Capítulo 6

2.6K 285 500
                                    

-Suéltame, Ibuki. Vas a descolocarme el brazo.- iba tirando de mí con tanta fuerza y velocidad que en cualquier momento yo despegaría cual avión.

-¡Si no fueras tan lenta...!- me soltó por fin, sentí mis pobres huesecitos aliviados después de la tortura que habían recibido.

-Claro que voy lenta, ¡no me has dicho adónde vamos!- intenté sonar enfadada. -Tratándose de ti, capaz me estás llevando a un prostíbulo o algún local ilegal para vender mis órganos y sacarte unos cuantos billetes.-

Se rio como una foca pariendo, iugh. -¿Crees que sería capaz de hacerte una cosa así?-

-Déjame que lo piense...sí.- se encongió de hombros.

-Como sea.- puso algunos mechones de su pelo detrás de su oreja. -Quiero que sea una sorpresa, por eso no te lo he dicho.-

-Pues entonces, con más tranquilidad, ¿sí? El lugar ése donde quieres llevarme no va a salir volando.-

Luego de que lo comprediera, caminamos en silencio, yo detrás de ella. Yo sabía cómo era mi amiga, muy hiperactiva y con la necesidad de ir rápido por la vida. Pero yo, todo lo contrario a ella, era una vaga que se la pasaba engordando y viendo series o jugando videojuegos, por eso la actividad física no era lo mío.

Ya llevábamos un rato caminando -puede que sin rumbo- por unas calles que me parecía haberlas visto anteriormente, puede que hace meses o incluso años. Ibuki, que parecía conocer Nagoya mejor que yo, estaba yendo muy decidida a hacia su destino, y eso que yo era una natal que había vivido toda su triste vida aquí y apenas se conocía los alrededores de su casa.

A la lejanía, pude escuchar las canciones de uno de esos grupos tan famosos de idols que tenían locas a las adolescentes de hormonas revueltas alrededor de todo el mundo -he de decir que a veces escuchaba a escondidas canciones de ellos porque me gustaban-, ya me estaba imaginando el sitio al que íbamos. 

-I need you girl, wae honja saranghago honjaseoman ibyoelhae.- berreó mi amiga, creyéndose cantante de uno de esos grupos. No entendí lo que dijo, por lo que deduje que no era una canción en japonés.

-¿Dónde estamos? Me inquieta esto y no sé muy bien por qué.- y no mentía, me estaba comenzando a poner nerviosa y no presentía nada bueno.

-¡Es aquí! ¡Aquí, aquí!- me agarró por la muñeca bruscamente, tanto que perdí el equilibrio por unos segundos. Me arrastró hasta una tienda, adornada con pósters, discos, chapas y demases. Había otras chicas que aparentaban nuestra edad, vestidas de una forma de la que jamás me vestiría ni aunque me pagasen. Ibuki miró a las estanterías, demasiado emocionada, más de lo normal.

Chilló. Dio saltitos de la emoción y cantó las canciones que sonaban en el sitio. -Me dijiste que me gustaría. Me has engañado para venir a este lugar, ¿verdad?- me ignoró, cogió varias cosas de algunos estánteres y se fue al mostrador. Puse los ojos en blanco.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

-¡Qué bien se queda una después de hacer unas buenas compras!- abrazó sus cosas las cuales estaban dentro de una bolsa de plástico. Había comprado media tienda, eso es seguro.

-Me lo vas a pagar t-o-d-o.- deletreé eso último.

-Que sí, que sí. ¿Cuándo no te he pagado yo algo?- levanté la cabeza cerrando los ojos y viajando al pasado, todas las cosas que esta maldita persona había comprado con mi dinero y nunca me había devuelto. Si me lo delvoviera todo del tirón, ahora mismo sería millonaria y tendría a unos criados guapísimos atendiéndome las veinticuatro horas del día en mi gran masión.

-Espero que eso lo hayas dicho con sarcasmo.- me crucé de brazos.

Frunció el ceño. -No sé de qué me hablas, estás loca.-

-¿Eh? ¿Qué dices ahora?-

-No te me acerques, estás delirando.- puso más bien cara de asco y se alejó de mí unos pasos.

-Qué...¡Espera, Ibuki!- salió corriendo a una velocidad impresionante. ¡Seguro que el Correcaminos y ella eran familiares!

Corrí detrás, casi muriéndome. No estaría corriendo ahora mismo si me supiera el camino, pero definitivamente, nunca había estado por aquí. Porque con mi mala suerte, no encontraría el camino devuelta a casa y tendría que vivir en la calle para el resto de mi vida.

No sé cuánto tiempo estuve así, pero pude verla parada a lo lejos, quizás se arrepintió del comportamiento extraño que había tenido hace unos minutos.

-Lo siento.- dijo, mirando al suelo mientras jugaba con sus dedos. -No me acordaba que tenías asma, casi te mato.-

¡Es verdad! Yo sufría de asma y ni siquiera lo recordaba ya -claro, si nunca me muevo-, empecé a respirar con algo de dificultad pero no como para morirme asfixiada, o eso creo.

-No importa...- tosí un par de veces. -Oye... ¿ése de ahí no es...?- en cuanto dije eso, Ibuki se giró en la dirección en la que estaba mirando y entreabrió su boca, sorprendida.

-¡Nagito!- gritó mi amiga y corrió hacia el nombrado. -¿Pero qué haces aquí?- me acerqué lentamente a ellos.

-Vivo aquí.- sonrió.

-¿En la calle? Vaya...debe ser duro...¡pero tranquilo! Tienes todo mi apoyo.-

-¡No! Me refería a que vivo ahí.- señaló una gran casa azul, ¡era gigante! Tenía que tener muchísimo dinero como para permitirse vivir ahí. Lo enviaba.

-Ah, eso es otra cosa.- dijo. -¿Puedo pasar dentro, verdad? Voy a pasar.- le arrebató las llaves de las manos y fue a abrir la puerta sin dificultad. Entró. Escuché a Nagito reír levemente.

Este chico era, muy amable y considerado, veía las cosas positivamente y siempre tenía esa alegría envidiable que muchos querían. O es lo que aparentaba, no estoy diciendo que sea todo cierto.

-Vamos, entra tú también.- me sorprendió, estaba absorta en mis pensamientos sobre este chico que apenas conocía. Me di cuenta que lo estaba mirando embobada como una idiota. Todo el calor de mi cuerpo se concentró en mis mejillas.

-Ah...sí, ya entro.- me apresuré en llegar dentro lo más rápido posible, no sé para qué Ibuki se había metido en su casa; yo quería llegar cuanto antes a casa y dormir durante el resto de la semana. Noté que él venía detrás mía.

-Es curioso.- dijo. -Siempre terminamos encontrándonos.-

-Pues la verdad es que sí.- le respondí una vez dentro. No veía a Ibuki por aquí cerca...Ibuki, Ibuki, para una vez que te necesito.. por favor, ¡aparece aquí! No presentía nada bueno.

Cerró la puerta desde el interior. -Es como si fuera cosa del destino.- miró mis ojos, luego, bajó su mirada hasta mis labios. -¿Sabes...? No sé explicarlo muy bien, pero siento en ti...- se acercó más a mí, estábamos demasiado cerca.

-¿E-el qué sientes en mí...?-

Siguió mirando mis labios. Estaba estudiando mi rostro.

-Esperanza.-

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Estoy escribiendo últimamente más, porque quiero actualizar más rápido pero las clases me lo impiden :''v

No se olviden de votar si queréis capítulos más seguidos 🙌

You're my Hope  [Nagito Komaeda]Where stories live. Discover now