Capítulo 4.

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Me levanté aproximadamente a las 8 de la mañana, antes de que el sol saliera, preparé una mochila con algo de comida, agua, lámparas y pilas pues desde hoy comenzaría a buscar a Rosie, lo haría estando sola porqué con el Club de los Perdedores había decidido alejarme por un tiempo indefinido. Luego de preparar la mochila me metí a bañar, al salir del sanitario con una toalla alrededor de mi cuerpo descolgué un vestido color azul, un short, calcetas y unos tenis rojos; bajé con la mochila en mis hombros.

-Hola cariño. -sonrió mí mamá.
-Hola mamá. -sonreí y la saludé dándole un beso en la mejilla.
-¿Por qué tan temprano? -preguntó ella y yo me quedé callada unos segundos.
-Saldré. -respondí sentándome en el comedor esperando mí desayuno.
-Ten linda. -sonrió mí mamá poniendo un plato de cereales, otro con fruta y un vaso con jugo de naranja.
-Gracias. -dije comenzando a comer el cereal.
-¿A dónde irás? -me miró sentándose frente a mí con el mismo desayuno.
-No sé. -negué mientras comía la última cucharada del cereal.
-¿Irás con los chicos de ayer? -volvió a preguntar.
-Nou. -volví a negar.
-¿Y eso? -preguntó nuevamente con cierto interés.
-Con unas amigas. -respondí rápidamente.
-Oh claro. -dijo y yo terminé mí fruta para luego tomar mí jugo de un solo trago.
-Ajá. -dije levantándome con mis platos y mi vaso hacía la cocina y dejarlos en el fregadero.
-Tranquila. -mí mamá sonrió ante mí reacción.
-Me voy. -sonreí colgando la pequeña mochila en mis hombros y besé su mejilla.
-Con cuidado. -sonrió ella.
-Adiós. -abrí la puerta de mi casa, me monté en mí bici y pedaleé hasta las cloacas para tratar de encontrar algo sobre el asesinato de Rosie pero antes de poder seguir veo a una chica rubia mirando hacía la nada así que me acerco y dejó mi bici recargada en un árbol.
-¿Hola? -le pregunto a la niña y ésta se asusta un poco.
-Hola. -sonríe ampliamente.
-¿Cuál es tu nombre? -le pregunto.
-Soy Maya, ¿tú? -preguntó ella.
-Soy Alexandra, pero llámame Alex. -extendí mi mano hacia ella.
-Vale. -sonrió y aceptó mi mano. -¿A dónde ibas? -preguntó mirando mi pequeña mochila.
-A... -me quedé pensando mi respuesta. -Sólo andaba en bici. -sonreí prefiriendo guardar mi secreto.
-¿Puedo ir contigo? -preguntó amable.
-Claro, ¿traes bici? -le pregunto yo buscando a su alrededor.
-Está en mi casa, ¿me acompañas por ella? -me quedé pensando, ¿Qué podría pasar?
-Claro, vamos. -sonreí y comencé a caminar a lado de ella.
-Ya casi llegamos. -sonrió.
-¿Eres nueva cierto? -la miré sonriendo.
-Así es. -señaló su casa y si no estaba en un error la de a lado era la casa de Eddie.
-Claro. murmuré.
-¿Qué? -me miró ella.
-Nada. -alcé mis hombros retándole importancia al tema, tal vez no estén en casa, pensé.
-Hola. -saludó Maya a mis "amigos" porqué para mi mala suerte si estaban pero ya se iban, al igual que nosotras.
-Hola. -sonrió Eddie de una manera muy peculiar.
-A-Alex. -sonrió Bill.
-Hola Billy. -sonreí torpemente, ¿qué diablos me pasaba con él?
-Soy Maya. -me salvó mi nueva amiga.
-Un gusto. -sonrió Eddie.
-Él es Richie. -señalé al chico de lentes.
-Él es Bill "el Tartaja." -habló Richie y así se presentaron los demás chicos hasta que Bill me habló.
-¿P-p-podemos hablar en p-p-privado? -me preguntó él.
-Claro. -sonreí y caminé detrás de él.
-¿P-p-por qué no qui-quieres hablar de lo q-que p-p-pasó? -me preguntó nuevamente solo que ahora más serio que antes.
-Es que no quiero que me llamen loca. -alzo mis hombros queriéndole quitar importancia.
-E-Eddie nos contó lo que p-p-pasó ayer. -me miró y se cruzó de brazos, molesto.
-Se los contaré cuando esté preparada, ¿vale? -sonreí tratando de convencerlo.
-Vale. -sonrió y tomó mi mano lo cual me puso muy nerviosa.
-Va-vamos con los demás. -sonreí y lo halé para que caminara.

Creo que no podría estar lejos de estos bobos, realmente se habían convertido en tan poco tiempo en unas personas muy importantes para mi.

