despedí de mis amigas después de hablar con ellas un rato en el vestíbulo, me puse la capucha de la chaqueta y salí corriendo hacia el vehículo. Cuando llegué, Jacob ya me había abierto la puerta desde el interior.
El abrazo que nos dimos nos salió espontáneo a los dos, era tan habitual, sólo que, para mí, empezaba a adquirir un matiz algo diferente.
- ¿Qué tal el día? – me preguntó mientras arrancaba el coche.
- Muy… clarificador – contesté -. ¿Y el tuyo? ¿Dónde has estado? Tienes el pelo empapado – le dije, acariciándole la cabeza con los dedos.
- Acabo de estar con la manada y no pude secarme. Tenía el tiempo justo para ir corriendo a casa y cambiarme de ropa – cogió aire y siguió hablando -. Oye, Nessie, si me sigues haciendo eso, voy a quedarme dormido al volante – murmuró con su sonrisa torcida.
- ¿Tanto te gusta? – cuchicheé.
A mí, desde luego, me encantaba, tenía que reconocerlo.
- Ya sabes que sí – susurró. Casi le salía ese ronroneo lupino suyo -. Me chifla que me acaricies, aunque nunca lo habías hecho en mi forma humana.
Retiré la mano de su pelo en cuanto lo escuché. Si sospechara algo, me moriría.
- ¿Por qué paras? – protestó con una sonrisa y los ojos suplicantes.
- Bueno, querías conducir, ¿no? – bromeé.
- Puedo detener el coche aquí mismo – sugirió con el mismo tono de imploración -. Así puedes acariciarme tranquilamente.
- Si te transformas, sí.
- ¿Por qué?
- Porque cuando eres lobo, estás lleno de pelo y tengo más donde acariciar – concluí.
- Aquí hay mucho que acariciar, nena. No te imaginas cuánto – me soltó en un tono vacilón, con su sonrisa torcida otra vez.
- ¡Jacob Black, no empieces con tus bromas! – exclamé, empujándole el brazo, enfadada, mientras él se partía de la risa.
Ya notaba la sangre bombeándome la cara.
- Además, dentro del coche no entro como lobo – añadió.
- Pues por eso. No puede ser.
- Ay – suspiró, intencionadamente alto.
Cogí el estuche de CDs del asiento trasero y saqué uno de esos de rock que nos gustaba a los dos. Lo puse y, cuando estaba apartando la mano del reproductor, me fijé en que Jacob estaba mirando mi muñeca.
Su cara pasó del alegre socarrón al cabreado en un segundo.
- Sólo un vampiro podría marcar sus dedos en tu piel de ese modo. Ha sido tu madre, ¿no?
- Sí – mascullé, bajando la mirada.
¿Cómo iba a mentirle a Jacob? Odiaba hacerlo. Además, era mi mejor amigo y necesitaba hablar con él, desahogarme.
- Pero lo hizo sin querer – continué.
Jacob respiró hondo y exhaló.
- Lo sé. Lo último que haría Bella sería hacerte daño, por eso me pareció tan raro – hizo una pausa -. ¿Qué pasó?

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JACOB Y NESSIE DESPERTAR
FanfictionEste libro está registrado en Save Creative para evitar posibles plagios. Todos los derechos están reservados a Tamara Gutiérrez Pardo, la mala utilización de los mismos por parte de otras personas podría ser objeto de sanción y/o delito. Nº de regi...