Capítulo 19.

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Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía.

Las quiero.

A leer.

Ambos sabemos que no hay nadie más para ti

Solo yo

-Honeymoon, Lana Del Rey.

Capítulo 19:

-Pero eres una mujer maravillosa. Vale la pena dejar que me arruines.

Bella's POV.

Jacob se desliza por el sofá hasta que su rodilla toca la mía y me acaricia el brazo.

-¿Lo has pensado bien?

Suspiro. Quizás si lo pensara bien no estaría haciendo esto.

-Creo que eres tú el que está indeciso. No quiero obligarte a nada. Después de todo, nos conocemos hace muy poco.

Por otro lado, está Ángela. Él la quiere.

-Todas las dudas que tengo, -baja el tono y ritmo de su voz. Ahora susurra y habla pausadamente-, son contigo. Yo te he observado, Bella, desde la cena. Hay algo en tu mirada que no me gusta. ¿Culpa, furia, anhelo? No lo sé. Pero creo que eres más de lo que muestras.

-No me conoces del todo, pero yo a ti tampoco, pero te aseguro que ya sabes todo lo que vale la pena. Y te prometí que no habría sentimientos de por medio. Si comienzo a incluirte en mi vida, si te dijera todos mis secretos... me enamoraría de ti.

Hay un brillo efímero en sus ojos oscuros. Como si un meteoro hubiera pasado frente a ellos, pero se me escapa antes de que siquiera esté segura de que sucedió.

-Esto es lo que me inquieta de ti. Una mujer que es tan sensible como un hombre cotidiano, eres un caso digno de investigación. No quiero que pienses que soy frío o que solo te quiero porque eres preciosa -me toma los lados del rostro y me acerca hacia él, su nariz rozándose con la mía-. Lo que quiero es que entiendas que hay algo que me impide entregarme completamente a ti.

La historia de mi vida.

-Tu esposa -farfullo.

-Sí, ella.

Antes de que pueda cuestionarle más, elimina el espacio entre nosotros y me da un beso dulce. Acto seguido, Tony comienza a gritar y golpea en el brazo a Jacob, quien se separa con una carcajada.

-Lo siento, lo siento. Es tuya, perdón.

Pero Tony no da tregua y lo ve con el ceño fruncido y los labios recogidos en una mueca.

-¡Mami besa a papi! ¡Mami besa a papi! Tú no!

-¡Anthony, sht! -exclamo, sintiendo como los colores inundan mis mejillas.

-Está bien. Es normal. Prometo que no volveré a acercarme a ti frente a él.

Este acto emblandece mi corazón. A pesar de ser un hombre que está dispuesto a engañar a su esposa, Jacob es considerado y amable. No cualquiera se hubiera quedado a mi lado sabiendo que tengo un hijo y él lo hizo. ¿Así de grande es su deseo por mí? Sí así es, tengo que aprovecharlo.

Quince minutos más tarde estoy despidiéndome de él en el lobby del complejo.

-¿Te veré mañana?

-Yo cumplo mis promesas -respondo-. ¿Tú cumplirás la tuya?

-Los hombres de negocios tenemos palabra. Vendré a recogerte a las seis.

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