-¿De qué hablaban? -nos preguntó muy curioso Richie, alzando sus cejas de una manera muy divertida.
-¿Podemos ir a un lugar más tranquilo?, necesito contarles algo. -murmuré mirando hacia el suelo, Bill que aún estaba tomado de mi mano la apretó, era algo que nadie de ellos esperaba.
-Claro. -sonrió Maya y tomó mi hombro.
-¿Vamos por Beverly? -preguntó Ben.
-Vamos. -los miré a todos sonriendo levemente. -Somos amigos todos, ¿no? -pregunté sonriendo.
-Somos el Club de los Perdedores. -gritó Richie animado lo cual causó las risas de los demás, todos tomamos nuestras bicis y emprendimos camino hacia la casa de Beverly, hasta el frente iban Eddie y Maya, ninguno iba montado en su bici, íbamos a pie.

En lo que íbamos rumbo a la casa de Beverly, Eddie y Maya iban muy alegres platicando lo que me hizo sonreír ampliamente.

-Se ven muy lindos juntos. -sonrió Ben mirando a Eddie y a Maya que iba frente a nosotros.
-¿Hablas de los tórtolos? -dijo Richie burlón.
-Por lo menos él tiene con quien ligar. -le contesté y reí al igual que Billy.
-Cho-choca esos cinco. -dijo Bill mostrando su puño y choqué mí puño con el suyo.
-Creí que eramos amigos. -dijo Richie dramático.
-Claro que lo eres. -sonrió y abrazo a el chico de lentes.
-Vale. -besa mí mejilla y ahora voy en medio de Bill y Richie.
-¡Hey Eddie! -llamó la atención de ambos.
-No molestes Richie. -miró a el chico de lentes.
-¡No vayas a besar a Maya si besaste a tu madre! -gritó burlón Richie.
-¡Bill, dile algo! -chilló Eddie como niño chiquito.
-Defiéndete tú hijo de mami. -sacó la lengua burlón.
-Ya de-déjalo Richie. -dijo Bill y ambos chicos de enfrente siguieron en lo suyo.
-¿Cre-creen que terminen si-siendo algo? -preguntó Bill.
-Ojalá. -hablamos al mismo tiempo Stan y yo.
-No tendría los huevos para decirle. -negó Richie.
-No seas grosero Richie. -negué igual que él.
-Hemos llegado. -sonríe Stan.
-Escondanse, tocaremos Maya y yo. -miré a los chicos al saber como era el papá de Beverly.
-Claro. -dijeron los chicos y se escondieron.
-Toca. -me dijo Maya.
-Toca tú. -le dije mientras negaba con la cabeza repetidas veces.
-Nou, toca tú. -negó ella y se hizo hacia atrás, en ese momento toqué y esperé que alguien saliera a abrir.
-¿Sí? -preguntó un señor en cuanto abrió la puerta.
-Busco a Beverly. -sonreí. -¿estará ella en casa? -pregunté nerviosa, ese señor me daba mala espina.
-Queremos ir por un helado con ella. -completó Maya.
-Claro. -sonrió él mirando hacía atrás de nosotras para asegurarse de que nadie más viniera.
-¿Quién es papá? -preguntó Beverly asomándose por la puerta.
-Hola Bev. -sonreí y ella también.
-Hola Alex. -sonrió ella.
-Vamos por un helado, ¿quieres ir? -le preguntó Maya.
-¿Puedo ir papi? -le preguntó Beverly a su papá de una manera muy acaramelada.
-Claro que sí mí niña. -sonrió su papá.
-Gracias. -sonrió ella y salió junto a nosotras.
-Los chicos están por allá. -murmuré a Bev.
-Está bien. -igual dijo murmurando.
-Ya pueden salir. -se acercó Maya a los chicos.
-¿A dónde iremos? -Eddie se puso a un lado de Maya.
-Vamos a nuestra "guarida." -habló Richie haciendo comillas en la última palabra, nuestro sitio secreto se encontraba bajo el Puente de los Besos, era muy famoso en Derry.

Llegamos rápidamente y nos quedamos échados en el césped, Bill estaba a mi lado derecho tomando mí mano y Richie se encontraba de lado izquierdo igualmente tomando mi mano, ambos tenían su cabeza recargada en mis hombros. Estos chicos me daban su apoyo de una manera que necesitaba en estos momentos.

-Chicos. -suspiré llamando la a atención de todos.
-¿E-estás s-segura? -preguntó Bill acariciando mi mano a lo que solo asentí.
-Mi nombre completo es _____ Alexandra Starkey. -callé unos segundos iba a hablar hasta que Richie me interrumpió.
-¿Por qué no nos lo habías dicho? -preguntó apretando mí mano.
-Porqué solo una persona me llamaba así. -un nudo en mí garganta comenzaba a formarse.
-¿Quién? -preguntó Beverly mirándome tiernamente.
-Mí hermana, ella era la persona más importante de mi vida, murió teniendo apenas 5 años, a dos meses de cumplir los 6. -las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos como si fuesen cascadas, me sentía triste, desolada, pero no me sentía sola y así era, no lo estaba porqué tenía a los mejores amigos, los que me apoyarían en todo momento. Iba a continuar hablando solo que los gritos de alguien me interrumpió, en ese instante todos nos pusimos de pie, corrimos hacía donde provenían los gritos, luego vimos a Henry con sus holgazanes amigos y todo se volvió claro, venían persiguiendo a un pobre chico.

sofialaloquis espero te haya gustado la entrada en la historia.

¿Quieres un globo?, todos flotan. ≈Bill Denbrough y tú.≈ ||PAUSADA||Where stories live. Discover now