PELEA

20.5K 575 304
                                    

- Nessie… - me avisó entre susurros, sin dejar de besarme.

- ¿Qué…? – le contesté de igual modo.

Apartó un poco su boca para hablar.

- Tenemos que irnos.

- Espera un poco… – ronroneé, volviendo a sus labios.

- Ya no hay nadie… – murmuró.

Abrí los ojos y me despegué de su boca. Pestañeé, atontada.

¿Ya estaba anocheciendo? ¿Tanto tiempo había pasado?

- ¿Cuánto llevamos aquí? – pregunté, sorprendida.

A mí me habían parecido minutos, ni siquiera había oído los coches de los demás estudiantes, pero ahora el instituto estaba vacío y ya era casi de noche. Para encima, con el beso, me había olvidado de Brenda por completo y me había perdido su reacción.

- No sé – se encogió de hombros, sonriente.

- Bueno, ahora ya no importa si nos quedamos un poco más, ¿no? – bisbiseé, besándole muy despacio.

- Si llegamos tarde, tu padre me va a matar…

Pasé mis labios a su mandíbula y a su cuello.

- Podíamos ir a ese bosque… - le propuse, susurrándole al oído -. Allí estaremos a solas.

Sabía que con él no iba a pasar ni una gota de frío, más bien todo lo contrario, que era lo que yo quería. Mi boca se deslizó por su cuello de nuevo y él se estremeció otra vez.

- Qué demonios. A la porra tu padre – espetó.

Sonreí. Le cogí de la mano y tiré de él para echar a correr hacia el bosque que había junto al instituto, el mismo en el que había probado su suculenta sangre.

Nos adentramos bastante, no queríamos que nadie pudiera molestarnos.

- A ver si me coges, lobo – le reté con una risilla, descalzándome para ir más deprisa y tirándole las playeras en broma.

Salí disparada, a todo lo que daban mis piernas, dejándole atrás.

- ¡Espera! ¡Eso es trampa! – gritó a mis espaldas mientras se quitaba sus deportivas sin desatarlas.

Se lanzó como un bólido y se quedó detrás de mí para perseguirme. Los dos nos movíamos a toda velocidad por ese bosque frondoso y lleno de vegetación, riéndonos y jugando. Hasta que se cansó de fingir que no me alcanzaba y me cogió de la mano. Entonces, reduje la velocidad y nos detuvimos del todo.

Solté su mano y me di la vuelta para mirarle a los ojos con determinación. Se acercó a mí de igual modo y me cogió de las muñecas para ponerlas sobre sus hombros. Sus manos empujaron mi cintura, arrimándome más a él, y empezó a besarme lentamente, entrelazando sus labios y los míos con suavidad. Su delicioso aliento se abría paso por mi boca, podía saborearlo bien; todo el vello se me ponía de punta, mi corazón latía como loco y las mariposas de mi estómago no paraban de volar.

Bajé mis manos a su cintura y nuestros labios se separaron cuando le quité la camiseta con calma. Acaricié todo su torso con meticulosidad, pues era mío y podía tocarlo cuanto quisiera, quería aprendérmelo de memoria. Arrimé mi frente y la rocé contra su pecho, éste comenzó a moverse con más viveza. Deslicé mi boca por su piel muy despacio, quería sentir a fondo su terso, suave y cálido tacto. Notaba cómo se estremecía a medida que mis labios y mis manos se deleitaban en su pecho, eso hacía que yo sintiera lo mismo. Toda su ardiente piel era mía, todo su cuerpo era mío. Arrastré mis palmas para desabrocharle el pantalón y se lo quité, tirando del mismo hacia abajo.

JACOB Y NESSIE DESPERTARWhere stories live. Discover now