Cuatro

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Levi Rivaille Ackerman. Desde su niñez siempre había sufrido un insomnio del demonio y ese día no sería la excepción; Se despertó a las 4:00 am y después de haber estado dando vueltas en la cama tratando de recuperar el sueño, por fin opto que lo mejor seria levantarse.

Limpio un poco su casa, se ducho y hasta se permitió reírse un poco (Mucho) de las tan estúpidas respuestas de algunos de sus estudiantes en sus exámenes; hasta que el reloj marco las 6:30 am.

Decidió pasar a la cafetería que estaba a unas cuadras de su casa, por que ¡joder! Que buen café americano preparaban ahí. Entro escuchando el ruido de la campana e inmediatamente el exquisito aroma a café recién hecho inundó sus fosas nasales.

Saludó a señor grisha; un hombre algo canoso de lentes y pidió su tan anhelado americano. Ya con café en mano, se dispuso a salir del local mientras tomaba un sorbo, pero estaba tan concentrado en el sabor que no se fijó bien, golpeando un cuerpo y haciendo caer el té de este.

Era un mocoso con uniforme de secundaría, cabello color chocolate y unos preciosos ojos dorados que lo veían furioso.

-¡Oiga, me acaba de tirar mi té!

Levi frunció su ceño, y aunque sabía que era su culpa no lo iba a admitir.

-Fue tu culpa, mocoso, deberías fijarte por donde caminas y no tropezarte con tus mayores.—dijo mirándolo con indiferencia.

-¡¿Hah?! Pero si usted fue el que me golpeo ¡Me debe un té, viejo!

-No pienso pagarte nada—Y decidido, rivaille empezó a caminar.

-Entonces usted no es un hombre—Escuchóun verdadero hombre asume las consecuencias.

Y ese comentario fue a parar directo a la hombría de levi, le lanzó una de sus miradas mas molestas al muchacho, pero este ni se inmutó de hecho sus ojos solo reflejaban determinación lo que le hizo chasquear la lengua.

-Sígueme, pequeña mierda.

Y se volvieron a adentrar, el pelinegro le indicó que pidiera su estúpido té y a este se le formo una sonrisa de lado.

-Buenos días, un té de menta, por favor. —grisha alzo la ceja.

-¿No te acabo de dar uno?

-Este señor de acá—señalo a levi-Me lo tiro y como buen hombre que es me lo va a pagar.—El de lentes asintió y Rivaille bufo. Respectivamente le entregaron su bebida, el castaño agradeció y levi pago por ella.

-Ese niño es todo un problema ¿no cree?— dijo grisha.

-¿A que se refiere?—pregunto el pelinegro.

-¿Como decirlo? Pues el nunca ha pagado por nada de lo que se vende aquí, es mi hijo. Gracias por su compra.

Levi parpadeo un par de veces sin entender, volteo hacia el castaño y este tenia una sonrisa burlona.

-¡Oi, mocoso!—lo siguió hasta afuera del local.—Eres una pequeña gran mierda.

-¿De que habla señor?—Hablo inocente y sarcástico.

-Te crees muy gracioso.

-¡Ja! Soy muy gracioso—corrigió.

Levi lo observó, le agradaba aquella actitud tan desvergonzada. Se giro dándole la espalda y retomando el rumbo a donde estaba su auto.

¡Vuelve a Mi!Where stories live. Discover now