XX. La Diosa Roja

2.9K 338 91
                                    

 —¿Qué mierda le hiciste a mi Cubo? —chilló Noscere abalanzándose sobre Azahar y quitándole de un manotazo el objeto de las manos del muchacho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 —¿Qué mierda le hiciste a mi Cubo? —chilló Noscere abalanzándose sobre Azahar y quitándole de un manotazo el objeto de las manos del muchacho. Así que sus dedos hicieron contacto con la calidez del artefacto, sintió el impacto de la magia.

La risita del Dios Blanco le indicó que la línea de sus pensamientos estaba en lo correcto: de alguna forma que no pudo explicar, su Cubo había recibido magia del Blanco y ahora podía actuar en cualquier parte del Continente.

—No te emociones que es por un tiempo limitado... A Wit no le gustaba la idea, lo tuve que obligar. —Azahar se rascó la nuca y un brillo a sus espaldas les indicó que el Cubo Blanco reafirmaba las palabras de su Dios.

Noscere casi no lo oyó. Lo primero que su Cubo renovado le alertó fue de la intrusión de Seteh en su Territorio. Sin decir ni una palabra, no dudó en ir hasta allí y dejar a los Dioses Duales solos para salvar a su pueblo. Pestañeando, Anubis se frotó los brazos y miró en dirección a Azahar.

—¿Y Dana? ¿Rodhon? —preguntó con aprehensión—. No los puedo ver con mi magia, ¿qué...?

—Están bien —la cortó él—. Sólo que los tuve que aislar, como a Noscere, de Wit. No podía darle de su magia a los Cubos mientras pudieran sentir las presencias de sus Dioses. Justo estaba por sacar a la Naranja cuando la encontraste tú y viniste...

—¡Pues pensé...! —Anubis se detuvo. Su rostro se sonrojó al darse cuenta que le había gritado y se tapó la cara con las manos—. Perdón, es que pensé que Wit le haría algo... Sabes lo que pasó en el Territorio Rojo cuando estaba tu antecesora... No quería que se volviera a repetir.

Azahar asintió con pesar. Las acciones de Albian habían mellado en la confianza de la Isla Negra en el Blanco y por ende, de Anubis. Él no la podía juzgar por ello. Se acercó al Cubo Blanco y sacó de su interior al Rosa y al Violeta. Los miró un instante con melancolía y luego levantó los ojos grises hacia ella.

—Lo siento, ¿sí? Creo que debería mandarte una carta avisando cada vez que vaya a hacer algo y...

—No soy tu mamá, haz lo que quieras —le dijo ella, molesta, pero trató que su voz sonara suave. No quería tener una discusión con él por una tontería. Miró a su alrededor sintiendo un escalofrío—. Vámonos, Aswad está incómodo y yo no quiero estar más aquí. —Hizo un gesto con el mentón en dirección al Cubo Blanco.

Azahar alzó las cejas y también miró a Wit, haciéndole un gesto con los hombros dándole a entender que no era su culpa. La muchacha caminó por las piedras que conducían fuera del estanque mientras se abrazaba a sí misma y el niño la siguió con el leve tarareo de una canción de cuna, lanzando al aire los Cubos como si jugara con canicas.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Rojo - Saga Dioses del Cubo 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora