CAPÍTULO 2

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OLIVIA

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OLIVIA

Termino de empaquetar las cosas que me faltaban en las cajas de cartón que me consiguió mi padre. Miro por última vez las paredes de color violeta que han formado mi habitación a lo largo de toda mi vida y suspiro.

Bajo a paso lento, aún más lento de lo normal, no queriendo despedirme de la que ha sido mi casa. Cuando llego a la entrada principal mi padre ya me está esperando con una sonrisa en los labios.

-Deja que te ayude con eso - se acerca rápido y me quita las dos cajas que llevo encima. Mira por encima de su hombro, en mi dirección y vuelve a sonreír -. ¿Lo llevas todo?

Asiento en respuesta, siendo incapaz de emitir palabra alguna.

Ambos salimos por la puerta y veo a mi madre sentada ya en el asiento del copiloto y retocando su maquillaje con la ayuda del espejo retrovisor.

-¡Vamos, chicos! Al final llegaremos tarde - nos mete prisa desde su sitio y dejo que mi padre meta las maletas en el coche mientras yo echo un último vistazo a la casa.

Abro la puerta de atrás del coche y me dejo caer en el asiento. Empezar la universidad siempre ha sido algo que me ha puesto realmente nerviosa. Zona nueva, amigos nuevos, todo nuevo.

El viaje dura media hora escasa y cuando quiero darme cuenta me encuentro en el campus de una de las mejores universidades del país. Mire a donde mire, toda la zona está repleta de estudiantes que se despiden de sus familias.

-¿Quieres que te ayude con las cosas? - me pregunta mi padre ilusionado.

Acomodo las dos cajas de mediano tamaño que he traído encima de mi enorme maleta y sonrío forzadamente.

-No hace falta papá, puedo con todo - me aseguro de que las cajas estén bien sujetas y me acerco a mi madre -. Te voy a echar muchísimo de menos.

No tarda en abrazarme como una madre osa y va depositando besos por toda mi cabeza. Finalmente da un paso atrás y me mira, conteniendo las lágrimas.

-Sé que estamos a media hora de distancia pero no tenerte por casa se me va a hacer raro - suspira y me acaricia el brazo -. Espero que me llames al menos los fines de semana.

-Pues claro que sí, mamá.

-Te veo el lunes, cielo - mi padre deposita un suave beso en mi frente y se mete en el coche junto a mi madre. Ambos se despiden de mí con la mano mientras salen del aparcamiento y termino girándome para adentrarme en mi nueva residencia.

A pesar de vivir tan cerca de la universidad he decidido alojarme aquí para poder empezar una vida más independiente. Todo lo independiente que se puede teniendo a tu padre como profesor dentro de la misma universidad.

Recorro el campus arrastrando mi maleta con fuerza y cuando estoy llegando a las grandes puertas de la entrada mis nervios vuelven a mí. Lo primero que veo al entrar es un gran pasillo, lleno de gente. A la izquierda veo un cartel que indica los despachos de los profesores y a la derecha la secretaría.

HASTA QUE DECIDAS DEJARMEWhere stories live. Discover now